El exproductor de Hollywood, Harvey Weinstein marcó una nueva era. Tras las acusaciones por acoso sexual y los señalamientos de decenas de actrices víctimas de su abuso; cientos de mujeres alrededor del mundo comenzaron a alzar la voz y denunciaron a sus acosadores en las redes sociales.
Un par de años después las mujeres comenzaron a ver que poco a poco el acoso sexual en el centro laboral disminuyó. Sin embargo, los niveles de acoso de género, parecen haber aumentado.
De acuerdo con un estudio en donde un grupo de investigadores encuestó a 500 mujeres, el 84 por ciento de ellas afirmó que habían experimentado acoso sexual en el trabajo. Pero entre 2016 y 2018, la cantidad de mujeres que denunciaban este problema se redujo.
Esta disminución explica que ahora los acosadores son más cuidadosos para actuar, esto porque el diálogo sobre el acoso sexual se ha vuelto más normal y las mujeres se sienten alentadas a denunciar cualquier atención no solicitada.
Según los autores, es posible que, al centrarse más en el tema, se pueda producir un efecto de contragolpe que aumente el acoso sexual debido a que los miembros de la sociedad tratan de mantener las jerarquías de poder existentes”.
A las mujeres encuestadas se les preguntó sobre sus experiencias de acoso en el trabajo unos dos meses después de que el movimiento #MeToo saliera a la luz; a las que trabajaban a jornada completa, se les preguntó sobre su autoestima y su falta de confianza en ellas mismas.
Las mujeres que fueron acosadas sexualmente en el trabajo tenían mayores probabilidades de presentar una baja autoestima y dudas sobre ellas mismas en 2016.
Los investigadores también entrevistaron a 31 mujeres profesionistas de entre 25 y 64 años de edad que trabajaban en industrias dominadas por hombres y por mujeres, que eran predominantemente de raza blanca y que también ocupaban puestos de nivel medio. 21 de esas mujeres fueron entrevistadas de nuevo en septiembre de 2018 y se les preguntó si creían que el acoso sexual había cambiado en los últimos dos años.
Las respuestas revelaron la forma en que a las mujeres les preocupaban las repercusiones que tendrían si denunciaban el acoso, o el hecho de que no les creyeran.
Otras hablaron sobre cómo sus capacidades fueron cuestionadas después de recibir tales insinuaciones.
¿Por qué disminuyó el acoso?
Según los autores del estudio, esto se debió a que se sienten más empoderadas para hablar sobre sus experiencias con el acoso y además, con las medidas interpuestas por los gobiernos, es mucho más fácil denunciar este tipo de casos.
Datos del Instituto Lean In y Davis indican que el movimiento #MeToo ha hecho que los hombres tengan miedo de convertirse en mentores de mujeres para evitar acusaciones de acoso sexual.
«De esta forma, vemos que #MeToo pudo haber cambiado la conducta masculina en formas negativas (el hecho de no querer ser mentores de mujeres), ¿pero qué hay de las mujeres? Los hallazgos muestran que las mujeres experimentan menos atenciones sexuales no solicitadas y menor coerción sexual ¡Es un éxito! Sin embargo, informaron de un incremento en el acoso de género, que coincide con los comentarios relacionados con el temor a convertirse en mentores«.
“Sin embargo, lo mejor es que, entre las mujeres que experimentaron atenciones sexuales no solicitadas o acoso de género, encontramos que esto había tenido un menor impacto en la autoestima y en las dudas que las mujeres tenían sobre ellas mismas. Las mujeres nos dijeron que tenían una comunidad y que ahora se daban cuenta de que nunca fue su culpa”.
La investigadora continuó: “Me sorprendió ver que la reacción de los varones ante este movimiento de empoderamiento femenino no fue la de ayudar a las mujeres, sino de acosarlas y contraatacar para hallar otras formas de degradarlas. Se trata de una visión realmente desagradable de los varones, la cual no suelo creer”.