De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los agentes contaminantes provocan 1.7 millones de muertes infantiles cada año. Asimismo, la mala calidad del aire aumenta el riesgo de padecer cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y cáncer. Por ello, procurar tener ciudades menos contaminadas es una tarea importante para la salud.
Lo anterior suele ser complejo, ya que en las grandes zonas urbanas se concentra la mayor parte de población y de emisiones dañinas. Sin embargo —según un estudio de la organización sin ánimo de lucro Berkeley Earth—, los territorios australianos de Melbourne, Newcastle, Sidney y Canberra, junto a Honolulu, Estados Unidos, han conseguido ser las ciudades menos contaminadas.
Estos lugares tienen una buena calidad del aire y una baja concentración de partículas en suspensión de menos de 2.5 micras (PM 2.5) por metro cúbico, a diferencia de sitios como Nueva Delhi, en la India, cuyo riesgo ambiental es muy alto y que, incluso, pone al límite la vida de sus habitantes.