En el 2025 donde el calentamiento global empeora; los bancos centrales del mundo pasan de la obstinación e indiferencia a una colaboración urgente: financiar la descarbonización para resolver la crisis climática. Un panorama tomado de una novela de ficción, pero inspirado en la realidad; ¿el futuro de la humanidad dependerá de una nueva moneda digital global? ¡Te contamos!.
Kim Stanley Robinson, autor de la novela El Ministerio para el Futuro, narra que a medida de el cambio climático empeora, el líder de una agencia internacional encargada de cumplir con los objetivos del Acuerdo de París busca persuadir a los funcionarios de los bancos centrales de que apoyen una nueva moneda llamada moneda de carbono: que recompensa la eliminación y reducción de CO2.
Recompensa global de carbono
La novela inspirada en el trabajo Delton Chen, ingeniero civil y fundador de Global Carbon Reward Initiative; considera que un organismo internacional crearía una especie de moneda completamente digital y que su valor crecería a una tasa garantizada en el tiempo. Ademas el organismo internacional verificaría que los competidores por la moneda de verdad estén logrando reducciones de carbono.
Creo que necesitamos una nueva teoría sobre el precio del carbono para resolver la crisis climática.
Por ello, Delton Chen describe la economía global como un sistema incompleto; y propone una política monetaria denominada Carbon Quantitative Easing (CQE). Esta moneda financiará al Global Carbon Reward (GCR); a través de un flujo de pagos de incentivos para financiar permanentemente la mitigación de gases de efecto invernadero.
¿De qué va la propuesta de Global Carbon Reward?, según el portal Popular Sciencie se centra en tres áreas principales: el sector energético, las empresas en general y la eliminación de dióxido de carbono. Cada sector posee su propio cálculo y política de cómo serían elegibles las recompensas de la moneda por reducir la emisión de carbono.
Tendencias financieras
La economía global se muestra cada vez más rigurosa en sus políticas ambientales, las presiones legislativas presionan a los negocios hacia la sostenibilidad. Por ejemplo el portal mashable, cita que las acciones de Exxon Mobil, ahora son la mitad de lo que eran en 2014; y que recientemente fue expulsada del promedio industrial Dow Jones. En las últimas decadas se ha comenzado a buscar otras fuentes de energía menos contaminante.
Otro ejemplo de políticas ambientales es el compromiso de Larry Fink de BlackRock; impulsa las publicaciones sobre la acción climática. Con casi $ 9 billones de inversiones; en 2020 la firma votó en contra de 69 empresas y en contra de 64 directores por motivos relacionados con el clima.
«Cuanto más se considere que sus empresas adoptan la transición climática y las oportunidades que ofrece a los directores ejecutivos (…) más recompensará el mercado a sus empresas con valoraciones más altas.
Larry Fink
Incluso a principios de este año, dos de los fondos de pensiones más grandes de Nueva York retiraron su inversión de los propietarios de reservas de combustibles fósiles. La ciudad también se asoció con C40 y Londres para involucrar a otras ciudades en la búsqueda de la desinversión de combustibles fósiles.
Los combustibles fósiles no solo son malos para nuestro planeta y nuestras comunidades de primera línea, son una mala inversión.
Alcalde Bill de Blasio
Una nueva economía global
¿Qué es lo siguiente en la propuesta de Chen para mitigar el daño climático? encontrar un país cuyo banco central esté dispuesto a participar en una prueba de concepto.
De hecho, en el portal de mashable hace mención a aplicar su modelo económico en una pequeña nación insular que vea su existencia amenazada por el aumento de las aguas, como las Islas Marshall; y hacer uso de tecnología para ayudar en el proceso de verificación de reducción o eliminación de CO2; nuevos satélites que pueden rastrear las emisiones de CO2 con precisión, así como identificar el crecimiento de vegetación absorbente de CO2.
Necesitamos este estímulo financiero verde que envíe una fuerte señal de mercado para la transición profunda de la economía mundial
Una moneda de carbono también puede ayudar a cambiar las estrategias de inversión de las grandes instituciones financieras que actualmente financian los combustibles fósiles. Y donde las actividades contaminantes sean cada vez menos lucrativas.
Saltar de la ficción a la realidad, ¿es posible?
Si algo es cierto, es que la urgencia climática está aumentando y el zeitgeist financiero está cambiando, a medida que los economistas y financieros reflexionan sobre lo que alguna vez fue impensable.
Algunos antecedentes sucedieron en siglo XX: una, con el acuerdo de 44 naciones en Bretton Woods para reiniciar las economías del mundo después de la Segunda Guerra Mundial; y nuevamente, en la década de 1970.
De hecho en un artículo del portal Green Biz, Van Gansbeke, profesor de práctica en las finanzas y los mercados de capitales, considera que la reserva finita de carbono del planeta es el objetivo final de la política monetaria, a partir del cual se deberían fijar los precios de todos los demás instrumentos de deuda.
En la próxima cumbre climática COP26 en Glasgow, Van Gansbeke y un equipo de expertos en finanzas anunciarán la iniciativa en la que una moneda climática será una pista.
Hace 50 años, como fundadora de Comunicación Cultural A.C. propusimos varios mensajes de televisión y radio para evitar las cosnecuencias del cambio climático. No encontramos financiamiento; por el contrario nos llovieron críticas (son retrógadas, se oponen al progreso etc.) Hoy solo acumulamos experiencia y vemos con tristeza que lo que postulábamos entonces, se ha convertido en una lamentable realidad.