¿Sabías que cada botella de plástico tarda unos 450 años en descomponerse y si no está a la intemperie hasta mil? Además, 8 millones de toneladas de residuos plásticos acaban en los océanos cada año, si estos datos se mantienen, los mares contendrían más plástico que peces en 2050, según la ONU, por ello se requiere de una reducción de plásticos urgente.
Recientemente, jefes de Estado, ministros de Medio ambiente y otros representantes de 175 países acordaron una resolución histórica para la contaminación plástica. El acuerdo internacional y jurídicamente vinculante para finales del 2024 aborda el ciclo de vida completo del plástico, su producción, diseño y eliminación.
El acuerdo de la UNEA-5
De esta forma, desde la colaboración internacional se buscará mejorar y facilitar el acceso a tecnología que permita conocimientos y mejores prácticas de diferentes partes del mundo a fin de lograr la reducción de plásticos.
[…] Se trata del acuerdo multilateral más importante en materia de medio ambiente desde el Acuerdo de París. Es una póliza de seguro para esta generación y las futuras, para que puedan vivir con el plástico y no estén condenados por él.
De acuerdo con el portal The Conversation, este tratado establecerá objetivos básicos y permitirá a los Estados establecer sus propios planes para prevenir, reducir y eliminar la contaminación plástica.
Para ello, la ONU trabajará con cualquier gobierno y empresa —que lo desee— en toda la cadena de valor para abandonar los plásticos de un solo uso, así como para movilizar la financiación privada y eliminar las barreras a las inversiones en investigación y en una nueva economía circular.
Un problema plástico
La magnitud de la contaminación por plásticos crece de forma desmedida ya que pasó de dos millones de toneladas en 1950 a 348 millones en 2017, convirtiéndose en una industria mundial valorada en 522,600 millones de dólares.
Su impacto en la producción y contaminación son una catástrofe para el planeta debido a que provocan la pérdida de la naturaleza y perjudican a la salud humana es aspectos de fertilidad y metabolismo, por nombrar algunos.
Tan solo, de continuar la situación actual, para 2050 las emisiones contaminantes asociadas a su producción, uso y eliminación representarían el 15% de las permitidas para cumplir el objetivo climático de limitar el calentamiento global a 1.5ºC.
Por lo que, el acuerdo contra la contaminación plástica, enfocado en una economía circular podría reducir significativamente el volumen de plásticos en más de un 80%, ahorrando a los gobiernos 70,000 millones de dólares para 2040 y aminorando las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25%.
4 razones optimistas sobre la reducción de plásticos
Es claro que el mundo está en una encrucijada, pero si decidimos hacer las cosas diferentes, transformaremos la forma en que vivimos y nuestra dependencia hacia los plásticos.
La colaboración internacional está ahí, ahora debemos adoptar las políticas que nos permitan implementarla, cada uno desde su trinchera, por lo que te presentamos cuatro motivos alentadores que incluye el acuerdo de la UNEA-5.
1. Objetivos y estándares claros
La resolución establece un objetivo claro para el tratado: prevenir, reducir y eliminar la contaminación plástica. Esto es mucho más difícil de alcanzar que la meta del Acuerdo de París de garantizar que la temperatura media global no aumente 2°C por encima de los niveles preindustriales.
Además ordena a los países que adopten prácticas sólidas en gestión de residuos, tema que ha resultado difícil para todos. Por ejemplo, el Reino Unido exporta desechos para ser colocados en vertederos en el extranjero que deben reciclarse.
Cabe señalar que es importante nombrar los procesos que las naciones deben abordar, ya que monitorear su progreso es más fácil cuando se les pide a todos que hagan lo mismo. Según el Acuerdo de París, es más difícil comparar entre los recortes en las emisiones por cambios en los sistemas de transporte público en un país que la eficiencia energética de los electrodomésticos en otro.
2. Ciclos de vida de los productos plásticos
El tratado de la UNEA-5 obliga a los estados a regular el plástico en cada etapa del ciclo de vida de un producto. Esto es mucho más avanzado que el enfoque adoptado anteriormente, que no menciona productos o procesos que generen emisiones de gases de efecto invernadero (como los combustibles fósiles) y deja que los países determinen cómo reducen sus emisiones.
Asimismo, las naciones adoptarán regulaciones que requieren que los fabricantes diseñen productos de plástico que puedan reutilizarse, rehacerse o reciclarse. Y se espera que planifiquen lo que sucederá con los artículos una vez que los consumidores ya no quieran o necesiten usarlos.
Los artefactos fabricados en el futuro, como teléfonos móviles y ordenadores portátiles, deberán diseñarse de forma que puedan repararse más fácilmente.
El énfasis en el diseño de productos de plástico para ser reutilizados o reciclados significa que se incluirá el compromiso de eliminar gradualmente las cosas de un solo uso, hechas de plástico, siempre que sea posible. No existe una disposición equivalente en el Acuerdo de París.
3. Contaminación plástica existente
Ningún tratado existente está diseñado para limpiar la contaminación. En cambio, tienden a centrarse en controlar las emisiones futuras. Sin embargo, el nuevo pacto sugiere que los gobiernos deberían cooperar para eliminar el plástico del océano.
Ya sea actuando dentro de sus mares territoriales o creando un organismo internacional que pueda supervisar la eliminación de plásticos.
4. Conocimiento sobre la reducción de plásticos
Dada la ubicuidad de los productos plásticos y la contaminación, ningún sector puede resolver el problema por sí solo. Lo acordado en la UNEA-5 solicita a una variedad de personas y organizaciones que contribuyan con conocimientos sobre cómo prevenir la acumulación de plástico en el medio ambiente, incluida la comunidad científica, los poseedores de conocimientos tradicionales e indígenas y los expertos de la industria.
Aunque el Acuerdo de París incluye una solicitud similar con respecto a la adaptación al cambio climático, la resolución para un tratado sobre plásticos va más allá al pedir a las personas que contribuyan a mitigar el problema con sugerencias de políticas relevantes para cada etapa del ciclo de vida de un producto plástico.
Los científicos y académicos indígenas pueden, por ejemplo, informar a los negociadores de tratados sobre el alcance total de la contaminación plástica en los ecosistemas y ayudar a identificar los principios de diseño de los productos.
En tanto, las industrias pueden informar sobre los desafíos de producir nuevos plásticos y garantizar que puedan reutilizarse, mientras que los funcionarios del gobierno local pueden sugerir cómo superar los desafíos que impiden que la población lo recicle.
Por último, si bien resulta complicado determinar si el acuerdo de la UNEA-5 conducirá a la reducción sustancial de plásticos, contiene propuestas que apoyarán la implementación global, por esto es gran paso en la dirección correcta.