Para evitar que una generación más cometa los mismos errores que nos han llevado a enfrentar conflictos sociales y ambientales en el pasado, debemos hacer más responsables a los niños y niñas que van a liderar el futuro.
Y sobre todo, tenemos que comenzar a limpiar el desastre que hemos generado y que está poniendo en riesgo los recursos y la salud, tanto del planeta como de los mil 983 millones (25.45%) niños y niñas que viven en él, al igual enfrentar desafíos como el cambio climático, la falta de oportunidades y una pandemia.
Sí son conscientes de lo que pasa a su alrededor…
La encuesta: The People´s Climate Vote, por el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, encontró que desde la visión de las generaciones más jóvenes el cambio climático es una emergencia que las autoridades y toda la sociedad, debería de estar atendiendo con urgencia.
Dependemos unos de otros, siempre lo hemos hecho, pero estos días aún más. Estos también son días para encontrar nuevas formas de trabajar por la justicia climática y un futuro y un planeta habitables.
Penélope, 15 años.
Tanto el estudio, como la opinión de las nuevas generaciones, demuestran que niños, niñas y adolescentes son conscientes de lo que está sucediendo en el mundo y cómo el calentamiento global afecta sus derechos humanos.
Yo vivo el cambio climático, mis amigos y mi familia también lo viven. Si me dieran solo dos minutos para imaginar un futuro mejor, imaginaría un mundo en el que todos los niños participan en la toma de decisiones cruciales.
Nkosi, de Zimbabue, 17 años.
Desde nuestras prioridades, debemos liderar con el ejemplo para hacer más responsables a los niños y niñas, así como impulsar mejores practicas donde todas las generaciones podamos aportar en pro de la salud social y ambiental.
¿Cómo hacer más responsables a los niños y niñas?
Para hacerlo, líderes en psicología, educación y otras materiales relacionadas, recomiendan que el primero paso es cambiar el peso actual de la palabra «responsabilidad“, para que las niñas y niños comiencen a ver en ella algo positivo.
Necesitan esto para su autoestima y para que sus vidas tengan sentido. Los niños, y niñas no solo quieren que los adoren. Necesitan, como el resto de la gente, sentir que son importantes para el mundo, que sus vidas hacen una contribución positiva.
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Esto quiere decir que no es necesario enseñarles a manejarse de manera responsable en el mundo, como si esto fuera una obligación más que un beneficio; solo se necesita enseñarles que tienen el poder de contribuir positivamente desde hoy.
La clave para hacer más responsables a los niños, y niñas, se encuentra en la medida en que los ayudemos a serlo, y para comenzar con este proceso, te compartiremos 15 estrategias para aumentar la consciencia y capacidad de respuesta de las generaciones más jóvenes.
15 formas de hacer más responsables a los niños y niñas
1. Aprender a solucionar los problemas
Enseñarle a las niñas y niños a saber que existe una solución para casi todos los problemas, es fundamental pero sobre todo, es importante compartirles que son capaces de resolver los desafíos.
Debemos animarlos a encontrar la respuesta para solucionar conflictos: como limpiar el vaso con leche que se derramó, basta con darle un trapo para enseñarle la manera de quitarlo o compartir consejos para que sepan ordenar mejor su espacio.
Cuando los niños escuchan la constante expectativa amistosa como:
- Siempre limpiamos nuestro propio desorden.
- No te preocupes, te ayudaré.
- Aquí tienes las toallas de papel; traeré la esponja.
Podrán ver la vida con otra perspectiva e ir construyendo un mejor carácter que los haga buenos ciudadanos del y para el mundo.
2. Sí pueden contribuir
Todos los niños, y las niñas contribuyen de alguna manera. Encuentra esas formas y comenta sobre ellas, incluso si solo te diste cuenta de que es amable con un familiar menor o que disfrutas de cómo canta; cualquier comportamiento que le reconozcas le ayudará a crecer.
