Alexis Bravo
Hambre Cero es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (OBS) de la Agenda 2030 mientras que la seguridad alimentaria un considerada un derecho universal; sin embargo, ese objetivo está lejos de alcanzarse e, incluso, la pandemia ha alejado la consecución de esta meta global.
En México, la anterior problemática se agudiza ya que es el lugar más caro de toda América Latina para cubrir una dieta saludable, advirtieron expertos durante el Noveno Conservatorio de Alto Nivel: Seguridad Alimentaria y Agenda 2030, convocado por la oficina de la Agenda 2030.
En el país, los hogares dirigidos por mujeres tienen 24% más probabilidad de padecer hambre por la falta de ingresos y oportunidades laborales, advirtió Gemma Santana Medina, directora general de la Agenda 2030 de la Oficina de la Presidencia en México.
Lina Pohl Alfaro, representante en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, comentó que América Latina no alcanzará el objetivo de Hambre Cero de la Agenda 2030 pues se estimaba que habría 67 millones de personas con hambre, sin embargo, con la pandemia el número aumentó a 130 millones.
Al respecto, Juan Carlos Anaya, director general en Grupo Consultor de Mercados Agricolas, comentó que México actualmente produce lo equivalente a 101.7% de lo que consume, por lo que sí hay seguridad alimentaria pues hay producción, pero lo que hace falta son ingresos, pues 16% de personas del país se encuentra en pobreza extrema y, de estos, 54% vive en zonas rurales, además de que este año hubo perdida de 15 millones de empleos.
Reclamó que el gobierno actual da subsidios mal enfocados pues los programas no inciden en la productividad sino sólo en dar recursos, lo cual a largo plazo disminuye la estabilidad de una seguridad alimentaria, de ejemplo puso el programa Sembrando Vida, pues señaló que no ha habido producción a pesar de la inversión de 27,000 millones de pesos en él.
Rodolfo Garcia-Moreno Garza, presidente de la Asociación Agrícola de Matamoros, consideró que es necesario hacer pruebas piloto en cada una de las regiones de México, pues no todas las zonas son iguales y cada productor tiene necesidades distintas.
Para poder ayudar y asegurar una buena producción de alimentos se requiere escuchar, monitorear y pagar la cantidad justa a los que producen los alimentos, aseguró.