La posibilidad de convertir el excremento de animales en gas o energía eléctrica ha sido el mayor descubrimiento dentro de la «economía verde«, pero en México ha sido un paso complicado.
os pocos productores que han implementado la tecnología ahorran electricidad y trabajan en granjas limpias, pero no han recibido los recursos extras por la venta de sus bonos de carbono, porque son muy pocos.
Un caso es Ryc Alimentos, ahora una granja sin olor a excremento.
Los dueños de la compañía invirtieron en dos motores que transforman el gas del estiércol de sus 20 mil cerdos en electricidad; ahorraron costos en energía eléctrica y tienen 6 mil 700 bonos de carbono.
La inversión total para la generación de bonos y energía eléctrica fue de 3.5 millones de pesos, de los cuales Ryc Alimentos puso 1.5 millones.
Reforma, Negocios, p. 10 Lunes 13 de octubre de 2008