La mala calidad en el aire es consecuencia de la contaminación emitida por coches, fábricas y otras industrias que emiten agentes que afectan a la capa de ozono, dándole así una menor esperanza de vida.
Entre los más afectados están las mujeres y los bebés, sin embargo, un nuevo estudio realizado por un equipo científico dice que los adolescentes que viven en áreas con una mala calidad del aire, pueden presentar un mayor riesgo de psicosis.
Anteriormente se demostró que las personas que viven en las ciudades tienen mayores probabilidades de presentar síntomas de psicosis, como escuchar voces y presentar conductas paranoicas, al igual que trastornos como la esquizofrenia, entre cuyos síntomas está la psicosis.
En dicho estudio que fue publicado en la revista JAMA Psychiatry, los autores descubrieron que los adolescentes expuestos a dióxido de nitrógeno (NO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión de menos de 25 micras (PM2.5) presentan un mayor riesgo de sufrir psicosis.
El hallazgo constante de una combinación de NO2 y NOx explicó 60 por ciento de las asociaciones entre la urbanicidad, que es como los científicos denominan a los efectos de vivir en una ciudad, y la psicosis en los adolescentes, señalaron los investigadores.
Cabe mencionar que el equipo de investigación estudió a más de dos mil niños que participaron en el Estudio Longitudinal de Riesgos Ambientales en Gemelos y fueron entrevistados periódicamente desde su nacimiento hasta que cumplieron 18 años.
Ellos nacieron entre el 1 de enero de 1994 y el 4 de diciembre de 1995 en los países de Inglaterra y Gales, en el Reino Unido. Del total de los sujetos estudiados, 2,063 proporcionaron información sobre experiencias psicóticas a la edad de 18 años. Se les preguntaron cosas como si habían pensado alguna vez que alguien los observaba o si habían escuchado voces que otros no oían.
Los investigadores analizaron las concentraciones de contaminación en las áreas donde vivían esos jóvenes en 2012, así como de dos lugares que visitaban con regularidad.
Los resultados arrojaron lo siguiente:
623, o 30 por ciento, de los adolescentes habían tenido al menos una experiencia psicótica entre los 12 y los 18 años de edad. Y los que se encontraban en el cuartil superior de exposición a las tres sustancias tenían un mayor riesgo de presentar psicosis.
Esto indica que la contaminación podría afectar directamente al cerebro durante un periodo largo, señalaron los autores.
De acuerdo con la autora principal del estudio en el Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neuociencias, Helen Fisher, la relación entre la contaminación y la psicosis se mantuvo incluso después de que el equipo hizo ajustes para tomar en cuenta otros factores explicativos como el tabaquismo, el consumo de cannabis, la dependencia del alcohol, la pobreza, otros trastornos mentales y vivir en la miseria o en un área con carencias, alta criminalidad y baja cohesión social.
“Nuestro estudio se suma al conjunto de pruebas existentes en los que se relaciona la contaminación del aire con problemas físicos de salud, como las enfermedades cardiovasculares y respiratorias”, afirmó Fisher. “Nuestro estudio también se suma a nuevas pruebas que relacionan a la contaminación del aire con trastornos cerebrales y psiquiátricos como la demencia. Sin embargo, se requieren más estudios antes de establecer conclusiones firmes sobre la función de la contaminación del aire en el desarrollo de problemas de salud mental”.