Las emisiones mundiales, provocadas por los materiales para hacer edificios, carreteras y otras infraestructuras, alcanzaron casi 2,900 millones de toneladas de dióxido de carbono en 2021. Ello representa más del 8% de las emisiones, según el científico noruego, Robbie Andrew, del Centro CICERO para la Investigación Climática Internacional y Global Carbon Project.
De acuerdo con Inside Climate News, durante los últimos 20 años, el cemento y concreto han duplicado sus emisiones contaminantes. Dicha situación revela que el sector ha recibido relativamente poco escrutinio público, a pesar de contribuir al calentamiento global, casi tres veces más que la industria de las aerolíneas.
Cemento y concreto han duplicado emisiones… ¿Y los acuerdos climáticos?
Al respecto, los científicos han señalado que la producción de cemento debe reducir sus emisiones anuales al menos un 16%, en 2030, para estar en línea con el Acuerdo de París —cuya meta principal consiste en limitar el calentamiento mundial a 1.5°C, en comparación con los niveles preindustriales—.
Sin embargo, entre 2002 y 2021, los sectores del cemento y concreto han duplicaron sus emisiones, incrementado de 1,400 millones de toneladas de dióxido de carbono, a casi 2,900 millones de toneladas.
Ante esto, Rob Jackson, científico climático de la Universidad de Stanford que dirige el Global Carbon Project, ha indicado que «las emisiones de cemento han crecido más rápido que la mayoría de las otras fuentes de carbono” y una de las razones de este aumento podría estar relacionada en gran medida con el despunte de la industria en China.
En un momento en que se supone que todas las actividades deben limpiar sus procesos, el cemento en realidad parece ir en la dirección contraria.
La insostenible industria del cemento y concreto
Si bien, el cemento y concreto han permitido construcciones colosales e icónicas —como la ópera de Sydney en Australia, el Templo del Loto en Delhi, India, el Burj Khalifa en Dubai, Emiratos Árabes Unidos— actualmente, representan un problema para la crisis climática.
Su fabricación, debido a la naturaleza que posee, resulta insostenible. Es un proceso que consume bastante energía pero, quizás la diferencia más relevante es que, a comparación de otros materiales de construcción, el concreto produce emisiones de carbono de dos maneras, no solo de una.
Por ejemplo, mientras el acero genera emisiones de gases de efecto invernadero, porque el funcionamiento de las plantas siderúrgicas requiere energía, el proceso químico de fabricación del cemento genera aproximadamente 1.370 libras de CO2 por cada tonelada métrica.
Responsabilidad Social en la industria de la construcción
En los últimos años, se ha prestado una atención cada vez mayor a las emisiones resultantes del funcionamiento de los edificios: cómo se calientan, enfrían e iluminan. Pero, a medida que avanzan los acuerdos y acciones por mitigar la crisis climática, es momento de que el sector de la construcción asuma su responsabilidad social.
Un ejemplo de ello, ha sido la aprobación legislativa en New York para establecer un estándar de emisiones para el material utilizado en obras públicas. Por su parte, en 2021, California se convirtió en el primer estado de la nación en exigir reducciones obligatorias de emisiones de la fabricación de cemento. La nueva regulación estableció que las emisiones de carbono por tonelada de cemento producido deben reducirse en un 40%, por debajo de los niveles de 2019, para 2035.
En este sentido, crear edificios energéticamente eficientes ya no basta, es imperativo que la industria del cemento y concreto innove y apueste por materiales de construcción sostenible.