La postura de México frente al cambio climático en la actual administración no ha sido totalmente clara. De hecho, en ocasiones se ha calificado a la política climática mexicana como «tibia» o fósil. En este contexto es importante pensar en dos puntos claves: el cambio climático y la Reforma Eléctrica.
La Reforma Eléctrica en conjunto con la lucha contra la corrupción parecen ser los temas del sexenio. Y en el marco de la visita de John Kerry —el Enviado Especial para el Clima del Gobierno de Joe Biden— a realizarse el 9 de febrero de 2022, ponemos sobre la mesa el primer tópico de la mano del cambio climático.
Y vuelve la Reforma Eléctrica…
La Reforma Eléctrica es un tema crucial dentro del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. No solo por lo que la energía supone en el desarrollo de un país, sino también por las implicaciones ambientales.
Actualmente, la energía además de abastecer a las industrias, comercios y hogares para realizar actividades productivas, tiene un efecto contaminante. Cabe destacar que no es que este no haya existido con antelación, sino que de unas décadas (Protocolo de Kyoto 1995) hasta ahora, dicha preocupación se ha vuelto una constante.
Es decir, desde que se conocen los efectos que los Gases de Efecto Invernadero (GEI) tienen sobre la atmósfera y el calentamiento global, cantidad de actividades humanas atraviesan un cuestionamiento sobre su huella ecológica, tal como es el caso de la energía, la cual proviene de combustibles fósiles.
En ese sentido, una de las críticas más duras a la actual Reforma Eléctrica es sobre el tema de los hidrocarburos y las refinerías. Por ejemplo, la Refinería de Dos Bocas tendrá impactos negativos sobre factores ambientales como el agua, aire, fauna, suelo, vegetación. Además, la falta de claridad sobre las energías renovables.
De hecho, de acuerdo con Forbes, hace unas semanas se realizó el Primer Foro Parlamentario abierto con opiniones a favor y en contra de la Reforma Eléctrica, entre las que destacan:
- A favor: La CFE va a dejar de perder y de “subsidiar” a privados.
- En contra: 67% de la generación de energía de la CFE proviene de combustibles fósiles generando un impacto ambiental considerable.
Sobre este punto resalta la relación entre el cambio climático y la Reforma Eléctrica, pues aun cuando se prevé repotenciar las hidroeléctricas, la construcción de una planta solar y plantas de gas natural es insuficiente para la generación de energía limpia.
Ahora bien, queda claro que dentro de México existen posturas claramente contrapuestas sobre la Reforma Eléctrica, a eso se suma el interés tanto de estrategias comerciales como preocupaciones ambientales, tal es el caso de Estados Unidos, en específico de su embajador en México, Ken Salazar.
El embajador de la discordia
Las declaraciones de Ken Salazar han desatado la polémica, incluso en el texto titulado Embajador de Estados Unidos se pone del lado de México. Mary Anastasia O’Grady, colaboradora The Wall Street Journal, consideró que las palabras del embajador contradicen al gobierno de Joe Biden al dar su visto bueno a la Reforma Eléctrica.
Por su parte, López Obrador tomó las declaraciones de Salazar como un apoyo a la Reforma Eléctrica; sin embargo, también resaltó el respeto que ha tenido el gobierno de Biden con su administración.
En este contexto, vuelve un tema central en las relaciones bilaterales México-Estados Unidos: el cambio climático y la Reforma Eléctrica.
Kerry visita a México por el cambio climático y la Reforma Eléctrica
De acuerdo con el medio Reforma, John Kerry viaja a nuestro país con el objetivo de apresurar la cooperación con México para frenar la crisis climática, en un contexto donde Salazar ha sido la figura de la discordia.
Además, la visita se da a casi un mes de la visita de la Secretaria de Energía, Jennifer Granholm, en la cual declaró sus preocupaciones sobre el posible impacto negativo de la Reforma en la inversión privada estadounidense y la posibilidad de que obstaculizaran los esfuerzos de México y Estados Unidos en materia de energía limpia y clima.
La agenda de Kerry incluye temas como:
- Expandir la generación de energías renovables, para crear un clima de inversión sólido.
- Combatir la contaminación por metano, para hacer la transición del transporte a cero emisiones y para acabar con la deforestación.
Esta no es la primera vez que Kerry visita México: en octubre de 2021 también se encontró en nuestro país bajo la misma tónica de preocupación ambiental. Lo que resalta ahora es el contexto de la visita; empero, la preocupación constante son el calentamiento global y la Reforma Eléctrica.
López Obrador ha señalado que el gobierno norteamericano ha sido respetuoso con las decisiones políticas de México pero eso no exime a nuestro país de responder a la nueva agenda climática impulsada por los acuerdos de la COP26.
Más allá del contexto de disputa política sobre la Reforma Eléctrica, lo que destaca para los empresarios es la relación entre el cambio climático y la Reforma Eléctrica, pues tal parece que no es adecuada para los objetivos climáticos globales.
Es claro que (los empresarios) están preocupados porque se cumplan los contratos firmados por empresas americanas que han invertido en el país.
José Medina Mora, presidente de Coparmex.
Además, Alba Aguilar, directora del Consejo Consultivo de Finanzas Verdes, advirtió el interés de Estados Unidos por la transición energética alejada de los combustibles fósiles radica en evitar la pérdida de competitividad. Situación que ha quedado expuesta cuando empresas automotrices consideran que el mercado mexicano no ofrece las condiciones adecuadas en la materia.
La visita de Kerry es un claro llamado de Estados Unidos a que México coopere para mitigar el cambio climático, pero en un contexto más rígido que el que se vivió durante 2021 en presencia del enviado presidencial especial de los Estados Unidos para el Clima.
La llegada de John Kerry indica la posibilidad para que México se sume a las transiciones energéticas, sobre todo en un momento donde la sustentabilidad es la puerta del desarrollo, y nuestro país podría quedarse atrás si continua con una política energética anclada en los combustibles fósiles.
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