Datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que en nuestro país, más de 20 millones de personas tienen algún tipo de discapacidad, entre ellas aproximadamente 1 millón 500 mil viven con alguna condición neurocognitiva. No obstante, este sector continúa siendo uno de los más excluidos de las dinámicas sociales y actividades económicas, puesto que no existen los apoyos suficientes para su inclusión.
Lamentablemente, la discapacidad intelectual conlleva aún más marginación a diferencia de otras condiciones. Suele creerse que las personas con ella no comprenden y que por lo tanto están fuera de cualquier dinámica. Sin embargo, como lo explica la Institución CONFE a favor de la persona con discapacidad intelectual, I.A.P., la discapacidad intelectual no es una enfermedad sino un conjunto de características.
Se manifiesta principalmente con limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y las habilidades socio adaptativas como el razonamiento, la comprensión y la toma de decisiones.
Institución CONFE a favor de la persona con discapacidad intelectual, I.A.P.
Discapacidad intelectual, una condición no una sentencia
En muchas ocasiones, dichas limitaciones generan discriminación severa, que los invisibiliza. Lo anterior porque son considerados como sujetos sin voluntad o derechos, esta visión permea en la mayor parte de la sociedad.
Pero la forma en cómo se les percibe está sumamente alejada de la realidad, ya que muchas personas con discapacidad intelectual pueden ser ciudadanos activos y autónomos. Ante ello, CONFE afilia a una red de organizaciones que trabajan a favor de las personas con discapacidad intelectual, sus derechos y el trato digno que se merecen.
Desde hace 43 años, CONFE ha sido la muestra que el amor y el profesionalismo son las herramientas más importantes para impulsar a las personas con discapacidad intelectual y a sus familias, erradicando estigmas sobre la capacidad y los logros que pueden alcanzar quienes viven con esta condición.
Queremos una sociedad en la que las personas con discapacidad intelectual sean reconocidas y respetadas como ciudadanos en pleno ejercicio de sus derechos, y que ellas y sus familias participen con equidad e igualdad de oportunidades en todas las áreas de la vida comunitaria.
Institución CONFE a favor de la persona con discapacidad intelectual, I.A.P.
Los esfuerzos de CONFE la han llevado a ser un referente en la lucha por la inclusión de las personas con discapacidad intelectual, apoyando incluso en temas gubernamentales y tareas de visibilización, como la realización de congresos o el fomento a la capacitación de autogestores que promuevan el empoderamiento y el reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad intelectual.
Por ello, resulta importante apoyar a la labor que hacen, en este sentido, como parte de su Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la Fundación Pablo Landsmanas (FPL) —brazo filantrópico del Corporativo Kosmos— realizó una donación que hará que se utilice la tecnología para la inclusión.
En una vinculación con CONFE, la FPL brindó 10 equipos de cómputo a fin de apoyar a los proyectos de capacitación laboral e impulso a la autonomía de quienes viven con discapacidad intelectual. Los equipos son utilizados para que los estudiantes de la organización desarrollen más habilidades que les aporten cualidades en el campo laboral.
Las oportunidades son para todos y todas
El trabajo es un derecho humano básico al que pocas personas con discapacidad intelectual pueden acceder: en México el 8% de los hombres con alguna condición cognitiva diferente cuenta con un empleo remunerado, en el caso de las mujeres el porcentaje es del 2%. La discriminación aumenta la posibilidad de sufrir pobreza extrema, violencia e incluso abandono.
Por lo que, desde su fundación, CONFE ha luchado por erradicar la falta de oportunidades, siendo una guardiana de la inclusión social y laboral, la cual considera como una estrategia clave en la dignificación de las personas con discapacidad intelectual, pues asegura que “la plena inclusión social […], permitiendo derribar los mitos y prejuicios que se asocian a su rol productivo”.
El trabajo es inherente al ser humano, todos queremos tener un lugar productivo en el que sientas que puedes lograr muchas cosas. Y eso es lo que ellos [las personas con discapacidad] logran.
María del Carmen Jordan, Responsable de la Agencia de Inclusión Laboral en CONFE.
Actualmente, el programa de CONFE ofrece una atención integral, la cual inicia en los primeros años de vida por medio de estimulación temprana y multisensorial, sensibilización familiar e inclusión educativa, que se retoma en la adolescencia, periodo en el cual, quienes asisten a su Centro de Capacitación son formados para adquirir algún oficio —como jardinería, cocina, costura, panadería o intendencia—, así como aspectos de interacción, responsabilidad, derechos y cuidados.
Además, cuenta con una Agencia de Inclusión Laboral que vincula a personas con discapacidad intelectual con empresas que estén abiertas a ofrecer una vacante inclusiva apegada a la ley.
La inclusión laboral en CONFE es buscar la oportunidad para las personas con discapacidad intelectual de llegar a una vida plena en todos los sentidos. Maximizamos su potencial para que puedan tener un apertura en la sociedad, en la parte laboral, emocional y social.
María del Carmen Jordan, Responsable de la Agencia de Inclusión Laboral en CONFE.
Según Jordan, la inclusión laboral es una responsabilidad de las instituciones, del Gobierno, de las organizaciones y de las escuelas que preparan a las personas con discapacidad intelectuall, ya que la capacitación y la preparación son la base para que puedan acceder a empleos.
La tecnología para la inclusión es necesaria
Con la llegada de la pandemia y las actividades en línea, CONFE descubrió que su comunidad necesitaba adquirir habilidades más completas para comunicarse por este canal. Además de competencias en tecnología para la inclusión, pues el uso de computadoras y equipos son indispensables en el entorno laboral.
En este sentido, Jordan señala que la donación recibida por la Fundación Pablo Landsmanas, les ha brindado un espacio de educación formal en temas digitales, contribuyendo a que las y los jóvenes con discapacidad intelectual obtengan conocimientos significativos para sus futuros trabajos.
Los chicos por fin tienen un lugar de aprendizaje de uso de la computadora formal. Se está viendo cómo se están desarrollando sus competencias, cómo están aprendiendo en todos los niveles.
Les sirve para información, para realizar actividades como una presentación, para estar investigando, para tener autorregulación en lo que ven y para tener aprendizajes independientes.
María del Carmen Jordan, Responsable de la Agencia de Inclusión Laboral en CONFE.
Asimismo, comenta que gracias a esta aportación, las y los estudiantes de CONFE tendrán una herramienta fundamental sin importar la ocupación que desempeñen, puesto que para cualquier actividad, el manejo de la computadora es indispensable. Aunado a que el contar con estos dispositivos es la base para que ellos desarrollen competencias STEM (Science, Technology, Engineering & Mathematics).
Todo CONFE agradece a la Fundación Pablo Landsmanas. Agradecemos que den la oportunidad a los chicos y chicas de crecer y empoderarse con estas computadoras, con ese programa de computación. Nosotros queremos reconocer en ustedes este gran acierto […] yo les aseguro que va haber muchos éxitos.
María del Carmen Jordan, Responsable de la Agencia de Inclusión Laboral en CONFE.
La realidad es que todavía falta trabajar de forma continua para generar un ambiente más incluyente para las personas con discapacidad intelectual, junto con la tecnología para la inclusión, se requiere eliminar los mitos que rodean al potencial que poseen.
En este sentido, por medio del donativo a CONFE y atendiendo a uno de sus valores fundamentales, el cual consiste en brindar oportunidades y ayuda a los sectores vulnerables, la Fundación Pablo Landsmanas continúa contribuyendo a construir una sociedad más equitativa, justa y digna, donde las personas con discapacidad intelectual puedan vivir sin ninguna discriminación.