El greenwashing abunda en los envases de alimentos y en la publicidad, engañando a los consumidores y socavando a las empresas que realmente adoptan prácticas sostenibles. Además, pone en riesgo a los inversores al generar una percepción equivocada de las afirmaciones de la empresa.
Esta es la conclusión de un nuevo informe de la Changing Markets Foundation, una organización activista que impulsa el cambio hacia una economía más sostenible, el cual evaluó las afirmaciones ambientales hechas por una serie de importantes marcas de alimentos y bebidas, según Business Green.
Marcas de alimentos hacen greenwashing
Este informe se publica el mismo día en que la Unión Europea (UE) publicará sus esperadas normas para regular las afirmaciones medioambientales realizadas por las empresas. El informe sostiene que la práctica de realizar afirmaciones falsas o exageradas sobre las credenciales ambientales de un producto, conocida como greenwashing, se ha convertido en un importante riesgo empresarial.
Durante la investigación de un año, se descubrieron 51 casos de greenwashing. Estos incluyeron prácticas como el uso de términos «positivo para el clima» o «carbono neutral» por parte de empresas con una gran huella climática, lo que sugiere que son más amigables con el medio ambiente de lo que realmente son.
También se mencionan casos en los que se hacen afirmaciones ambientales que solo se aplican a una parte de los productos u operaciones de una empresa, lo que sugiere que toda la empresa es más sostenible de lo que realmente es. Esto es importante porque los consumidores pueden ser engañados por estas afirmaciones y tomar decisiones de compra basadas en información falsa o engañosa.
Por ejemplo, el popular queso Cathedral City de Saputo se comercializa con imágenes de vacas pastando en verdes praderas. Sin embargo, según la investigación, el ganado que produce el queso se alimenta al menos en parte con soja que se ha relacionado con la deforestación del Amazonas.
Afirmaciones climáticas engañosas
Mientras tanto, Jack Link’s es también una de las miles de compañías que etiquetan productos como «Amazon Climate Pledge Friendly», en referencia a la iniciativa del gigante minorista Amazon para alentar a las empresas a lograr emisiones netas cero para 2040. Sin embargo, esto no debería considerarse como «amigable con el clima», ya que la carne seca está relacionada con importantes impactos climáticos. La compañía solo cumple con los requisitos del empaque de la iniciativa de Amazon llamada «Compact by Design».
Según la investigación, la forma más común de greenwashing en el sector alimentario es el uso de afirmaciones climáticas como «carbono neutral», «amigable con el clima» y «neto cero» para describir productos de empresas con una huella de carbono desproporcionada y planes para comprar compensaciones para cumplir con sus objetivos.
El informe también denuncia la falta de compromiso de las marcas de alimentos al señalar objetivos climáticos muy distantes, incluso después de 2050, lo que lleva a los consumidores a creer que se están produciendo recortes en las emisiones en la actualidad.
Sector cárnico y lácteo lideran engaño ambiental
Nusa Urbancic, directora de campañas de la organización Changing Markets Foundation, denuncia que en la industria alimentaria, la carne y los lácteos lideran la irresponsabilidad en las afirmaciones falsas de sostenibilidad. «Estas afirmaciones proporcionan un barniz de sostenibilidad para una industria que es responsable de un tercio de las emisiones globales de metano y es el principal impulsor de la pérdida de biodiversidad…», afirma.
El informe también destaca que las empresas que realizan greenwashing se están beneficiando, ya que existe una clara oportunidad de negocio para las empresas que capitalicen las preocupaciones ambientales. El consumo responsable se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los compradores de alimentos y bebidas.
Una encuesta realizada por YouGov a más de 4 mil adultos alemanes y británicos encontró que una de cada 10 personas coloca las preocupaciones ambientales entre los tres factores principales que influyen en las decisiones de compra, mientras que uno de cada cinco califica el bienestar animal como prioridad.
En este contexto, el informe es una llamada urgente para tomar medidas contra las afirmaciones engañosas que no solo perjudican a los consumidores y al cambio climático en curso, sino que también representan un gran riesgo para aquellas empresas que están realizando las inversiones necesarias para desarrollar productos y procesos más sostenibles.