Vivir en un mundo en el que no haya café, manzanas, jitomates y otras frutas y verduras vitales en la dieta de la población parece una exageración; sin embargo, la drástica reducción de polinizadores como las abejaspone en riesgo el 75% de los cultivos en el mundo.
Las abejas son esenciales para sostener las redes de la vida, y por lo tanto para la sobrevivencia de la humanidad al ser los mayores polinizadores de las plantas con flor en la naturaleza. Una de cada tres porciones de los alimentos podría desaparecer ante la falta de polinización.
Con el objetivo de contribuir a la preservación de la Apis Mellifera, la especie más importante para la polinización de alimentos, la empresa Son de Miel, el despacho especializado en fabricación y diseño digital Praxlab, y la agencia creativa Flock-Linked by Isobar sumaron esfuerzos para desarrollar el proyecto Last Straw, que consiste en el desarrollo de un prototipo de colmena utilizando popotes de plástico reusados como panales artificiales, así las abejas trabajarán menos en construir sus celdas y se enfocan más en la reproducción e incremento de su colonia.
“Existe una coincidencia increíble, resulta que el diámetro del popote tiene la misma medida que las celdas del panal de la abeja Apis Mellifera”, explicó Felipe Mantilla, encargado de la fabricación digital de la colmena y socio de la empresa Praxlab.
Por otro lado, cada popote de plástico tarda hasta 200 años en biodegradarse, causando daños irreparables en los ecosistemas. Para contribuir a su erradicación, el proyecto Last Straw invita a restaurantes y consumidores a dejar de usar popotes y así evitar que contaminen.
El proyecto también se plantea la recuperación de popotes en zonas contaminadas para darles una segunda vida. “Son de miel es una empresa ecológicamente responsable, y con esta acción buscamos que las personas dejen de consumir plásticos de un solo uso, pero que en la transición a que eso pase los plásticos puedan servir en vez de contaminar” comentó Michell Halley de Son de Miel.
Los popotes están hechos de plástico polietileno, el mismo material usado en la fabricación de colmenas artificiales, lo que significa que es un material muy bien aceptado por las abejas. Además, para evitar la presencia de microorganismos ajenos que afecten a la especie, los popotes pasaron por un tratamiento de esterilización.
El equipo de trabajo también cuenta con la asesoría de académicos especialistas y apicultores responsables de definir el diseño de la colmena y la aplicación de los popotes. En esta etapa de investigación, a pocos días de haberse implementado, las abejasmostraron importantes indicios de aceptación ante el material y cómo fue aplicado. Después del periodo de prueba, la meta es que el prototipo final esté disponible y libre de derechos para que pueda ser replicado en cualquier parte del mundo bajo el modelo open source. El proceso, así como los planos de la colmena y los panales estarán disponibles en el sitio www.laststraw.lat.
“Existe una relación ancestral entre las abejas y los humanos, particularmente con las abejas que viven en colmenas. Para nosotras Last Straw es una invitación para cambiar hábitos de consumo al dejar de usar popotes, y a la vez, buscar opciones para apoyar la crisis de la apicultura” comentó Gabriela Esqueda de Son de Miel.
Comunicado de prensa.