«La pandemia por COVID-19 ha puesto a millones de niños y niñas en riesgo de ser forzados a trabajar, revirtiendo dos décadas de trabajo para combatir la práctica y marcando potencialmente, el primer aumento de trabajo infantil desde el año 2000», advirtieron las Naciones Unidas.
Eco-Business comenta que la ONU explicó cómo a medida que la pandemia golpea la economía mundial, va empujando a millones de personas a la pobreza, y las familias pueden verse presionadas a poner a sus hijos a trabajar para sobrevivir.
A medida que la pandemia hace estragos en los ingresos familiares, sin apoyo, muchos podrían recurrir al trabajo infantil.
La protección social es vital en tiempos de crisis, ya que proporciona asistencia a los más vulnerables.
Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Debido a los cierres globales, se prevé que la economía mundial se contraiga un 3,2% este año, según una encuesta de Reuters a más de 250 economistas.
Las previsiones de crecimiento económico mundial habían tendido a oscilar entre el 2.3% y el 3.6% antes de que se produjera la pandemia.
El número de niños y niñas que trabajan en todo el mundo ha disminuido significativamente a 152 millones, frente a los 246 millones que había en el 2000, según la OIT.
Para evitar que aumente la explotación, la ONU pidió a los gobiernos que integraran las preocupaciones relativas al trabajo infantil en instrumentos legislativos más amplios, como la política de educación, los mercados laborales y la protección de los derechos humanos. Algunos países han comenzado a hacerlo.
Este mes, las autoridades laborales brasileñas lanzaron una campaña nacional para ayudar a combatir el posible trabajo infantil, comisionando una canción sobre la esclavitud infantil que será escrita por los conocidos raperos Emicida y Drik Barbosa.
La reciente muerte de una empleada doméstica de 8 años de edad en Pakistán impulsó al gobierno a proponer cambios legislativos para que sea ilegal que los niños y niñas realicen trabajos domésticos.
Los especialistas también advierten que los infantes son más propensos al trabajo mientras las escuelas estén cerradas, en un esfuerzo por detener la propagación de la COVID-19.
A medida que la pobreza aumenta, las escuelas cierran y la disponibilidad de servicios sociales disminuye, más niños y niñas se ven forzados a trabajar.
Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF.
Aunado a esto, un grupo sin fines de lucro de Etiopía lanzó una novedosa forma de mantener a miles de pequeños leyendo mientras la escuela estaba fuera de servicio, lo hicieron mediante el despliegue de camellos que transportaban cajas de madera llenas de libros de cuentos.
