Actualmente, las personas no solo quieren vivir de manera sostenible, sino que entienden su poder para influir en que las marcas asuman la responsabilidad que tienen con el planeta. Sin embargo, a pesar del crecimiento de la conciencia ambiental, sigue existiendo una brecha entre la intención y la acción, de acuerdo con Sustainable Brands.
Una investigación reciente muestra que las y los consumidores quieren incluir la sostenibilidad en su día a día, pero no logran cumplir con ello. En este sentido, ¿cómo se pude educar al consumidor para hacerlo un agente de cambio?
Crecen consumidores responsables
El estudio, realizado por el medio antes citado en colaboración con la agencia Ipsos, demostró que en los EE.UU., el 96% de las personas muestra interés por prácticas que protejan otras, al entorno y a los recursos naturales.
Lo anterior revela que la sustentabilidad ya está incrustada en las reflexiones de gran parte de la población, por lo que no se necesita cambiar esos valores sino dirigirlos e involucrarlos realmente en los comportamientos responsables.
Estos últimos representan un conjunto de acciones responsables y desafiantes para enfrentar los problemas actuales. Si bien el medio ambiente puede ser un ámbito, también lo son los temas sociales y económicos.
Romper la brecha de intención para educar al consumidor
La verdad es que las buenas intenciones no bastan para marcar el cambio. De acuerdo con la investigación sigue existiendo una brecha entre lo que se quiere hacer y lo que se hace por parte de las y los consumidores para ser sostenibles.
Cuando se les preguntó a las y los encuestados cuáles son las barreras que les dificultan vivir de manera más sostenible, la respuesta más común fue: «Es demasiado caro», especialmente, en el momento actual con tantos problemas socioeconómicos y niveles de inflación altísimos.
El segundo impedimento que se encontró es que mucha gente «no sabe por dónde comenzar a ser sostenible». En este sentido, la gravedad de la crisis climática y el sistema de demanda que se ha mantenido por años dan una sensación en general apabullante y de estancamiento en cuanto a lo que puede hacer una persona por sí sola. Finalmente, el tercer obstáculo consistió en que se considera que «es demasiado complicado».
Marcas pueden ayudar a educar al consumidor
Con esta información, se recomienda que los líderes de marca se centren en hacer que los comportamientos sostenibles sean prácticos y accesibles, a través de sus productos y servicios, para que no impliquen un esfuerzo extra para incluir la sostenibilidad. Estas pequeñas acciones resultarán gratificantes.
Con todo lo que sucede en el mundo, desde la guerra hasta la inflación, el control de armas y la COVID, la sostenibilidad puede ser una cosa más que las personas no pueden mentalmente llevar, pero que, si se les presenta de forma sutil, puede reconfortarlas.
Urge educar al consumidor
Además de lo anterior, los datos señalan que la sostenibilidad ambiental se ha visto amenazada por otros problemas igual de apremiantes como la salud y la seguridad personal, pues entre un 8 y 28% de encuestados indicó que el medio ambiente o el clima eran su principal preocupación.
Y pese a que el 83% piensa que «nos dirigimos hacia un desastre ambiental a menos que cambiemos nuestros hábitos rápidamente», pero incluso si las personas están motivadas en transformar sus comportamientos, no siempre saben qué acciones tomar.
Cuando se les preguntó qué consideraban más importante en cuanto a la sostenibilidad, gran parte expresó que el reciclaje, dejando al final de la lista el llevar una dieta basada en plantas o con proteínas alternativas, la cual tiene un mayor impacto ambiental.
Percepción errónea sobre los comportamientos sostenibles
A nivel mundial existen conceptos erróneos sobre lo que tiene mayor valor en la sostenibilidad. Por ejemplo, las personas del estudio clasificaron el reciclaje como el comportamiento con el mayor impacto, mientras que las investigaciones han indicado que ocupa el puesto 60 en una lista de comportamientos, quedando muy por detrás de otras opciones, como usar transporte público.
Esta preferencia por un método menos efectivo se debe a décadas de mensajes generalizados e infraestructura construida en torno al reciclaje, por lo que no es de extrañar que sea lo más importante para los consumidores.
Por ejemplo, durante una investigación de alto nivel sobre las etiquetas de productos centradas en la sustentabilidad que atraen a los consumidores, en las categorías de líquido para lavar y productos electrónicos personales, las opciones con «Embalaje hecho con materiales reciclados» fueron las más preferidas, con más peso que CarbonNeutral, B -Corp, 1% para el Planeta y sellos de Comercio Justo.
Educar al consumidor en qué es más importante para generar mejoras en el medioambiente resulta una misión en la que las compañías tienen un papel fundamental, tanto para proporcionar formas de participar en estos comportamientos sostenibles, como en incentivar las actividades con más beneficios.