En las últimas semanas se ha observado una “atípica” temporada de calor, de acuerdo con especialistas de Calidad del Aire del Instituto de Recursos Mundiales México, estás podrían seguirse suscitando en los próximos años inmediatos, como parte de las consecuencias del inminente cambio climático mundial, el cual no solo afectará a las personas, sino también a los mercados financieros mundiales.
De acuerdo con SAS, compañía especializada en analítica avanzada, IA y gestión de datos, los criterios medioambientales, sociales y gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés) han adquirido gran relevancia para las compañías de todos los sectores, principalmente porque, en los últimos años, el acceso a capital fresco, crédito e inversiones está ponderando progresivamente la evaluación de estos.
Según datos de la 7ª Edición del Observatorio de Inversión ESG, la revisión de estos criterios se ha vuelto clave para los procesos de inversión de gestores de activos, inversores institucionales y “proxy advisors”. Y en palabras de Naeem Siddiqi, Senior Advisor, Risk and Quantitative Research en SAS, «La tendencia apunta a una mayor actividad y enfoque en los criterios ESG y riesgo climático. A medida que los gobiernos persigan sus objetivos de riesgo climático, habrá más políticas regulatorias y nacionales obligatorias para las instituciones bancarias y otras, y multas por ‘greenwashing’. Todo esto ya ha sucedido en muchos países.”
Estandarización del riesgo climático
El riesgo de cambio climático representa un impacto real en las inversiones de las compañías financieras, así como en cumplimientos de los pactos internacionales como “El Acuerdo Climático de París” o el “Compromiso Net zero 2030” y/o las reformas del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, entre otros. Por lo cual, actualmente el sector financiero debe revisar minuciosamente dónde se encuentran sus inversiones, quienes forman parte de su cartera crediticia, a quienes otorgar crédito, etc. basados en los criterios ESG y los riesgos del cambio climático.
En este sentido, la recopilación de datos, el análisis y la generación de modelos predictivos a través de soluciones tecnológicas de analítica avanzada otorga una ventaja competitiva a las compañías, no solo para medir el riesgo, sino también para aportar a la estandarización de las mediciones. Ya que permiten orquestar de manera adecuada la información generada por las pruebas de estrés a las que son sometidos, aquellos entes que solicitan financiamiento, mediante escenarios de alto impacto que involucran factores climatológicos y geográficos en los que hay un potencial catastrófico y que pueden derivar afectaciones financieras.
De acuerdo con SAS, uno de los principales retos se encuentra justo en la recopilación y análisis de datos para generar un adecuado estándar en la medición, sobre todo ante una creciente atención de los factores ambientales y que derivan en la materialización de los riesgos climáticos (físicos y de transición) en el servicio de la intermediación financiera.
De acuerdo con datos recopilados por SAS, para interés de riesgo en el entorno socioeconómico actual los principales tópicos son: el deterioro de la cartera de crédito y mayores provisiones crediticias; el uso de escenarios de estrés para los incisos anteriores; Intereses (NII) y valor económico; el efecto del aumento de tasas en el libro de balance respecto al margen neto de disponer de un portafolio de mayor liquidez y la Suficiencia de capital.
Luis Barrientos, Risk Domain Expert de SAS Latinoamérica, menciona que “en un contexto de alta inflación y los incrementos subsecuentes de las tasas de interés como medidas de mitigación, crece también la incertidumbre y puede desembocar en un lento repunte económico. Los escenarios de estrés permiten cuantificar cómo se afecta la cartera de los bancos y puede asistir a crear alternativas ante estas situaciones, con el fin de aprovechar las oportunidades de los potenciales escenarios y aminorar el impacto en las instituciones y, en consecuencia, del contagio que provoca en los demás sectores y la población”.
Datos del Oliver Wyman, aseguran que existe una amplia gama de posibles escenarios de transición. Uno de ellos tiene que ver con la implementación de impuestos sobre el carbono. De acuerdo con el Banco Mundial, el 50% de las naciones que firmaron el acuerdo de Paris consideran activamente gravarlo. En este escenario, las pérdidas del sector financiero podrían ascender a un billón de dólares en los próximos años, de no tomar acciones en consecuencia sobre el cambio climático en los próximos 10 años. Por otra parte, si las predicciones sobre los requerimientos de capital de la economía verde ($6 billones en los próximos años), se cumplen, la oportunidad en los servicios financieros oscilaría entre los $ 50 mil millones y los $ 150 millones.
A decir de Naeem Siddiqi,“El análisis de riesgos sobre el cambio climático se ha vuelto imperativo en el sector financiero y hablar de este tema no se trata de mirar hacia 30 años; es algo que se ve desde hace algún tiempo. Una encuesta de IBM reveló que el 58% de los negocios piensan que el ESG es una oportunidad de negocio; los fondos para ESG van a madurar. De igual manera, las inversiones en tecnologías verdes irán en aumento, los bancos estarán en una mejor situación para invertir en empresas más sostenibles. si las instituciones pueden equilibrar estas situaciones a través del análisis y manejo de datos, existen trillones de oportunidades”, concluyó.