A pesar de los avances en la disminución en los índices de pobreza, la región Latinoamericana es uno de los lugares más inequitativos del planeta.
La salud pública es una de las preocupaciones más grandes de esta región, desafortunadamente, hoy en día, no se puede asegurar que la inversión en salud pública sea la prioridad y motor del desarrollo en América Latina.
De acuerdo con Rubén Torres, rector de la Universidad Isalud y exgerente de Sistemas de Servicios de Salud de la Organización Panamericana de la Salud, «muchas veces hay una suerte de brecha entre lo que expresan los líderes políticos y luego cómo se traducen los presupuestos que se asignan”.
Los retos son mayúsculos para la región latinoamericana, pues vivimos en el continente más inequitativo del planeta, a pesar de avances en la disminución de los índices de pobreza.
Rubén Torres, rector de la Universidad Isalud y exgerente de Sistemas de Servicios de Salud de la Organización Panamericana de la Salud
Inversión social por debajo de la media de los países de la OCDE
Información publicada por el diario El Economista, señala que Torres ha analizado la situación que vive la región desde el gasto público social, es decir, lo que los gobiernos de la región gastan.
En América Latina y el Caribe se trata de 29.7% del Producto Interno Bruto (PIB), no obstante, los países de la OCDE invierten alrededor de 43.5%.
Con esos datos se puede resaltar la desigualdad que se vive. Los países que más gastan son Argentina, Brasil, Ecuador, Trinidad y Tobago y Uruguay, con más de 35% de su PIB, mientras que países como República Dominicana o Guatemala invierten menos de 20%.
Además, según el mismo diario dice que el gasto social está dividido en 45% para pensiones, 31% en educación, 13% seguridad social no contributiva (planes de salud, subsidios) y 10.2% para salud pública.
Las cifras son dignas de tomar en cuenta considerando que la población seguirá envejeciendo y que, a diferencia de países europeos, donde primero fueron ricos y luego viejos, aquí llegaremos a este estatus con condiciones muy distintas de pobreza, dijo Torres.
“El aumento en el gasto en jubilaciones será un tema de verdadera relevancia para la región en los siguientes años. Sin reformas, se prevé que el gasto público por envejecimiento en la región (jubilaciones, salud y educación) suba de 16 a 27.8% del PIB entre el 2015 y el 2065”.
LATAM enfrenta grandes retos en salud
No por tener más dinero, hay más salud. Por ejemplo, en Estados Unidos, se gasta el 17% de su PIB en salud, pero en sus mediciones de mortalidad materna y expectativa de vida, se encuentra al final de los países más desarrollados.
Al hacer el análisis, el especialista dijo que la región nuevamente presenta grandes diferencias. Un país como México, catalogado como referente de LATAM, en el 2014 se encontraba por debajo del promedio (3.7% PIB), contra países como Cuba que superaban 10% del PIB al hablar del gasto fiscal.
Según él, nuestro país es considerado uno de los que más gasta: el dinero que los mexicanos ponen desde su bolsillo en salud equivale a 40% de la enfermedad de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, esto contra 18% para países de la OCDE.
Es un gasto inequitativo fuerte porque afecta mucho más a los pobres que a los ricos, y se vuelve un indicador clave.
De los 8.6 millones de decesos por año en países de bajos y medianos ingresos causados por condiciones tratables, 3.6 millones se producen por falta de acceso.
Chile, Brasil y Colombia están entrando en estos modelos de acción, donde la calidad de vida y aceptabilidad es fundamental: se pone en el centro al paciente, se toma en cuenta su opinión y no sólo la del medico o financiador, también se involucran los familiares y hasta la industria farmacéutica.