Recientemente, Mark Kramer, destacado investigador, escritor, orador y consultor sobre estrategias de impacto social, opinó sobre la Responsabilidad Social (RS) y la pandemia que atravesamos por la COVID-19 para Harvard Business Review.
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La Responsabilidad Social es puesta a prueba por la COVID-19
Para millones de estadounidenses, la nueva ley que se ha decretado para ayudar será demasiado pequeña y demasiado tarde. Se espera que pasen tres semanas para que los pagos en efectivo lleguen a los empleados despedidos y a las empresas, éstas pueden diferir los pagos y reducir los costos, pero los empleados que han perdido sus ingresos sin previo aviso, no pueden esperar tres semanas para alimentar a sus familias.
Para gran parte de Estados Unidos, esta es una crisis que requiere una acción inmediata que solo las empresas pueden tomar.
La forma en que las grandes compañías responden a esta crisis es un momento decisivo que será recordado por décadas. Hace treinta y ocho años, siete personas en Chicago murieron por tomar pastillas de Tylenol envenenadas. Fue un evento raro y localizado, pero Johnson & Johnson inmediatamente retiró todo el Tylenol de las tiendas, sufriendo una gran pérdida para evitar incluso una muerte adicional. La gente todavía habla de esa decisión, incluso las personas que ni siquiera habían nacido en ese momento, y este caso actualmente está siendo estudiado en las escuelas de negocios.
Muchas grandes compañías hablan de tener un propósito social y un conjunto de valores, o de cuánto se preocupan por sus empleados y otras partes interesadas. Ahora es el momento de que cumplan con ese compromiso. La investigación sugiere que las personas solo creen de verdad que su empresa tiene un propósito y valores claros cuando ven que la gerencia toma una decisión que sacrifica la rentabilidad a corto plazo en aras de adherirse a esos valores.
Cuando la cadena de farmacias de EE. UU. CVS decidió profundizar en el cuidado de la salud, tomó la iniciativa de que ya no podía vender productos de tabaco, perdiendo $ 2 mil millones en ingresos.
Cuando mi firma de consultoría de impacto social, FSG, se encontró con la recesión de 2008, tomamos la decisión de no despedir a las personas, sino de reducir los salarios en una escala variable, para que aquellos que obtuvieron el mayor beneficio tomaran los recortes más profundos y los que hicieron el menor tuvieran una reducción muy pequeña. Más de una década después, la gente todavía habla sobre esa decisión, y hemos decidido repetirla ahora.
Entiendo que los líderes corporativos se enfrentan a la presión de los inversores y los banqueros para conservar el efectivo y reducir las pérdidas, pero ni los inversores ni los banqueros pasarán hambre. Incluso los jubilados, que han visto agotados sus ahorros, pueden esperar ver que las acciones se recuperen siempre que no se vendan en pánico.
Las compañías cancelan los costos de reestructuración, fallas de productos o adquisiciones que salen mal todo el tiempo. Todos entenderán la cancelación de pérdidas debido a la pandemia de coronavirus. Aquí hay algunas cosas que las empresas pueden hacer para ayudar a sus empleados, pequeños proveedores, proveedores de atención médica y comunidades.
Acciones que pueden tomar las empresas para ayudar a diferentes sectores
Colaboradores
Lo que las compañías hacen para ayudar a sus empleados despedidos, más allá de lo que se requiere o espera, será recordado y reembolsado con una mayor lealtad, una mayor productividad y un beneficio reputacional duradero durante muchos años.
Continuar pagando salarios, incluso a menos de la paga completa, es una opción. Walmart, Microsoft, Apple y Lyft se han comprometido a continuar los pagos a los trabajadores por hora durante al menos las dos primeras semanas de cierre. Esto es esencial no solo como una cuestión de responsabilidad corporativa; también reducirá sustancialmente los costos de volver a contratar empleados cuando la economía vuelva a la normalidad.
Prestar dinero a los empleados es otra opción. Dejándolos solos, muchos empleados recurrirán a los cargos exorbitantes de las deudas de tarjetas de crédito y los prestamistas, el día de pago, cobrarán una tasa de interés de más del 20% en un momento en que las corporaciones pueden pedir prestado al 2% o 3%.
Esa diferencia en las tasas de interés puede ser el distintivo entre la bancarrota y la supervivencia económica. Las corporaciones deben usar su crédito corporativo y sus garantías para organizar préstamos a bajo interés o sin intereses para sus empleados. Deben calcular el salario neto de ellos, después de las deducciones de nómina y solicitar a sus bancos que otorguen préstamos equivalentes a un mes de salarios netos con un interés del 3%, garantizados por la corporación. Los empleados pueden pagar los préstamos durante el próximo año con sus salarios cuando regresen al trabajo.
Con toda probabilidad, muy pocos de los empleados de una empresa realmente necesitarán atención médica, pero si no tienen seguro, eso también puede llevarlos a la bancarrota. Las compañías deberían ofrecer cubrir los gastos médicos de todos los empleados no asegurados, probablemente entre el 2% y el 5% incurrirán en facturas significativas, y las empresas pueden negociar con su asegurador una prima adicional para cubrirlos. Lamentablemente, los empleados también pueden necesitar ayuda para cubrir los costos del funeral de los pocos que sucumben.
Pequeños proveedores
Las compañías deben ofrecer pagos anticipados a sus pequeños proveedores, dándoles efectivo hoy por los bienes que necesitarán cuando vuelvan a la producción. Es el equivalente corporativo de comprar tarjetas de regalo para mantener su tienda local en el negocio.
Proveedores de servicios de salud
Algunas partes del mundo enfrentan una grave escasez de suministros médicos básicos, pero como empresa global tiene acceso a recursos en todas partes. La necesidad de máscaras en China y Corea del Sur ha disminuido mientras sigue creciendo en los Estados Unidos y Europa. Las empresas deben comprar y enviar suministros desde donde están disponibles hasta donde se necesitan. Deben aprovechar su inventario de lo que tengan que pueda ayudar, enviarlo donde sea más beneficioso y asumir la pérdida.
Comunidades
Las grandes corporaciones deben usar sus fundaciones para ayudar con despensas, clínicas gratuitas y otras organizaciones sin fines de lucro que aborden las necesidades inmediatas de las comunidades donde tienen operaciones.
Nadie espera ni exige que las principales compañías tomen medidas extraordinarias para ayudar a sus muchos grupos de interés, pero los pasos audaces y creativos que toman hoy para brindar asistencia inmediata, definirán su legado mañana.
