Los suelos tienen un gran potencial para filtrar y amortiguar los contaminantes, degradando y atenuando sus efectos negativos, sin embargo, esta capacidad es finita. La ONU asegura que la contaminación del suelo es un problema mundial, pues envenena los alimentos que comemos, el agua que bebemos y el aire que respiramos.
Volkan Bozkir, ex Presidente de la Asamblea de la ONU, mencionó que cada año se pierden más de 12 millones de hectáreas de tierra a causa de la desertificación, la degradación de las tierras y la sequía. Esta pérdida perjudica a más de 3 mil millones de personas, especialmente a las comunidades pobres y rurales del mundo en desarrollo.