A medida que las generaciones más jóvenes crecen, sus contribuciones pueden aumentar adecuadamente, tanto dentro como fuera del hogar, no obstante, necesitan conocer y desarrollar dos tipos de responsabilidades:
- Su propio cuidado personal
- Contribuir al bienestar de la familia.
Las investigaciones indican que los niños, y niñas, que ayudan en la casa también tienen más probabilidades de ofrecer apoyo en otras situaciones.
3. Ir borrando la enemistad con las obligaciones
Para ir rompiendo con ese sentimiento de odio hacia las obligaciones y quehaceres, las personas más grandes deben involucrarse con las más chicas para realizar estas tareas.
Haz el trabajo divertido. Bríndale toda la estructura, apoyo y ayuda práctica que necesite, incluido sentarse con él o ella, para ayudarle durante las primeras treinta veces que hace la tarea, si es necesario.
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Con esta colaboración, podemos hacer más responsables a los niños, y niñas, así como mostrarles la parte divertida de limpiar, hacer tarea y otras actividades que les pueden resultar tediosas.
4. Sí tienen ganas de ayudar
Los niños, y niñas más pequeños quieren desesperadamente dominar sus mundos físicos, y cuando los apoyamos para hacerlo, asumen la responsabilidad de ser «capaces de responder».
Dales la oportunidad de ayudar y descubrir la satisfacción de la contribución. Eso es más importante que hacer el trabajo rápido y de manera individual.
Ten en cuenta que también está creando vínculos afectivos, que es lo que motiva a los niños y a las niñas, a seguir contribuyendo.
5. No más ordenes
En vez de: ¡Cepíllate los dientes! ¿Está empacada tu mochila? ¡No olvides tu almuerzo!», podrías preguntar: ¿Qué es lo siguiente que debes hacer para prepararte para la escuela?
El objetivo es mantener la concentración y atención en sus deberes de una manera amigable, así que mañana tras mañana, hasta que la interioricen y comiencen a administrar sus propias tareas matutinas sin necesidad de estar detrás.
6. Rutinas y estructura
Estas son cruciales en la vida de los niños, y niñas porque no solo les dan sentido de pertenencia e independencia, también pueden comenzar a dominar la rutina de la hora de dormir, la limpieza de los juguetes y la preparación por la mañana.
Luego desarrollan buenos hábitos de estudio y de aseo personal. Finalmente, aprenden habilidades básicas para la vida a través de la repetición de las rutinas del hogar, como lavar la ropa o preparar comidas sencillas.
7. Los castigos no entran en estos consejos
Cuando los niños o niñas hieran los sentimientos de alguien cercanos, enséñales a reconocer su error y a aprender a pedir disculpas cuando son necesarias. También debes tomarte el tiempo de escuchar el porque reaccionaron así.
Esto les enseña que el trato que dan a los demás tiene un costo y que siempre son responsables de ofrecer una solución positiva cuando causan daños; a base de castigos y regaños no lograran aprender del todo el valor de esta situación.
Por otra parte, es importante impulsar un proyecto de curación que le ayuden a manejar sus emociones de tal manera que no comiencen a guardar sentimientos negativos como el resentimiento y el odio.
Esta cercanía les demuestra que te preocupas, que no están solos y que pueden sentir esas viejas emociones y dejarlas atrás, pero sobre todo, a reconocer cuando tuvieron un error.
8. Quieren saber reparar los daños materiales
Si los niños y niñas ayudan a pagar con su propia asignación los libros perdidos de la biblioteca y los teléfonos celulares, las ventanas rotas por la pelota de béisbol o las herramientas que dejaron oxidadas, las posibilidades de que se repita la infracción son escasas.
Esto lo pueden hacer por medio de actividades y otro tipo de tareas que les muestren la responsabilidad que conlleva cuidar sus objetos.
9. Todo a su tiempo
Muestra disponibilidad para resolver problemas, ayudándolos a superar sus sentimientos y miedos, y para asegurarse de que son capaces de lidiar con un problema, ya sea que requiera ofrecer una disculpa o hacer las paces de una manera más concreta o saber manejar habilidades como la paciencia.
