La pelea del año es encabezada por un auto eléctrico vs auto de gasolina pero eficiente… ¿cuál de los dos es mejor alternativa?, ¿cuál contribuirá a un futuro más sostenible?…
Auto eléctrico vs auto a gasolina pero eficiente
Los automóviles eléctricos se han convertido en una de las alternativas favoritas de movilidad sostenible. Estos vehículos han demostrado ser una buena inversión, pese a que todavía faltan más centros de carga por colocar en las ciudades.
Incluso, los vehículos eléctricos han sido catalogados como uno de los carros que están directamente alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente con la meta 7: Energía.
Aunque, para comprender realmente las consecuencias globales de cada automóvil; eléctrico o no, es necesario abordar todos los aspectos de la sostenibilidad, incluido el ODS 16: Paz y justicia.
Primero, tenemos que abordar las consecuencias energéticas de los vehículos eléctricos y los automóviles usados que consumen menos combustible.
¿Cuál es mejor?
En la última década, los vehículos eléctricos se han acelerado en popularidad y demanda, y se prevé que representen el 54 por ciento de las ventas de autos nuevos para 2040.
Por otro lado, en países como Reino Unido y Francia, se han anunciado que se prohibirán la venta de vehículos que utilicen diesel y gasolina para impulsar el crecimiento de vehículos eléctricos o híbridos.
A este tipo de iniciativas se les han sumado marcas como IKEA o Unilever al cambiar su flota por transporte eléctrico.
Sin embargo, Wired, redactó que un automóvil usado y que consume menos combustible, podría ser mejor que un auto híbrido, debido a la gran cantidad de energía requerida para producir los modelos híbridos o eléctricos.
Además de que señaló que un modelo eléctrico, puede consumir el equivalente a 1,000 galones de gasolina en su construcción y utilizan muchos materiales cuyo origen son zonas en conflictos.
“El cobalto, el aluminio, el manganeso, el níquel y el litio se han identificado como insumos críticos para el mercado de EV. Desafortunadamente, los lugares donde se encuentran están a menudo sumidos en conflictos”, menciona
Otro estudio realizado por la Unión Europea, también muestra que se requiere mucha energía para generar y transportar electricidad a los vehículos eléctricos que extraer y transportar gasolina.
Sin embargo, una vez en el coche, un carro eléctrico utiliza considerablemente menos energía para moverse a sí mismo y a sus pasajeros, por lo que es más eficiente en términos de energía en genera.
Estos argumentos a favor y en contra de los vehículos eléctricos y los automóviles usados que funcionan con gasolina, son impulsados por sus respectivas implicaciones para la huella de carbono global.
Aunque, si abordamos las discusiones sobre sostenibilidad, no se limitan al medio ambiente.
Materias primas y más
Para alimentar los vehículos eléctricos se requieren baterías recargables, y para hacerlas se requieren materias primas y más
El cobalto, el aluminio, el manganeso, el níquel y el litio se han identificado como insumos críticos para el mercado de este tipo de modelos. Desafortunadamente, los lugares donde se encuentran están a menudo sumidos en conflictos.
El cobalto, por ejemplo, está vinculado al trabajo infantil y los conflictos armados en curso en la República Democrática del Congo (RDC).
La demanda de cobalto ha aumentado en la última década, debido a su uso en teléfonos inteligentes y electrónica. Alrededor del 50% de las reservas mundiales de cobalto se encuentran en la RDC, y muchas minas de cobalto están dirigidas por grupos armados violentos.
En el caso del níquel, otro mineral clave para los EV, también tiene vínculos con la violencia. En Guatemala, el personal de seguridad militar y privado vinculado a las empresas mineras ha sido acusado de asesinato, violencia y violación contra las comunidades locales.
Más allá de la República Democrática del Congo y Guatemala, se han registrado protestas y conflictos relacionados con el níquel, el litio, el manganeso y más en Bolivia, la India y Filipinas, por nombrar solo algunos.
No obstante, los gobiernos, el sector privado y las organizaciones, están poniendo en práctica algunas regulaciones y orientaciones globales para abordar la extracción en disputa de este tipo de materiales y minerales estratégicos.
Y para fortalecer este lucha, en el foro de la OCDE sobre Cadenas de Suministro de Minerales Responsables, se discutirán más iniciativas que permitan la producción y el abastecimiento de minerales sin conflictos. Incluido en la agenda de discusión: cobalto.
Más sostenibilidad
En el caso de la compañía KIA, se han implementado mejoras en la producción para que sus modelos sean más sostenibles.
Iniciando por reducir y aprovechar más los recursos, señalando que este impulso les permite tener una mayor eficiencia, logrando registrar una reducción del 1.2% en la producción de desechos por unidad desde 2014, y una disminución del 30% desde 2003, mientras que en 2015, los tres sitios de producción nacional generaron un total de 233.442 toneladas de residuos, un 0,2% menos que el año anterior a pesar del crecimiento en la producción.
KIA, también se convirtió en una de las primeras empresas coreanas en llevar una evaluación externa sobre las emisiones de gases de efecto invernadero de sus instalaciones de servicio y producción, con niveles de emisiones monitoreados por la Corporación de Gestión Energética de Corea.
Además la compañía se ha encargado de integrar tecnología sostenible para plantas como la de México, en la que se encuentra un nuevo taller de pintura con un sistema de oxidante térmico regenerativo.
KIA compartió dentro de su informe de sostenibilidad que el nivel de contaminantes atmosféricos dañinos generados por vehículo durante el proceso de fabricación, que incluyen partículas de pintura, compuestos orgánicos volátiles (VOC), partículas de polvo y gases de combustión, también disminuyó.
Si bien el debate sobre los vehículos eléctricos y los autos usados que ahorran combustible está lejos de resolverse, una cosa es cierta: para decidir qué tan sostenible es un automóvil, debemos observar sus vínculos con el conflicto y no solo su huella de carbono.