Por: Sharahí Zamudio, investigadora de liderazgo y Directora general de Licuadora, empresa de soluciones integrales de comunicación.
Las empresas que trabajan por causas definidas y claras son las triunfadoras en la nueva normalidad.
Entre otras ventajas, generan hasta cuatro veces más probabilidades de compra, se protegen en caso de error o crítica pública, son más susceptibles de que los consumidores las recomienden a amigos y familiares e incrementan la confianza de sus públicos.
La relación significativa y positiva entre la fortaleza de propósito y los resultados empresariales hace que liderar con propósito sea un imperativo para el éxito empresarial, lo que produce una reputación más fuerte, afinidad de marca y resultados finales.
Ahora, el 94% de los consumidores asume que las empresas con un propósito claro y fuerte son las que generan más confiabilidad, pero el 37% asegura que las organizaciones no articulan su propósito ni lo demuestran de manera consistente en sus operaciones y compromiso con las partes interesadas.
Existe una anécdota que refleja la importancia del propósito:
En 1961, cuando el entonces presidente estadounidense, John F.Keneddy, le preguntó a un hombre de limpieza ¿Y usted que hace aquí en la NASA? Durante una visita a ese lugar, el trabajador repuso:
-¡Ayudo al hombre a llegar a la luna!
Cuando una organización tiene identificada una causa que; es su razón de ser, es más fácil que sus colaboradores detecten la trascendencia e importancia de la labor que realizan en el día a día.
Identificar la causa tiene que ver con la solución que se brinda a los demás. Las preguntas cruciales para la empresa son:
- ¿Qué haces? Core business.
- ¿Para qué sirve esto? Trascendencia de lo que se hace.
- ¿A quiénes beneficias? Mercado meta.
- ¿Por qué? Propósito.
- ¿Qué vendes? Cómo se relaciona el producto o servicio a la vida del consumidor final.
Tales preguntas logran la propuesta esencial de valor. Ahora deben reforzarse con emociones positivas y valores sociales. Después de identificar esto, es conveniente citarlo en los manifiestos corporativos.
El reto aparece después: ¿Cómo lograr que el propósito corporativo se vuelva parte de la vida de los equipos? En este reto hay dos factores esenciales: una campaña consistente de comunicación estratégica y un liderazgo automotivado.