Con el fin de lograr la equidad de género, varias empresas y compañías se han impuesto varios retos, el principal es: Pagar por igual a las mujeres y a los hombres.
El primer país que obligó a las empresas a pagar de manera equitativa fue Islandia, esto lo hizo después años de reclamo, pues en ese país se había luchado casi tres décadas para conseguir la equidad de género.
Este paso ha llevado al país a ser considerado como el mejor del mundo en cuestiones de igualdad de género.
¿Se puede seguir el ejemplo de Islandia?
En Europa se han realizado varios esfuerzos para que las empresas publiquen las diferencias entre lo que le pagan a los hombres y a las mujeres.
De acuerdo con la BBC, en la Unión Europea y otros 35 países en 2014 se pagaba un 13,8% más por hora de trabajo a los hombres que a las mujeres, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
En ese entonces, entre los países relevados por la OCDE, la brecha en Rumania era del 1,5% -la menor- y la de Corea del Sur era 34,6%, la mayor.
Se trata de una brecha salarial todavía muy extendida por lo que se puede concluir que la equidad está lejos de conseguirse.
A pesar del avance, todavía existen varios países que no obligan a las empresas a que haya equidad dentro de la nómina.
En Reino Unido, a pesar de la presión de la opinión pública para que las compañías paguen lo mismo, no están legalmente obligados a hacerlo.
Cabe mencionar que en Islandia, las grandes empresas deben probar que cumplen con los requerimientos de un pago equitativo acordado con el gobierno, los empleados y los sindicatos. Y deben confirmar también que el pago no están influenciado por las “características sociales” de sus trabajadores, en especial su género.
Además, según la BBC, los empleadores tienen permitido pagar salarios de acuerdo al desempeño de sus empleados, pero solo si pueden demostrar que están pagando igual valor por igual trabajo.
En Islandia, lo que se intenta es que los empleadores entiendan por qué le pagan a la gente por lo que hacen y qué significa hacer ese trabajo.
Existen varios factores históricos y estructurales detrás de la brecha salarial.
Por varios años, los hombres fueron los proveedores y las mujeres las que se encargaban del trabajo doméstico y todavía hoy, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas, las mujeres hacen 10 horas más de trabajo sin remuneración que los hombres a la semana.
En Islandia, las grandes empresas deben probar que cumplen con los requerimientos de un pago equitativo acordado con el gobierno, los empleados y los sindicatos.
Por contraste, los hombres tienden a recibir más horas remuneradas que las mujeres. Y las leyes para un pago equitativo tampoco cambian la distribución del trabajo.
El reporte salarial es algo bueno, pero en la mayoría de países se debería no solo exigir que se reporte la brecha salarial, sino que se adopten medidas que la reduzcan.
La estrategia de igualdad salarial de Islandia se ve promisoria. Los primeros indicios sugieren que obligar a las empresas a demostrar que compensan a los empleados de manera justa puede ser más eficaz que una exigencia de transparencia que luego no tenga ninguna consecuencia.