Por: Antonio Vives
El activismo accionarial más activo, valga la cacofonía, es aquel que trata de mejorar la rentabilidad de las empresas a los accionistas, ya sea través cambios de dirigentes, estrategias, fusiones y adquisiciones o desinversiones, entre otros. Un par de ejemplos paradigmáticos de empresas responsables sometidas a estas presiones son el de Unilever (no exitoso) analizado en ¿Pueden las empresas responsables resistir los embates de los activistas financieros? y el de Etsy (exitoso) analizado en ¿Pueden las empresas certificadas como responsables cotizar en bolsa?).
No obstante, cada día es más frecuente ver activismo que pretende mejorar la responsabilidad social y ambiental de las empresas, aunque todavía tiene poco éxito, tienden a dominar los accionistas que consideran esta como un golpe a la rentabilidad, en general muchos fondos de inversión y fondos de cobertura (hedge funds).
En EE. UU., donde más se reporta de estas actividades, el año 2018 fue un año récord para propuestas ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). Y una encuesta (Edelman Trust Barometer Special Report on Institutional Investors, 2018), entre 500 de los inversionistas con mayor poder colectivo (fondos de inversión globales), el 90% respondió que sus fondos habían cambiado sus estrategias de votación y/o involucramiento en los riesgos ASG, y dos tercios dijeron que el cambio había ocurrido en el último año.
Pero es de enfatizar que este creciente interés representa solo la punta del iceberg. Lo importante es que las resoluciones sean adoptadas, que sean implementadas y que tengan impacto.
Propuestas a la Asamblea General de Accionistas de Amazon
Es grato ver cuando se presentan propuestas de resoluciones sobre temas no financieros (que serán financieros en el largo plazo). En este artículo analizamos el caso de la Asamblea General de Accionistas de Amazon el 22 de mayo del 2019, porque es una empresa universalmente conocida y con un gran potencial de impacto en la cadena de valor, la logística mundial y el poder sobre los consumidores. El caso es interesante por sus resultados sorprendentes. Se presentaron 10 propuestas de resoluciones sobre estos temas por diferentes grupos de accionistas y todas fueron rechazadas (ver resultados aquí). A primera vista todas las resoluciones parecen indiscutibles para una empresa moderna y en algunos casos su rechazo es incomprensible, por lo que es instructivo considerar estas resoluciones para tratar de entender porqué fueron rechazadas y las implicaciones que esto puede tener para la empresa.
Este nivel de activismo revela el reconocimiento de grupos de accionistas de que los temas ambientales, sociales y de gobernanza, conllevan riesgos para el futuro de la empresa que se deben ser enfrentados. La tensión es entre la visión cortoplacista de los accionistas tradicionales, activos en los mercados (que quieren ver el aumento del precio de la acción para venderlas) y los de largo plazo, de los tienen una visión más integral de la empresa y suelen poseer las acciones por períodos más largos de tiempo.
Las diez resoluciones fueron las siguientes:
1. Risks of Sales of Facial Recognition Software Pide que la empresa consulte con expertos en derechos humanos para evaluar el impacto que el uso de la tecnología de reconocimiento facial, que posee Amazon, pueda ser usada para la invasión de la privacidad y la violación de esos derechos, especialmente por parte del gobierno de EE.UU. Nótese que no pide prohibición de su venta, solamente que se estudie el riesgo de impacto negativo. Rechazada.
2. Independent Study of Rekognition. (Rekognition es el nombre de la tecnología). Semejante al anterior. Rechazada.
3. Report on Efforts to Address Hate Speech. Producción de un reporte que analice el potencial uso del lenguaje de odio y la venta de productos ofensivos. Nótese que se pide un reporte. Rechazada.
4. Amazon’s Plans for Disruptions Posed by Climate Change. Esta propuesta fue presentada por un grupo de empleados de Amazon y por su difusión y relevancia la comentaremos en más detalle más adelante. Rechazada, pero con el mayor porcentaje de aprobación, casi 31%.
5. Reduce Food Waste. Inclusión en sus informes de sostenibilidad de información sobre el impacto social y medio ambiental de los desechos de alimentos en las operaciones de la empresa. Rechazada.
6. Executive Pay-Incorporate Diversity & Sustainability Metrics. Pide que el Comité de Remuneraciones prepare un informe sobre la posibilidad de incluir medidas que relacionen la compensación de los directores al logro de metas de sostenibilidad, en particular de diversidad. Rechazada. Ni siquiera estudiarlo.
7. Independent Board Chair. Pide que se adopte una política y que se cambien los estatutos para el Presidente del Consejo (Directorio) sea un Consejero (Director) independiente. Rechazada. Actualmente es Jeff Bezos, que también es el Consejero Delegado (Presidente).
