DF, México — El Congreso aprueba leyes en materia de renovables y eficiencia energética aún “verdes”; desaparecieron el 10% de participación de energías limpias del proyecto original y se creará una nueva Comisión.
En el marco de la denominada Reforma Energética, se aprobaron dos leyes, una en materia de aprovechamiento de energías renovables y financiamiento para la transición energética, y otra para promover medidas de eficiencia energética.
Sobre la primera, la participación de los particulares quedó restringida a las modalidades de cogeneración y autoabastecimiento, dejando fuera la pequeña producción y la producción independiente. Asimismo, se incluyeron a los bioenergéticos, a pesar de que ya existe la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos. Y lo peor de todo: no se incluyó ninguna meta mínima de participación de las energías renovables en la matriz energética nacional para el corto, mediano y largo plazo.
Al respecto, en Greenpeace estaremos vigilantes de que dentro de la Estrategia Nacional en la materia (que de acuerdo con la Ley deberá ser presentada a más tardar el 30 de junio de 2009) o del Programa Especial correspondiente, quede establecido que para el año 2050 el 60% de la demanda de energía primaria sea cubierta mediante fuentes de energía renovable, y que el 70% de la electricidad producida en México provenga de ellas. Las “nuevas” renovables contribuirán en un 79% a la generación de electricidad.
Hoy en día, las fuentes de energía renovables representan el 10% de la demanda energética primaria en México. Las fuentes que se usan son la biomasa -principalmente leña- para calefacción y para cocinar, y la geotérmica e hidráulica para la producción de electricidad. La porción de energía renovable en la generación eléctrica es del 17.6% para suministro de calor y para cocinar es de 18%. Cerca del 91.5% del suministro energético de México aún proviene de combustibles fósiles y únicamente un 7% proviene de fuentes renovables.
También, estaremos muy al tanto de que se cumpla que todos los proyectos de energías renovables minimicen sus impactos sociales y ambientales, que se favorezca la participación de las comunidades locales en los proyectos y la protección a sus intereses, y que los proyectos promuevan la electrificación en zonas rurales que estén alejadas de las redes eléctricas.
Por otro lado, la Ley para el Aprovechamiento Sustentable de la Energía, presentada por el PAN, señala “sustentable” y no se definió el término en el marco de esta Ley que presenta muchas duplicidades respecto a acciones que bien o mal ya se llevan a cabo.
Lo que más preocupa es la creación de la Comisión Nacional para la Eficiencia Energética. No es claro si va a desaparecer la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía o si la nueva institución será paralela a la misma. Sin olvidar los costos administrativos y legales que esto implicará, además de la carga al erario público de un nuevo órgano gubernamental.
Los ciudadanos tenemos derecho a adquirir artículos que no impacten nuestros recibos de luz y a vivir en casas o departamentos que nos permitan ahorrar en nuestros consumos de energía al mismo tiempo que contribuimos a detener el calentamiento global, pero tampoco se incluyeron criterios sobre estándares mínimos al respecto.
Fuente: Greenpeace