Según registros, se espera que el año 2020 sea uno de los años más calurosos. Hay que recordar que el año pasado Australia sufrió uno de los mayores incendios mientras que Indonesia ha planeado trasladar su capital, Yakarta, que está siendo tragada por el mar.
En la década de 2010, el cambio climático fue tema de actualidad y hoy es la emergencia climática.
La «palabra del año» de 2019, nuevamente será noticia de primera plana. A medida que los registros de calor se rompen en todo el mundo, los científicos plantean preocupaciones sobre los circuitos de retroalimentación negativa que crean aumentos exponenciales de temperatura.
La evidencia para demostrar el daño humano al medio ambiente está aumentando. Ha habido 17 años considerados de los más calurosos en los últimos 18 años. La pérdida de hielo antártico se ha triplicado en la última década, la acidez de nuestros mares ha aumentado alrededor de un 30% desde la Revolución Industrial.
La amenaza del cambio climático, anteriormente vista como predominantemente peligrosa para los animales y los arrecifes de coral, ahora está llamando a la puerta de las naciones más ricas del mundo. Las zonas tradicionalmente cálidas, como Australia y Oriente Medio, pueden volverse inhabitables en algunas partes y Europa está empezando a sudar.
En Global Trends 2020, la emergencia climática es el valor común más fuerte entre las personas en todo el mundo, y en este caso, podemos decir con certeza que los valores cambiantes se están traduciendo en acciones cambiantes. La formación del grupo activista internacional Extinction Rebellion en 2018 demuestra la fuerza del sentimiento. Además, ahora hay un peso político detrás de la idea de cambio, tanto a nivel global como local.
Existe una demanda de acciones drásticas a nivel local que antes hubieran sido impensables. Portugal apunta a una reducción del 55% en las emisiones de carbono para 2030, Finlandia planea prohibir la quema de carbón para 2029 y el Reino Unido tiene la intención de ser neutral en carbono para 2050.
La amenaza del cambio climático, sin embargo, se siente de manera desigual. Las ciudades al nivel del mar, como Lagos y Mumbai, están en alerta roja. Por el contrario, otros países no están dispuestos a cambiar de rumbo. Estados Unidos bloqueó una medida no vinculante, para alentar a los países a impulsar los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero, en la Cumbre de Acción Climática de las Naciones Unidas de 2019.
Australia, a pesar de enfrentar incendios forestales y temperaturas elevadas, ni siquiera asistió a la cumbre, la minería del carbón contribuye alrededor del 8,5% de su PIB. La inacción del gobierno australiano mientras su ciudad más grande, Sydney, enfrenta el aire más tóxico en la tierra, más de 12 veces niveles peligrosos, demuestra la tensión entre los intereses económicos y la política climática.
Existe una correlación entre la negación del cambio climático y otras opiniones nacionalistas en muchos países. Equilibrar las escalas entre los intereses económicos del estado nación y la salud de nuestro planeta no es, para muchos, simple. Este conflicto también se desarrolla a nivel personal. La gestión de la tierra tendrá un gran impacto en la mitigación, lo que implica que todos reconsideremos nuestro uso del agua y las opciones de dieta, además de nuestro uso de energía.
El agotamiento de los recursos, ya sea agua, fertilidad del suelo o tierras raras, es otro elemento clave de este nuevo desafío técnico y económico que provoca tensiones políticas, como hemos demostrado en otros lugares. Las marcas deberán adoptar una postura proactiva.
No obstante, es posible que las opciones ecológicas ya no sean una opción agradable, ni que ya no podamos obligar a nuestro entorno a adaptarse a nosotros; la humanidad necesitará adaptarse a un entorno cambiante.
