«Las cualidades éticas de los empresarios son las que los hacen ganar la confianza de los clientes y trabajadores, si esa confianza no existe la empresa simplemente no crece».
Deirde Mccloskey
En su libro las virtudes burguesas Ética para la era del comercio, la economista transgénero explica cómo la teoría económica también requiere de bases morales.
Ella es una mujer criada en Chicago y se le conocía como Donald McCloskey. Ahora, Deirdre McCloskey, es una de las economistas más reconocidas de la Universidad de Chicago promotora de economía liberal y cuenta con más de 300 artículos académicos publicados en uno de sus libros más recientes llaman las virtudes burguesas ética para la era del comercio.
Es profesora de economía, historia, inglés y comunicación en la Universidad de Illinois, Chicago. Como reconocida economista e historiadora, ha escrito 16 libros y alrededor de 400 textos sobre temas que van desde la economía técnica y las estadísticas hasta los asuntos relacionados con el tema de los transgéneros y la ética de las virtudes burguesas.
Su más reciente libro, La Dignidad Burguesa: Por qué la economía no puede explicar el mundo moderno (University of Chicago Press, 2010), es el segundo de una serie de cuatro sobre la era burguesa.
«No es necesario neutralizar el capitalismo moderno a fin de que sea bueno. El capitalismo también puede ser virtuoso. La vida burguesa no es perfecta, pero es la mejor alternativa a nuestro alcance, dice en entrevista durante su última visita en México.
«El mercado apoya a las virtudes. El carácter del hombre se moldea por tu trabajo cotidiano, la religión y la economía, esas son las pautas para que la humanidad establezca lo con que considera correcto y lo que no». La economía no corrompe: la economía también ayuda a distinguir entre lo bueno y lo malo».
Por su parte, McCloskey habla sobre un modelo de economía liberal, el cuál según ella, da a las personas la libertad para elegir cómo y vivir y cómo ganarse la vida, de tal modo que un capitalismo con valores morales puede ayudar a que las personas vivan con sus propias nociones de lo correcto.
De acuerdo con un artículo publicado en Forbes en la edición abril 2019, McCloskey dice que «un pobre puede elegir trabajar en una fábrica o no,pero lo hace voluntariamente; a veces no tiene muchas opciones, pero al menos tiene opciones. El poder político, por su parte, es solo administración de la violencia.
Los avances económicos según la economista permiten que las personas distingan entre lo que les resulta o no correcto para sobrevivir.
«La gente tiene poder de decisión. A los millennials siempre les han dicho que las cosas son terribles; y lo son, pero toda la creación de miedo se tiene que combatir A las nuevas generaciones las han asustado demasiado. Tenemos un gran número de jóvenes buscando soluciones. Deben dejar de tener miedo y convertirse en emprendedores, hacer lo que tengan que hacer».
Para ella, la llamada share economy es una forma de evolución que permite combatir los vicios del capitalismo más arraigado, explica que la economía compartida es otro escalón de la economía y se está convirtiendo en un tema profundo.