8. Majority Vote. Pide que las decisiones sobre las propuestas sean aprobadas por mayoría simple de los votos emitidos. Ahora Amazon, contrario a las buenas prácticas, cuenta las abstenciones como votos negativos, prácticamente asegurando siempre el rechazo. Rechazada.
9. Gender Pay Equity. Pide la producción de un reporte sobre la media global de la brecha salarial por género, incluyendo las políticas asociadas y los riesgos operacionales, reputacionales y operativos y los riesgos relacionados con el reclutamiento y retención del talento femenino. Rechazada.
10. Sexual Harassment. Pide que la empresa revise sus políticas sobre el tema y determine si es necesario adoptar e implementar políticas adicionales y reportar sobre los resultados de esta revisión. Rechazada, con el segundo mayor porcentaje de aprobación, 33%.
Como se puede observar parece que todas las resoluciones debieron ser aprobadas en una empresa que se considere medianamente responsable. Es de suponer que estos rechazos se derivan en gran parte de un rechazo a la “interferencia” de los accionistas (minoritarios, ¿peculiares? ¿con agendas propias?) en las operaciones de la empresa.
En general, en estos casos se suele también alegar que la empresa ya lo hace o que introduce costos innecesarios (es de notar que casi todas las propuestas incluyen frases como la “producción de la información a costos razonables” y que “no incluya información confidencial que pueda dañar su posición competitiva”). Como sea, no da una imagen de empresa responsable. ¿Está Amazon, por su poder, por encima del bien y del mal? Jeff Bezos parece creerlo así.
Resolución sobre el cambio climático
La más paradigmática de estas resoluciones fue la presentada por 7.683 empleados en relación a las acciones de la empresa en el cambio climático. Esta propuesta de resolución pedía la preparación de un informe sobre los planes de la empresa para responder al cambio climático y como está reduciendo su dependencia de combustibles fósiles.
La propuesta contó con un 31% de los votos emitidos, sin contar con las abstenciones. Este porcentaje es superior al del 26% logrado en promedio en resoluciones similares entre el 2015 y 2018.
Y como se observa, en la resolución no es que pidan reducciones en las emisiones ni otros compromisos. Todo lo que se pide es un informe sobre los planes.
Claro está que la empresa debe temer que una vez que se presenten los planes se pedirá el establecimiento de metas y acciones para su logro.
Amazon alegó que ya cumplía lo solicitado ya que había anunciado previamente de algunas iniciativas para reducir sus emisiones incluyendo un plan para que en el 2030 el 50% de todos sus envíos fueran neutrales en emisiones (programa de “envíos cero”).
También anunció que presentaría un informe sobre sus emisiones a nivel de toda la empresa. También anunció un plan de largo plazo para el consumo del 100% de energía renovable.
A pesar de estas iniciativas, los empleados expresaron su desconfianza a través de una carta abierta argumentando que estos planes no son suficientes para atender la crisis del cambio climático.
La carta pide fechas para el logro de los objetivos sobre energía renovable, la reducción de emisiones por envíos al 50% para el 2030 y el 100% para el 2050 y eliminar las inversiones en combustibles fósiles. La carta no tiene el mismo poder legal que una resolución, pero muestra la preocupación de uno sus principales stakeholders, los empleados. Los otros, accionistas y, sobre todo los consumidores, perecen ser (¿somos?) más indiferentes. Y Jeff Bezos no estuvo presente durante la presentación de la carta.
El dilema moral
Mi pasión por la promoción del comportamiento empresarial responsable me dice que no debo seguir comprando en Amazon, pero soy adicto y no sé si lograré disminuir mis compras. Y para colmo soy accionista de Amazon y no sé como votan el fondo de inversiones donde tengo parte de mis ahorros (que es el segundo mayor accionista de Amazon después de Bezos) ni los gestores de fondos que contrata mi fondo pensiones privado. Es prácticamente imposible tener una cartera bien diversificada de inversiones que no contenga las acciones de Amazon, Apple, Google, Facebook, etc.
El primero consideró una resolución en su Asamblea (que yo había respaldado) de votar a favor de este tipo de resoluciones que fue rechazada (no es que no lo haga, es que rechazó hacerlo por resolución), y el segundo, del que yo fui vicepresidente por 20 años, también rechazo mi propuesta de incluir criterios ASG en la selección de algunos de los gestores de los fondos.
Antonio Vives
Con un Ph.D. en Mercados Financieros de Carnegie Mellon University y con una trayectoria como profesor en 4 escuelas de negocios, Antonio Vives es actualmente catedrático y consultor en la Stanford University. Socio Principal de Cumpetere. Ex-Gerente de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo. Creador de las Conferencias Interamericanas sobre RSE. Autor de numerosos artículos y libros sobre RSE y del blog Cumpetere en español.