Para Elon Musk, CEO de Inc. y posible comprador de Twitter, el trabajo remoto ya no es una posibilidad, por lo que ha advertido sus colaboradores sobre las nuevas reglas del juego: «Vuelvan a la oficina o finjan trabajar en otro lado». ¿La postura del multimillonario es una simple exigencia de productividad o capitalismo depredador?
Lo anterior sucede en un momento en que la pandemia ha revelado los beneficios de los modelos de home office —tanto para las empresas, el personal y el medio ambiente—. Y que este, mejora los conflictos de movilidad en las grandes ciudades, disminuyendo la huella de carbono.
De hecho, una encuesta de IBM —elaborada en 2020 y aplicada a 25,000 adultos estadounidenses— demostró que la cotidianidad tras la COVID-19 se vio afectada en muchos ámbitos, tanto laborales como personales, por ejemplo, el gasto minorista, el transporte, la asistencia a eventos en lugares grandes y, claro, el regreso al trabajo.
En este sentido, el home office había permitido equilibrar la vida personal y productiva, algo que se demostró con La Gran Renuncia, fenómeno donde las cifras de renuncias voluntarias superaron su récord histórico y que fue una señal de la necesidad de cambios en la cultura laboral.
Musk está cansado del home office
Sin duda, la pandemia ha sido un catalizador en la forma de emplearse, ya que marcó un precedente para el futuro del trabajo, pero al parecer no a todos les ha convencido esta idea, tal es el caso del hombre más rico del mundo, Elon Musk, quien está cansado de los modelos a distancia o híbridos.
Es así, que de acuerdo con el portal Bloomberg, la filtración de un correo ha revelado que el presidente ejecutivo de Tesla Inc. quiere a «todos» de regreso en su compañía.
“Todos en Tesla deben pasar un mínimo de 40 horas en la oficina por semana”, escribió Musk en un correo electrónico titulado “Para ser muy claro”. “Además, la oficina debe estar donde se encuentran sus colegas reales, no en una pseudo remota. ”Si no te presentas, asumiremos que has renunciado”, señalaba.
¿Productividad o capitalismo depredador?
Pero eso no ha sido todo, en las últimas semanas Musk ha elogiado a los empleados de Tesla China por «quemar el aceite de las 3 a. m.» mientras dice que los estadounidenses están «tratando de evitar ir a trabajar».
Miles de trabajadores de Tesla en Shanghái han estado encerrados durante meses, cumpliendo con turnos de 12 horas, seis días a la semana. Hasta hace poco, muchos dormían en el piso de la fábrica como parte de un sistema de circuito cerrado, destinado, por un lado, a mantener alejado a la COVID-19 y por otro, a sacar la línea de producción.
Sin embargo, no es la primera vez que Musk revela un trato duro hacia sus colaboradores. Keith Rabois, empresario de Silicon Valley, tuiteó una anécdota que habla del estilo de gestión de su amigo. En Space Exploration Technologies Corp. , Musk notó una vez a un grupo de pasantes dando vueltas mientras esperaban en una fila para tomar un café.
Este amenazó con despedirlos a todos si volvía a suceder e hizo instalar cámaras de seguridad para monitorear el cumplimiento, según contó Rabois, quien conoce al fundador de Tesla desde sus días en PayPal Holdings Inc.
¿Elon Musk rostro del capitalismo salvaje?
Si bien, otras empresas han buscado el regreso presencial al trabajo, han optado por transiciones paulatinas como el modelo híbrido, Google y Apple han sido algunas de ellas, de las cuales Musk ha hecho mofa en el pasado, incluso compartió un «meme» de un perro perezoso en respuesta a un artículo sobre que Apple retrasaría las actividades en persona.
Por otro lado, la noticia sobre la nueva política presencial ha caído como un balde de agua fría para empleados de Twitter, una empresa que ha sido reconocida por su sistema de trabajo remoto permanente.
Aunque se entendería el regreso paulatino de las y los colaboradores en Tesla, siendo una fábrica de producción, ¿será igual para Twitter?, una compañía que puede hacer todo on line. De ser así, ¿por qué regresar a un esquema del pasado? ¿Productividad o capitalismo depredador?
Es por ello, que la postura de Musk le ha ganado señalamientos como el rostro del capitalismo ramplón y depredador, enfocado en ganancias solamente y no en los stakeholders. Una visión obsoleta que deja de lado la responsabilidad de las empresas en la sociedad.
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