PORTAL IMPULSADO POR LAS EMPRESAS RESPONSABLES:

- Advertisement -
Columnistas¿Exclusión de personas y narcisismo?

¿Exclusión de personas y narcisismo?

La discapacidad como uno de los problemas del ser humano que afecta significativamente a las personas y toda sociedad, ha adquirido relevancia en los sectores gubernamental, privado y social, llamando la atención de la comunidad internacional y de organismos supranacionales, que a su vez, han generado iniciativas internacionales, como ser: Juegos Paralímpicos (1960), Año Internacional para las Personas con Discapacidad (1981), Programa de Acción Mundial para los Impedidos (3 de diciembre de 1982), Convenio 159 de la Organización Internacional del Trabajo -OIT- (1983), Década de las Naciones Unidas para las Personas con Discapacidad (1983-1992), Declaración y Programa de Acción de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Social (1995) y Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006).

Asimismo, la terminología respectiva ha cambiado con el transcurso del tiempo, utilizando diversos términos alusivos: impedidos, inválidos, minusválidos, incapacitados, discapacitados, personas con alguna discapacidad, personas con capacidades diferentes y personas con necesidades diferentes.

Las Normas Uniformes sobre la Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad (1), que abordan aspectos relacionados con la terminología utilizada para nombrar a las personas con discapacidad, buscan evitar términos con matices peyorativos, discriminatorios y de matices negativos.

En ese sentido, las citadas Normas establecen que una persona con discapacidad, es aquella que sufre restricciones en la clase o en la cantidad de actividades que puede realizar, debido a dificultades causadas por una condición física, mental o un problema de salud a largo plazo (mayor a seis meses).

En virtud de ello, y con el fin de homologar un criterio, la Organización Mundial de la Salud -OMS- en su Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías -CIDDM-, señala lo siguiente:

· Deficiencia. Se refiere a las anormalidades de la estructura corporal, de la apariencia y de la función de un órgano o sistema, cualquiera que sea su causa. En principio, la deficiencia se representa con trastornos en órganos. Se trata de una dimensión orgánica o corporal. Por ejemplo: sordera, ceguera, mudez, parálisis o amputación de un miembro y retraso mental.
· Discapacidad. Refleja las consecuencias generadas por la deficiencia a partir del rendimiento funcional y de la actividad del individuo. La discapacidad representa trastornos en la persona. La dimensión se refiere al individuo. Por ejemplo: dificultades de la visión, del habla y de la audición.
· Minusvalía. Alude a las desventajas que experimenta el individuo como consecuencia de las deficiencias y discapacidades. Las minusvalías reflejan  dificultades en la interacción y adaptación del individuo con el entorno. Es una dimensión social. Por ejemplo: reclusión en el hogar, incapacidad para utilizar transportes públicos y aislamiento social.

También, para analizar la problemática de la discapacidad (2), es importante conocer los grados en que ella se encuentra, ya que ello, determinará el nivel de restricción que tienen las personas con discapacidad en su desempeño. Para ello, se utiliza la siguiente clasificación (3):

· Leve. Cuando la reducción de la capacidad de la persona para realizar sus actividades cotidianas es mínima y no interfiere en su productividad.
· Moderada. Cuando la reducción de la capacidad de la persona limita parcialmente sus actividades cotidianas y su productividad.
· Grave. Cuando la reducción de la capacidad de la persona la hace completamente dependiente y poco productiva.

También es importante conocer la relación de la discapacidad con factores biológicos y socioculturales, ya que, a través de ello, podrán planearse y diseñarse, estrategias y programas de prevención y atención eficientes. Al respecto, pueden enunciarse los factores siguientes: genética, enfermedades agudas o crónicas, violencia, sedentarismo, adicciones, poca o nula educación, cultura, accesibilidad a servicios públicos, complicaciones perinatales, traumatismos y problemas nutricionales.

No obstante lo anterior, la discapacidad presenta las características comunes siguientes:

· El riesgo y la presencia de la discapacidad y minusvalía aumentan con la edad.
· La prevalencia de la discapacidad es más alta en zonas rurales que en las urbanas.
· La mayoría de los servicios son otorgados por el gobierno.
· La cobertura de los servicios es insuficiente.
· El acceso al trabajo remunerado es limitado.
· La autosuficiencia económica de las personas con discapacidad es mínima.

Es innegable el hecho que las personas que padecen algún tipo de discapacidad tienen un impacto en la vida política, económica, social y cultural de la sociedad. Por ende, la prevención, atención y solución del problema de la discapacidad involucra a todos los agentes sociales, como son la familia, las organizaciones, las instituciones y el gobierno. Esto es, la atención y solución de la problemática no radica exclusivamente en alguno de los mencionados. En este sentido, las Normas enfatizan en la corresponsabilidad que tiene la sociedad con respecto a la atención de esta problemática, al no brindar oportunidades de integración y desarrollo a las personas que padecen algún tipo de discapacidad.

También, muchas de las veces son precisamente ésos agentes, los que en lugar de proveer de las herramientas y recursos necesarios para integrar a las personas con discapacidad a la sociedad, terminan, paradójicamente, obstaculizando el desarrollo e integración de de esas personas a la vida cotidiana.

Con respecto a la integración, la mayoría de las iniciativas de esta índole se dirigen a aspectos arquitectónicos que brindan accesibilidad a inmuebles o transportes, pero no a incorporar social y verdaderamente a los discapacitados. Así, los esfuerzos que realizan los Centros y Escuelas Especiales no logran concretarse en una integración a escuelas tradicionales, para que los educandos con discapacidad convivan y crezcan de igual a igual y no sean discriminados por motivos ajenos a ellos mismos. Resalta considerar que la educación no solamente implica conocimiento, sino transformación, cambio, actitud y dignidad.

Igualmente, con respecto a aspectos laborales, a pesar que existen esfuerzos de los gobiernos, la respuesta de empresas que se suman a esas iniciativas ha sido lenta. Esta situación puede ser generada por el temor a adquirir cargas de seguridad social, médica y laboral, que se reviertan en contra de intereses económicos de la empresa contratante. Por lo que, es necesario revisar y adecuar el marco de seguridad social, laboral y legal, para facilitar el camino de asistencia a las empresas.

Todavía no se cae en cuenta que los discapacitados tienen derechos, que buscan la igualdad de trato y oportunidades, que cuentan con capacidades para relacionarse y trabajar, incluso, algunos se desempeñan mucho mejor que otros no discapacitados. Prueba de ello, es que la sociedad de la información narcisista del siglo XXI, no ha reparado en que los ciegos en la Grecia de Homero, eran oráculos de fenómenos que los videntes no podían ver.

Roberto Adame Garduño
Senior Manager de Responsabilidad Social de Ernst & Young México

(1) Comisión Nacional de Derechos Humanos. Los Principales Derechos de las Personas con Discapacidad. México 1999. Pp. 82-83.
(2) Para efectos de este artículo, la palabra discapacidad podrá referirse de manera general a lo que se ha expuesto como deficiencia y minusvalía, excepto cuando estos dos términos se utilicen en forma particular.
(3) Op. Cit. Manual de elaboración

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

PLATIQUEMOS EN REDES SOCIALES

Lo más reciente

DEBES LEER

TE PUEDE INTERESAR