Por: Ivette Estrada
La reputación empresarial en América Latina representa el 80% del valor de la compañía, aseguró Alan Ramírez Flores, CEO de Coperva, empresa líder en la innovación de cartera vencida quien añadió que en épocas de recesión y crisis prolongada como la actual pandemia de Covid-19 “todo cuenta para la construcción de la imagen pública de marcas y compañías, pero la responsabilidad social, solidaridad y sustentabilidad son puntos cruciales en la percepción de nuestros públicos”.
Asimismo, Covid-19 marca un antes y un después en la gestión empresarial y la manera en la que interactúan las marcas con sus consumidores. Se detecta entonces una gran preocupación por adquirir bienes y servicios relevantes para nuestra vida, no sólo satisfactores momentáneos. La misión empresarial entonces debe fortalecerse e incluso certificarse, aseguró el también especialista en innovación y liderazgo.
Ante una mayor exigencia de mercado “no bastan los manifiestos de empatía social y propósitos ecologistas. Se deben documentar y probar. Las pruebas sociales llegaron para quedarse, más aún en servicios ‘intrusivos’ o con mucho contacto social como la cobranza”, dice Ramírez Flores.
Hoy más que nunca se requieren extender pruebas sociales de bonhomía y compromiso social como las certificaciones de empresa B que ayudan a construir una nueva economía en que el éxito y los beneficios financieros incorporan bienestar social y ambiental, dijo el fundador de Coperva.
“Empresas B redefinen el sentido del éxito de la empresa, es una marca colectiva como identidad de mercado. Para obtener este certificado7reconocimiento, las empresas se someten a una evaluación integral de sustentabilidad y realizan enmiendas a sus herramientas de gobernanza legales”, mencionó el también consultor de pymes.
Coperva, quien es la única empresa en América Latina que obtuvo la empresa B, probó, entre otras cosas, el positivo impacto que tiene en la sociedad y en el medio ambiente, amplió el deber fiduciario de accionistas y gestores para incluir intereses no financieros, mejoró sus estándares de gestión y transparencia y operar en un mercado competitivo.
“Coperva tiene 13 años en el mercado y día a día mejoramos las políticas, competencias y métricas que nos permiten recuperar la cartera vencida a nuestros clientes, pero sin perjudicar la marca. No somos especialistas en cobrar sino en negociar y convencer, de ahí nuestro interés en establecer que el outsourcing puede y debe actuar como socio de negocios de la empresa que nos contrata”, dijo Alan Ramírez Flores.
Ya son más de mil las compañías en todo el mundo que obtuvieron la Certificación Empresa B, otorgada por la OSC B Lab. Este nuevo modelo protege la misión de la empresa, por estatuto, y se asegura de que cumpla su propósito social y ambiental. “Una asignatura que no puede quedar pendiente en nuestros días”, dijo Alan Ramírez Flores.
“La pandemia Covid-19 nos obligó a redefinir el éxito en los negocios. Hoy, para coexistir en el mercado, debemos cumplir altos estándares de transparencia, rendición de cuentas y de desempeño. Estar certificado como Empresa B permite salir de un mercado saturado al ofrecer una visión positiva y una nueva manera de hacer negocios”, refirió el directivo.
Actualmente, la B Corporation se diferencia del resto de organizaciones por ser modelos innovadores que persiguen el Triple Impacto:
- Propósito: Crear impacto positivo en el ámbito social y el ambiental.
- Responsabilidad: Tener en cuenta como fin primordial los intereses de los trabajadores, la comunidad y el medio ambiente.
- Transparencia: Publicar informe anual sobre el impacto social y ambiental certificado por un organismo externo e independiente que le de veracidad a tus datos.
“A diferencia de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), tomos los temas sociales y medioambientales están integrado en su misión central. Las empresas B, como Coperva, apuestan por valor para todos” dijo Ramírez Flores y refirió que actualmente ya hay más de 1.100 Empresas B, en 35 países, en más de 120 sectores de actividad y con único objetivo común: la relevancia social.