En el último trimestre del año pasado, McDonald’s anunció que dejaría de proporcionar popotes de plástico y entregaría popotes de papel en sus restaurantes de toda América Latina. Esto en apoyo a las iniciativas a favor del medio ambiente.
No obstante, recientemente admitió que los nuevos popotes no pueden reciclarse, a diferencia de las versiones de plástico anteriores que reemplazaron.
Popotes sustentables de McDonald’s son Greenwashing
McDonald’s reconoció que las nuevas versiones de los popotes sustentables son demasiado gruesas para ser procesadas por sus recicladores.
“Si bien los materiales son reciclables, su grosor actual dificulta que sean procesados por nuestros proveedores de soluciones de desechos, quienes también nos ayudan a reciclar nuestros vasos de papel”, dijo un portavoz de McDonald’s a la agencia de noticias de Press Association del Reino Unido.
El tema fue revelado por primera vez en el periódico The Sun, se publicó un memorando interno de McDonald’s informando que los popotes de papel de la compañía “aún no son reciclables y deben eliminarse en la basura general hasta nuevo aviso”.
You asked, we listened. Paper straws will be rolling out to all UK restaurants from this September! pic.twitter.com/7aWiilabBB
— McDonald’s UK (@McDonaldsUK) June 15, 2018
Cuando la empresa anunció el uso de pajillas de papel en junio de 2018, dijo que la medida era “parte de esfuerzos más amplios para proteger el medio ambiente”.
En un comunicado de prensa de ese momento, Paul Pomroy, CEO de McDonald’s en el Reino Unido e Irlanda, dijo: «los ambiciosos planes del gobierno, combinados con la sólida opinión de los clientes, ayudaron a acelerar el alejamiento del plástico, y estoy orgulloso de haber ayudado a lograr este cambio social”.
Los popotes de plástico que se utilizaban anteriormente podían reciclarse pero el gobierno británico decidió prohibirlos, y alentó a las cadenas a deshacerse de los productos.
El entonces secretario de Medio Ambiente, Michael Gove, felicitó a McDonald’s por “hacer esta contribución significativa para ayudar a nuestro medio ambiente natural” cuando se realizó el movimiento inicial el año pasado.
Los nuevos popotes eran impopulares incluso antes de esta última revelación. Los consumidores se quejaron en redes sociales, los popotes quedaban empapados en las bebidas, y una petición pidió a la empresa que recuperara sus popotes viejos; la petición tiene más de 50.000 firmas.
Con esta acción, McDonald’s deja claro que practica el Greenwashing, al decir que sus popotes serían más amigables con el planeta, y no resultar así.
La cadena de restaurantes de comida rápida está haciendo un giro meramente de forma y no de fondo, por lo que se convierte en un hecho engañoso de la comercialización verde.
Las empresas recurren al Greenwashing por varias razones; una de ellas es el señalamiento social respecto de sus malas prácticas, y otra es que actualmente los productos y programas de responsabilidad social están teniendo respuesta por parte de la comunidad.
Algunos de los ejemplos más claros de Greenwashing se logran a través de empaques engañosos, etiquetas ecológicas inexistentes o leyendas que en realidad son falsas, pero mercadológicamente son muy atractivas como «eficiencia energética», «producto 100% natural», «producto orgánico» o «amigables con el medio ambiente», tal como lo hizo la marca.
Mc Donald’s gastó más en la inversión de sus «popotes sustentables» y admitió que no se pueden reciclar. Se encargaron de hacer lo necesario para mostrar a sus grupos de interés y consumidores su alineación a «lo verde», pero al final no lo lograron.
¿Qué tanto afectará a su reputación este cambio? En las próximas semanas se verá la forma en que esto afectó o favoreció a la firma.