Por: Jeanette Leyva
Si un sector en México es seguro que tiene ganancias pese a que no haya un buen panorama económico es el bancario, pero también es el que más invierte para llegar a más mexicanos y el que cada vez busca más proyectos para financiar que tengan un enfoque social.
Desde hace años, por ejemplo, BBVA tiene la misión de apoyar a los niños y jóvenes hijos de migrantes con el programa ‘Por los que se Quedan’ , ya que consideran que la educación es la base para arraigar a muchos talentos mexicanos, además de apoyar con becas a quienes participan en las Olimpiadas del Conocimiento.
Santander con su programa de Universia que aplica en todos los países en que opera, sumado a los concursos que hacen de proyectos de emprendedores, han sido más que innovadores y revolucionarios en esta misión de responsabilidad social.
Las instituciones bancarias tienen diferentes causas sociales como medio ambiente, educación, inclusión financiera a bajo costo y lo han hecho de diferentes formas en los últimos años, pero hablar en este sexenio de misión o responsabilidad social se ha convertido ya en un objetivo de casi todos, dado el perfil del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La semana pasada en el encuentro de la Asociación Mexicana de Comunicadores ese fue uno de los temas. ¿Cómo hablarle al nuevo gobierno? La forma de hacerlo poco a poco lo han ido entendiendo las empresas, así ya no dicen instaló una tienda cada día, sino originó tantos empleos al día, lo cual da el mensaje del aporte económico que hacen al país al crear trabajos.
Otro ejemplo, Ernesto Torres de Citibanamex, que impulsa que CoDi sea gratuito, ya que más personas incluidas en el sistema financiero trae ventajas para todos en el futuro, ‘perder’ ingresos por comisiones de TPVs, no es gran tema ha dicho, si se logra que una gran parte de mexicanos tengan acceso a servicios financieros formales.
Un ejemplo más es el esfuerzo hecho por Banorte para enfocar todo su foro en el tema ‘El Reto Social de la Banca’. Si bien ellos trabajan en varios frentes, desde dar créditos a proyectos que tengan un claro enfoque social, o que contaminen menos, buscan poner en boca de todos cuál es el camino que debe seguir la industria en ese tema, además de la inclusión y bancarización, tener un objetivo común donde logren mejorar la vida de los mexicanos vía el ahorro y el crédito. Carlos Hank, presidente del Consejo, tiene claro que como institución creada por mexicanos, deben reforzar esa tarea ya que la responsabilidad social de las empresas debe ir más allá de crear empleos o pagar impuestos, sino retribuir y ayudar a los mexicanos a tener una vida mejor.
Cambiar el discurso para enfocarse en el tema de misión o responsabilidad social es algo que veremos más en el futuro, pero más que eso, también abrió la puerta para iniciar una sana discusión y sobre todo, unión entre las empresas, para sin olvidarse de sus negocios, tener objetivos claros de apoyar a la sociedad en diferentes áreas como muchas ya lo vienen haciendo, pero que hoy el momento político exige mostrarlo aún más. Por lo pronto, la moneda está en el aire.
Y en el otro lado de la moneda, la investigación sobre lo que pasó en Prosa podrá tener resultados según el Banco de México más rápido que otras veces, ya que los datos sobre lo que pasó siguen fluyendo; en donde coinciden estuvo involucrado en gran parte el incumplimiento de los protocolos establecidos, en donde no se siguió el proceso y se cuenta que había un elemento de infraestructura dañado, que se quedó sin energía y sin respaldo, apagó todos los equipos y sin personal adecuado, originó lo que ya sabemos y que aún siguen calculando el costo.
Un ejemplo, en varios restaurantes de cadenas que tienen sólo a un banco como su proveedor de TPVs, la institución financiera liquidará los pagarés que fueron firmados por los clientes que no llevaban otra forma de pago. Debido al caos de ese sábado, los bancos afectados estiman que la facturación cayó 50 por ciento, cantidad no vista en estas fechas, algunos incluso no descartan demandar a la empresa. Por lo pronto, la moneda está en el aire.
Fuente: El Financiero