10. Rendición de cuentas
Se explícito sobre las decisiones responsables que se está tomando:
- «Es un dolor cargar esta basura hasta que llegamos al auto, pero no veo un bote de basura y nunca tiramos basura».
- “Este letrero dice que el estacionamiento está reservado para personas con problemas físicos, así que, por supuesto, no podemos ocupar ese lugar”.
Trata de liderar con el ejemplo la mayor parte del tiempo: cumple las promesas que les hiciste y no pongas excusas porque si ven esta falta de tu parte, adoptarán esta mala práctica.
11. Evita la palabra: Irresponsable
Nunca etiquetes a alguien como: «Irresponsable», porque la forma en que vemos a las y los peques es siempre una profecía autocumplida. En cambio, enséñales las habilidades que necesita para ser responsable.
Si siempre pierde cosas, por ejemplo, enséñela a detenerse cada vez que se vaya a algún y cuente todo lo que necesita para llevarse a casa o regresar a ella.
12. Horarios
Puede parecer una exageración, pero en nuestra ajetreada vida del siglo XXI, todos los niños, y niñas necesitan dominar esta habilidad en la escuela o simplemente no terminarán todo.
Comienza los fines de semana, tomen una hoja de papel, anoten las horas del día a la izquierda y pregúntales qué necesitan hacer este fin de semana. Organiza las actividades deportivas, los compromisos familiares y todos los pasos que conlleva una tarea o proyecto escolar.
Asegúrate de bloquear el tiempo de inactividad y dales ideas como: tomar un helado con la familia, aprender a relajarse y/o escuchar música. La mayoría de los niños , y niñas descubren que esto mantiene bajo su nivel de estrés, ya que saben cuándo terminará todo.
13. La gestión económica
Las niñas y niños necesitan la experiencia de trabajar por un salario, lo que les enseña la responsabilidad real en el mundo real.
Empieza por pagarles, después de que realicen tareas que normalmente no esperarían como: lavar el coche, ayudar a limpiar el jardín, lavar los platos, etc. Luego anímelos a que se expanda a trabajos ocasionales con los vecinos de confianza.
Pocos entornos enseñan tanto sobre la responsabilidad como el mundo del trabajo remunerado fuera de la familia.
14. Hogares saludables
La mayoría de las personas, tenemos el mal hábito de culpar a alguien cuando las cosas salen mal. Es como si echar la culpa pudiera evitar que el problema se repita o absolvernos de la responsabilidad.
En realidad, culpar a todos hace que todos se pongan a la defensiva; sean más inclinados a cuidarse las espaldas y a atacar que a hacer las paces. Esta es la principal razón por la que los niños, y niñas mienten.
Peor aún, cuando los culpamos, los niños, y niñas encuentran todo tipo de razones por las que no fue realmente su culpa, al menos en sus propias mentes, por lo que es menos probable que asuman la responsabilidad y es más probable que el problema se repita.
La culpa es lo opuesto al amor incondicional. ¿Entonces por qué lo hacemos? Para ayudarnos a sentirnos menos fuera de control, y porque no podemos soportar la sospecha de que también tuvimos algún papel, por pequeño que sea, en la creación de una situación negativa.
La próxima vez que empieces a culpar a alguien, toma una pausa. En su lugar, acepta cualquier responsabilidad tengas, sin castigarte y simplemente acepta la situación.
Siempre se pueden encontrar mejores soluciones desde un estado de aceptación que desde un estado de culpa.
15. El valor de la individualidad
Los estudios demuestran que las personas que asumen la responsabilidad en una situación determinada son personas que se ven a sí mismas dispuestas a ser diferentes y destacar. Ese es el tipo de niños y niñas que quieres formar.
Probablemente, nos faltan más tips que pueden hacer más responsables a los niños, y niñas pero por algo debemos iniciar en lo que pueden tomar las riendas para liderar un futuro sostenible en donde los conflictos sociales y ambientales actuales, ya no tengan lugar. ¿Qué otras recomendaciones tienes?