Antonio Tamayo Neyra
Después de más de cinco años de deliberaciones y definiciones, el pasado mes de mayo se concretó la Norma ISO 26000 dedicada a la Responsabilidad Social, y si bien esto ya es de todos conocido, lo importante de ello ahora es su significado y lo que representa para el futuro.
Un primer aspecto a considerar es que al formalizarse la Responsabilidad Social como una norma a nivel internacional, deja de verse como un sistema de gestión pasajero o de moda, para convertirse en un modelo de administración que seguramente se convertirá en el arquetipo de las empresas en este siglo XXI.
Implica dejar atrás también el tradicional concepto de empresa que viene desde las épocas de la Revolución Industrial de hace poco más de 200 años, en el cual se le considera como una entidad dedicada únicamente a la obtención de riqueza, con una actitud autista de solo preocuparse por sus ingresos, y de ellos solamente para sus propietarios.
Ahora con la norma la empresa es, en términos de concepto, una entidad con un comportamiento ético que considera a sus grupos de interés, inicialmente a sus empleados, a toda la comunidad donde se encuentra, y en general con todos con quien opera.
Con lo anterior queda establecido que la ética y los negocios no son términos contrapuestos, sino por el contrario, que pueden convivir juntos en donde a la larga todos, empresa y sociedad, pueden salir ganando en términos económicos y de sustentabilidad.
La norma ISO 26000 viene a ser también la culminación de diversos movimientos sociales a escala internacional, que vienen desde la época de los llamados “socialistas utópicos” del siglo XIX como Robert Owen en Inglaterra, y Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Étienne Cabet en Francia. Estos conceptos de reformas sociales y otros parecidos con diversas modalidades que aparecieron durante todo el pasado siglo XX, fueron plenamente desplazados con el triunfo del liberalismo radical que vino predominando desde prácticamente inicios de los mil novecientos setenta, hasta la actual crisis financiera que estamos viviendo en está primera década de la actual centuria en la que nos encontramos.
Implica un cambio de paradigmas que seguramente estarán plenamente establecidos en las próximas generaciones, que tendrán una mayor conciencia de su responsabilidad social, buscando hacer negocios no a costa de la sociedad, sino con y para la misma sociedad.
Y si bien, es probable que para algunos la norma no es lo deseable, hay que considerar que como toda obra humana es perfectible, y lo importante ahora es que ya hay por lo menos un consenso a nivel mundial, y que será el punto de referencia para los cambios o modificaciones que se requieran en el futuro.
En conclusión, con esta norma se está fijando el inicio de una nueva era, en la cual la Responsabilidad Social adquiere vida y ciudadanía plena a escala global.
Tal vez por una curiosa coincidencia de la historia, su nacimiento se realiza al mismo tiempo en que se establecen sustanciales cambios en la forma de operar de los sistemas financieros mundiales, que buscan una actitud responsable, terminando con la inversión especulativa de alto riesgo que fue una de las causas principales de la actual crisis mundial, afectando con ello el nivel de vida de millones de personas en el mundo.
Seguiremos platicando …
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Antonio Rey Tamayo Neyra
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y actualmente estudiando la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña. Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. En los pasados 19 años hasta la fecha, colaborando en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de haber escritor para otros medios durante este mismo tiempo. Adicionalmente se ha dedicado también a la consultoría y capacitación en relacionales laborales desde hace 18 años, trabajando para diferentes empresas en todo México. De siete años a la fecha, involucrado en el tema de Responsabilidad Social, realizando varios proyectos editoriales, y estudiado un diplomado al respecto coordinado por el Tecnológico de Monterrey, Cemex y el Banco Mundial, y un curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña.