Son varias las personas las que tienen depresión ya sea que esté diagnosticada o no. Datos de la Organización Mundial de la Salud pronostica que para el año 2020 la depresión será la segunda causa de discapacidad en el mundo, y la primera en países en vías de desarrollo como México.
Así es, la depresión ya es una epidemia mundial; es un problema de salud mental que tiene relación o semejanza a enfermedades como el cáncer o la diabetes tipo II y se dice que existe una predisposición genética que se desencadena por factores medioambientales.
La depresión ya es una epidemia mundial; es un problema de salud mental que tiene relación o semejanza a enfermedades como el cáncer.
De acuerdo con Animal Político, uno de los estudios de genética más completos concluyó que la depresión, encuentra que todos los humanos tenemos, en mayor o menor medida, factores genéticos de riesgo del Trastorno Depresivo Mayor o TDM.
En mayo pasado se publicó en la revista Nature un metaanálisis genético, coautoría de alrededor de 300 científicos de 161 instituciones de diversos países, donde se comparan los resultados de estudios realizados en 135 mil 458 casos de TDM y 344 mil 901 controles.
En ese estudio se encontraron 44 genes asociados directamente a la depresión. Treinta de ellos no se conocían antes. Además, hallaron otros 153 que pueden tener cierta influencia en el padecimiento.
Esto quiere decir que todos tenemos ciertos genes que determinan qué tan altos somos.
La depresión es más compleja, pero hay tantos componentes genéticos que es imposible no tener algunos de ellos. La pregunta es, entonces, cuántos tienes”, comenta a Newsweek en Español Gerome Breen, investigador del Departamento de Genética Social y Psiquiatría del Desarrollo del King’s College de Londres y uno de los coautores principales del estudio.
“Pasamos diez años trabajando en esto, invitamos a los investigadores de todos los centros clínicos y de investigación que pudimos para que compartieran sus datos con nuestro estudio”, comenta la investigadora en genética estadística Cathryn Lewis, de la División de Medicina Genética y Molecular del King’s College de Londres y otra de las coautoras principales del estudio.
La primera conclusión del artículo es: “La depresión mayor es un trastorno cerebral”.
Esto quiere decir que “la genética que encontramos es una de las muy pocas evidencias sólidas que existen de que la depresión es un trastorno del cerebro. Mostramos que las variantes genéticas que encontramos tienen impacto en el cerebro, en especial en las neuronas”. Es decir, se trata de un problema biológico.
Datos del estudio dicen que la salud mental pública será el principal reto de sanidad que deberán enfrentar la mayoría de los países en los próximos años.
Según cifras de la Organización Mundial de Salud (OMS) dadas a conocer en 2016, “los trastornos mentales comunes están en aumento en todo el mundo. Entre 1990 y 2013, el número de personas con depresión o ansiedad ha aumentado en cerca de un 50% de 416 millones a 615 millones. Cerca de 10% de la población mundial está afectado, y los trastornos mentales representan un 30% de la carga mundial de enfermedad no mortal”.
Es en México donde estos padecimientos ocupan el cuarto lugar en complicaciones médicas, y la depresión es uno de los más frecuentes.
Para el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el 29.9% de los habitantes mayores de 12 años sufren algún nivel de depresión ocasional, mientras que 12.4% los experimenta de manera frecuente.
Problema 2020: depresión
La depresión es el principal problema en materia de salud mental pública por ser el principal padecimiento que afecta a las personas de entre 14 y 35 años y, sobre todo, por ser la primera causa mundial de suicidio y la cuarta como discapacidad.
En México, la depresión es la primera razón para el deterioro en la calidad de vida entre mujeres y la novena para los hombres. Las estadísticas también señalan que tan solo en 2016 se registraron 6 m 370 suicidios en el país.
La depresión está ligada también a otros trastornos como la ansiedad o el consumo de sustancias adictivas y es la principal enfermedad afectiva entre pacientes con enfermedades crónico-degenerativas como el cáncer o la diabetes.
La depresión afecta a nivel físico, mental y social e incluso produce niveles de discapacidad.
Se calcula que las personas con alguna de las variantes de esta enfermedad pierde en promedio 2.7 días más de trabajo que aquellas mentalmente sanas.
Depresión
Actualmente no se sabe la cantidad de personas que padecen depresión, sin embargo se sabe que ésta es una enfermedad clínica severa y que va más allá de solo “sentirse triste” por algunos días.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés), aunque los síntomas pueden ser muy variados, existen signos de alerta que pueden llevar a la confirmación de este padecimiento mental, entre ellos está el agotamiento físico extremo, la hipersomnia alternada con periodos de insomnio prolongado, dolor crónico y alteraciones bruscas del humor.
¿Cómo saber si se padece de depresión?
Son varias las herramientas para determinar si se padece depresión y en qué grado. Las pruebas deben ser aplicadas por un especialista en salud mental.
Sin embargo, la depresión tiene varios tipos y se puede presentar en diferentes grados. Incluso hasta se puede presentar con otros problemas mentales.
Los cuadros más frecuentes se asocian a cambios bruscos en las rutinas, como el nacimiento de un hijo, o bien a cambios de clima, o a lugares con pocas horas de sol al día; los más graves se asocian a la violencia, el maltrato o el estrés causado por situaciones “como perder el trabajo, tener una niñez complicada, divorcios, la muerte de un ser querido, la mala salud”, comenta la Dra. Lewis.
La depresión se puede convertir en una enfermedad crónica,que incluso se puede llegar a niveles psicóticos.
La distimia, o trastorno depresivo persistente, es uno de los niveles más avanzados de esta enfermedad, y se cree que está profundamente relacionado con factores genéticos. La depresión en una persona es causante de relaciones tóxicas, mal ambiente laboral o escolar e incluso tiene repercusiones en los lazos afectivos.