De acuerdo con el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), tenemos menos de 15 años para reducir las emisiones globales de CO2 a la mitad, y 30 años para llegar a cero neto, si queremos limitar la temperatura global a 1.5 °C.
En estos esfuerzos, la descarbonización del transporte resulta fundamental. Recientemente, el sector de la aviación se ha enfrentado a una mayor presión para reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Para los líderes de fabricación de aviones comerciales, avanzar en esos objetivos es inminente.
Por lo tanto, es necesario abordar el problema del cambio climático desde la industria de la aviación; sin embargo, The Wall Street Journal afirma que Boeing y Airbus buscan la sostenibilidad sin invertir. ¿De qué se trata exactamente este señalamiento?
¿Es posible la sustentabilidad sin invertir?
Después de casi dos años de parálisis por la pandemia, las emisiones de carbono ocuparon un lugar destacado en la agenda. Las empresas Boeing y Airbus señalaron en un comunicado durante su presencia en el Salón Aeronáutico de Farnborough que la sostenibilidad, al igual que la seguridad, no es un tema de competencia, sino que «todos debemos contribuir, y no existe una única solución o entidad que nos lleve a cero neto para 2050».
No obstante, ninguna de las dos apostó por la construcción de nuevos aviones. En cambio, la proveedora de aviones para las aerolíneas norteamericanas, Boeing, presentó sus vehículos a batería como parte del impulso ecológico.
Mientras que la proveedora europea Airbus explora nueva tecnología para capturar las emisiones de CO2 en la atmósfera. A través de un sistema de captura y almacenamiento de carbono directo del aire (DACCS). Esta tecnología permitirá filtrar y eliminar hasta el 90% de las emisiones de CO2 utilizando ventiladores y absorbedores en una instalación neutra que se alimenta por fuentes de energía de cero emisiones.
La extracción de carbono directamente del aire y su posterior almacenamiento permanente constituye una gran innovación que es complementaria al uso de nuevas tecnologías, uso de combustibles sostenibles y la protección de ecosistemas estratégicos.
Falta compromiso climático en la industria de la avión
A pesar de que las líneas aéreas acordaron entablar negociaciones para una posible compra anticipada de créditos de carbono verificados y duraderos, estuvo ausente hablar de nuevos diseños de jets en lugar de actualizar los antiguos.
En un informe reciente, el Consejo Internacional de Transporte Limpio pronostica que la industria de la aviación no cumplirá su compromiso de generar cero emisiones netas de carbono para 2050, según las medidas anunciadas hasta el momento.
Las mejoras en los aviones propulsados por combustible jugarán solo un papel pequeño: hasta 2035, solo se espera una mejora del 1.1% por año en la intensidad energética, casi todo proveniente de modelos que están en servicio actualmente.
A diferencia de los automóviles, la economía de la aviación tiene que ver con la eficiencia energética: a las aerolíneas no les importan mucho los aviones más rápidos, pero siempre comprarán modelos que reduzcan las facturas de combustible.
Aviones de cero emisiones
Según el último Barómetro del Turismo Mundial de la OMT, el turismo internacional aumentó un 182% en los primeros tres meses de 2022 en comparación con el año anterior. Si bien aún se encuentra un 60% por debajo de los niveles de 2019, el incremento de las llegadas internacionales se aceleró en marzo.
Con esto en mente, difícilmente las emisiones de las aeronaves pueden reducirse y alcanzar los objetivos climáticos de mantener la temperatura global del planeta en 1.5 °C. Pero simplemente hacer que cada avión sea menos contaminante no arreglará el clima.
Algo que sí podría hacerlo es construir aviones de cero emisiones. Airbus se ha comprometido a fabricar un avión de hidrógeno para 2035 que podría reemplazar de manera factible a su poderoso modelo A320 de fuselaje estrecho en vuelos de menos de 1,000 millas. Sin embargo, hay grandes incógnitas que podrían retrasar la tecnología o limitarla a rutas de no más de 300 millas, lo que también es una barrera para los aviones eléctricos.
¿Sustentabilidad sin invertir?
Aunque nuevas fuentes de combustibles, como la energía solar, los biocombustibles y el combustible de hidrógeno, se están probando como alternativas, en los últimos años también se han desarrollado nuevas técnicas para el diseño de aeronaves.
Sin embargo, hoy en día, los fabricantes ven que mejorar los aviones tiene más sentido que diseñar nuevos, porque los gastos son más bajos. Es decir, apuestan por la sustentabilidad sin invertir en grandes sumas. La reducción del 20% en el consumo de combustible que los aviones nuevos lograron en el pasado puede ser difícil de repetir, ya que la mayor parte de la mejora provino de los motores.
Sin embargo, con algún compromiso financiero a corto plazo, el estancamiento tecnológico podría evitarse. Los motores más nuevos construidos por Pratt & Whitney y CFM —una empresa conjunta entre General Electric y Safran— tienen cada uno la tecnología de la que carece el otro: materiales de última generación y una caja de cambios, respectivamente.
Por sí sola, cada empresa podría tardar 15 años en adquirir las capacidades necesarias y superar los problemas de propiedad intelectual, pero con la combinación correcta de ambición, incentivos gubernamentales y colaboración quizá sea posible lograrlo.