En 2013, bajo el mandato del expresidente Enrique Peña Nieto, se dio a conocer la implementación de la Reforma Energética, la cual buscaba la modernización del sector energético de nuestro país sin privatizar las empresas públicas dedicadas a los hidrocarburos y a la electricidad, manteniendo la rectoría del Estado.
De acuerdo con información oficial, entre sus propósitos se encontraban:
- Reducir la exposición del país a los riesgos financieros, geológicos y ambientales en las actividades de exploración y extracción de petróleo y gas.
- Atraer mayor inversión al sector energético mexicano para impulsar el desarrollo del país.
- Contar con un mayor abasto de energéticos a mejores precios.
- Fortalecer la administración de los ingresos petroleros e impulsar el ahorro de largo plazo en beneficio de las generaciones futuras.
Pero sobre todo:
Impulsar el desarrollo con responsabilidad social y proteger al medio ambiente, lo que traería como consecuencia la sustitución de las centrales eléctricas más contaminantes con tecnologías limpias y gas natural.
En la Reforma Energética se manifestaba que «se deben adoptar medidas para evitar que el mayor desarrollo en el sector hidrocarburos propicie el deterioro de las condiciones medioambientales. A la vez, se debe impulsar el uso de energías limpias en el sector eléctrico, a fin de reducir las emisiones contaminantes asociadas a los procesos de generación eléctrica».
Entre las empresas encargadas de lograr esta meta se encontraban Iberdrola y Repsol.
Iberdrola y Repsol
Iberdrola es un grupo empresarial dedicado a la producción, distribución y comercialización de energía, considerado el primer generador privado de electricidad en México. Se encuentra alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y se encarga de ofrecer soluciones energéticas respetuosas con el medio ambiente.
En el caso de Repsol, la multinacional energética y petroquímica española llegó a México en 1999 y está presentes en toda la cadena de valor del petróleo y gas, y contribuye con el suministro energético responsable. Su transición energética fomenta la sostenibilidad en sus operaciones y suministra energía limpia, asequible y sostenible.
Ambas compañías solían tener inversiones en México, pero eso cambió al momento de que López Obrador hizo cambios en política energética.
La posición de AMLO
El actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha buscado desde que inició su mandato, revertir los efectos de la Reforma Energética de 2013 con acuerdos que interpretan las leyes y alcanzar la soberanía energética, es decir, fortalecer las empresas estatales como PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), bajo la dirección de la Secretaría de Energía (Sener).
AMLO proclama que exmandatarios como Felipe Calderón, Georgina Kessel y Peña Nieto fueron consejeros de Repsol —firma de la que Pemex ha sido su socio en dos ocasiones— lo cual se interpreta como que dichas inversiones solo responden a intereses personales. A esto se le suma la misma posición negativa respecto a Iberdrola y más compañías.
Ahora todo esto se ve reflejado en su última declaración, en la que afirma que tanto Repsol, Iberdrola, Shell y otras empresas extranjeras del sector energético “estaban muy mal acostumbradas en el periodo neoliberal» y su apoyo se encontrará con las compañías estatales:
Siempre lo he dicho, el único o los únicos negocios que deben importarnos son los negocios públicos.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
Y continuó:
Es un timbre de orgullo que digan que estamos protegiendo a la Comisión Federal de Electricidad y a Pemex, pues sí, para eso me pagan, no me pagan para proteger a Repsol, o a Shell o a Iberdrola.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
Cabe destacar que tanto esta como otras acciones del mandatario ya han provocado consecuencias con múltiples impactos, y ocasionado demandas y amparos por limitar a las energías renovables. Y en este caso, Iberdrola ya ha descartado más inversiones en México.
La posición de Iberdrola
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, afirmó que la compañía descarta iniciar nuevos proyectos en México si el Gobierno del país no quiere que siga invirtiendo allí, también manifestó que las políticas energéticas las elaboran los gobiernos y, si el de México quiere recibir inversiones, Iberdrola lo seguirá haciendo, pero teniendo en cuenta el marco regulatorio.
Iberdrola destacó que en los primeros nueve meses de 2020, la utilidad neta de la eléctrica en México descendió 23.8% respecto al mismo periodo de 2019, hasta los 273 millones de dólares.
Pero… ¿qué pasará con el propósito de energía limpia en México al que mencionadas compañías aportaban?
¿Adiós a la energía limpia en México?
AMLO afirma que muchos empresarios solo pretenden ser ambientalistas con tal de promover sus inversiones privadas, sin embargo, no profundizó más en el tema ni existió propuesta al respecto. Al parecer el medio ambiente y la energía limpia son cuestiones secundarias para el mandatario, ya que rara vez se le ve haciendo referencia a las mismas.
En este caso su atención se enfoca en defender su política energética inspirada en la de los expresidentes Lázaro Cárdenas (1934-1940) y Adolfo López Mateos (1909-1969).
«Los inversionistas saben bien que tienen campos suficientes para invertir en México siempre y cuando se respeten las leyes de México y no haya corrupción. (…) Hay reglas muy claras y constantemente me están buscando empresarios extranjeros para informarme que van a traer más capital a México y son bienvenidos siempre y cuando no haya abusos, no haya saqueos, no haya contratos leoninos, que paguen impuestos, que respeten la soberanía del país», comentó López Obrador.
De acuerdo con Ángel de la Vega, académico e investigador especializado en energía y economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): “No se puede pensar que la soberanía energética es autosuficiencia absoluta”.
Refiriendo a que el impulso que busca dar López Obrador en cuestión económica no significará fortalecimiento, ya que ha quedado excluido del plan la organización y conducción del sistema energético y sus implicaciones para el sector, ante la participación de inversionistas extranjeros y tenedores de deuda de las empresas.
¿Será posible que sus planes no solo no se logren teniendo como base una política energética de hace aproximadamente 70 años, sino que exista un retroceso en cuestiones medio ambientales y de energía limpia para México?
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Energía fósil ya debe ser del pasado. Hay que guardar el petróleo para productos derivados.
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