De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la actividad física tiene importantes beneficios para la salud física y mental, sin embargo, hay quienes la han convertido en su estilo de vida. Hoy en día es fuente de entretenimiento y trabajo, no obstante, la discriminación en el deporte y otras malas prácticas son una realidad.
Esto sucede con las y los atletas de alto rendimiento, ya que estos, tal como señala el gobierno de México, tienen como objetivo la obtención de logros deportivos del más alto nivel en ciclos nacionales, mundiales y olímpicos.
Por ello, el nivel de competitividad y exigencia es bastante alto, empero, en los últimos años esta forma de ver de deporte de alto rendimiento está siendo cuestionada por las y los atletas. En particular cuando no existe respeto por los derechos humanos.
Abuso y discriminación en el deporte
El deporte de alto rendimiento supone una serie de preparación superior al promedio. De acuerdo con Juan Alvarado, psicólogo deportivo de la UNAM, las personas que se dedican al deporte de alto rendimiento necesitan «aceptar internamente que deben realizar esfuerzos cada vez más demandantes, que tienen que llegar más allá en su empeño cotidiano».
Al deporte de alto rendimiento se suman otras situaciones como el abuso, la negligencia y la discriminación; por lo que ser atleta de este nivel no solo se convierte en una hazaña, sino en una profesión que muchas veces compromete la dignidad humana.
Un ejemplo de ello fue dado a conocer por el mundo de la gimnasia estadounidense cuando en 2016 el médico del equipo olímpico, Larry Nassar, fue detenido por abuso sexual. Si bien este hecho es uno de los más recientes, desde la década de los 90 del siglo XX se presentaron quejas sobre casos de acoso y abuso sexual ante la Federación de Gimnasia de los Estados Unidos.
La detención de Nassar permitió darle voz a las víctimas y que hablaran públicamente más de 150 mujeres que sufrieron abuso por parte del médico del equipo olímpico, entre ellas miembros y ex miembros del equipo nacional de gimnasia estadounidense: Jamie Dantzscher, Jeanette Antolin, McKayla Maroney, Aly Raisman, Maggie Nichols, Gabby Douglas, Simone Biles y Jordyn Wieber. Tras el juicio una jueza condenó a Nassar a entre 40 y 175 años de prisión.
El abuso no es una situación reciente en el deporte de alto rendimiento, y recientemente, de acuerdo con The Guardian:
Un grupo de más de 70 gimnastas canadienses actuales y anteriores ha pedido una investigación independiente sobre lo que describieron como una ‘cultura tóxica y prácticas abusivas’ dentro del deporte en su país.
Esto lo declararon a través de una carta enviada el 28 de marzo a la directora general de Sport Canada, Vicki Walker. Las gimnastas argumentaron que durante casi una década no pudieron hablar por el temor a las represalias.
Estamos presentando nuestras experiencias de abuso, negligencia y discriminación con la esperanza de forzar un cambio. Le pedimos a Sport Canada que tome medidas para garantizar que la próxima generación de gimnastas canadienses no esté sujeta al trauma físico y psicológico que hemos tenido que soportar.
Carta de gimnastas canadienses.
Dentro de la carta emitida por gimnastas canadienses se expone que ha habido diversas denuncias por:
- Abuso emocional.
- Abuso físico.
- Abuso sexual.
Además, señalan que muchos de los hechos fueron realizados por entrenadores cuando las atletas eran menores de edad. Lo cual podría señalar un doble abuso debido a la edad y a su posición de poder.
Por otro lado, las atletas manifestaron su inconformidad con Sport Canada, ya que no han sabido responder «adecuadamente al abuso, el maltrato y la discriminación sistémicos». Incluso afirman que ya no pueden guardar más silencio cuando el abuso y la discriminación en el deporte es una realidad.
Las atletas resaltaron la importancia de que cualquier investigación debe mostrar las recomendaciones y hallazgos de manera pública a la par que se protege el anonimato de las atletas. En especial, luego de que a Dave Brubaker, ex entrenador de gimnasia femenina canadiense, se le suspendiera de por vida como entrenador.
Esta decisión se dio luego de que en 2019 fuera declarado no culpable de agresión sexual y explotación sexual tras haber sido acusado de agredir sexualmente a una joven gimnasta hace años. En cambio la suspensión de por vida señala que se da después de una investigación interna.
El panel de disciplina del caso dice que Dave y Liz Brubaker violaron las políticas relevantes del Código de Ética y Conducta de la organización que estaban vigentes durante el período de tiempo en que ocurrieron los hechos (1996-2017).
En el caso de Liz Brubaker será suspendida hasta el 2024. Además, Ian Moss, CEO de Gymnastics Canada expresó su agradecimiento a atletas denunciantes por su cooperación, paciencia y valentía a lo largo de ese arduo proceso. De igual forma señaló que se brindarán más detalles, luego de terminar el proceso de apelación. En cambio, sobre la carta enviada por atletas no ha emitido declaraciones hasta el momento.
Responsabilidad social en el deporte
Este tema desata una serie de cuestionamientos sobre la responsabilidad social y sobre el papel de las instituciones deportivas en el cuidado de sus atletas. Es inaceptable que existan abusos, negligencias y discriminación en el deporte, sin embargo, es una realidad con la que miles de atletas luchan día a día.
La responsabilidad social, entonces, funge en este contexto como una herramienta transversal y multisectorial. Transversal en el sentido que puede incluir a diferentes grupos dentro de la organización deportiva: directivos, entrenadores, atletas para, a través de ellos, generar conciencia y presión sobre la importancia de crear un deporte de alto rendimiento que respete los derechos humanos.
Multisectorial porque este problema no solo atañe al mundo deportivo, sino a las familias de las atletas, al público que demanda ese deporte como entretenimiento y a la sociedad en general, ya que se debe vigilar en todo momento que los derechos humanos se respeten.
En ese sentido, la carta de las atletas canadienses es no solo un ejemplo de responsabilidad social, sino de solidaridad, ética y compromiso con su deporte y con la sociedad.
