A través del tiempo, diversos atletas transgénero han enfrentado obstáculos y varias situaciones de discriminación.
La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) anunció recientemente que a partir de ahora, los atletas transgénero podrán participar en competencias, luego de la «simple declaración» de su género femenino. El requisito es que tendrán que demostrar que su tasa de testosterona no sobrepasa cierto nivel.
Anteriormente, las atletas transgénero femeninas debían aportar un documento oficial que acreditara su género femenino.
Tras la publicación del nuevo reglamento de al IAAF, que entró en vigor el 1ro de octubre, este documento se volvió innecesario: las atletas solo han de facilitar una declaración firmada que certifique su género.
Estas deportistas deberán demostrar que su tasa de testosterona ha sido inferior a 5 nanomoles/litro de forma continua en un período de al menos 12 meses.
Su tasa tendrá que continuar por debajo de esos niveles para ser elegible y participar en pruebas femeninas, según la IAAF.
Algunos estudios confirman que la testosterona aumenta la resistencia y la masa muscular magra entre las mujeres jóvenes, aunque sea administrada en un período de tiempo corto.
Angélica Hirschberh, ginecóloga del Comité Olímpico sueco, y autora de dicho estudio, dice que esta investigación es la primera que se realiza para mostrar los efectos de la testosterona en el rendimiento de las mujeres, porque anteriormente solo se enfocaban en los hombres.
La IAAF aplica de esta manera a las transgénero las reglas exigidas a las hiperandróginas, que impidieron a la sudafricana Caster Semenya defender su título en la prueba de 800m en los recientes Mundiales de Doha.
Otro caso fue el de la atleta transgénero estadounidense Cece Telfer, el cual provocó muchas reacciones.
Telfer, hombre que se transformó en mujer, participó en la categoría masculina antes de que recientemente fuera autorizada a competir en pruebas femeninas en Estados Unidos.
Polémica en el deporte por atletas transgénero
Desde hace varios años, se ha generado un debate acerca de las personas que se cambian de sexo y quieren participar en competencias deportivas: muchos dicen que podrían tener ventajas sobre los otros competidores.
Fue en 1976 cuando la tenista Renée Richards desafió al mundo del deporte y ganó. Richards compitió como hombre cuando se llamaba Richard Raskin; se sometió a una operación de cambio de sexo para que su cuerpo dejara de contradecir su sentimiento de ser mujer y quiso competir contra mujeres.
Para lograr llegar a las competencias y participar, necesitó que un tribunal de Nueva York le diera la razón para disputar en 1977 el Open de Estados Unidos que le había cerrado la puerta un año antes.
De acuerdo con El País, a las mujeres que se han transformado en hombres, se les permite competir incluso cuando están tratándose con testosterona sintética, un anabolizante prohibido por el Código Mundial antidopaje para atajar la producción endógena de estrógenos.
La noticia de la inclusión a competencias de personas transgénero ha sido muy esperada y de gran agrado para aquellos que tuvieron obstáculos en el pasado.
Sin embargo, aunque se les conceda la autorización terapéutica de testosterona se vigilará que no sobrepasen las dosis establecidas, y hay que tomar en cuenta que será muy difícil establecer cuándo se ha producido una sobredosis que les depare ventaja competitiva.
En los próximos meses se tendrá que hacer una reestructura para que los atletas no tengan una condición específica para poder participar en las competencias.
¿Tú qué piensas? ¿Crees que es necesario que comprueben sus niveles de testosterona? ¿o es injusto y hasta exagerado? Te leemos en los comentarios.
