El pasado lunes 10 de noviembre se entregaron los reconocimientos a los mejores mensajes de beneficio social en Iberoamérica… mejor conocidos como Caracol de Plata.
Ser socialité es una de mis más grandes fobias; quienes me conocen suelen decir que yo sería feliz viviendo en la montaña de Heidi con una conexión de banda ancha… Tal vez —suelo pensar— tal vez podría escribir desde allá esta columna, al lado de mi gran perro Niebla.
Pero como decía mi abuela —Al que no quiera sopa, dos platos— lo que significa que los boletos para la ceremonia de premiación para Caracol de Plata llegaron a mis manos y obviamente, el compromiso de asistir. Afortunadamente no fui solo, el buen HELP y la intensa Veni me hicieron compañía.
Algunos de ustedes concen a HELP… perdón, quise decir muchos de ustedes lo conocen. HELP, denominado así por algunos de sus amigos, es la RP de la RS, famoso por su pasíón y trabajo en el medio de la responsabilidad social pero también por su activa presencia en comités, congresos y eventos socialmente responsables… (a veces suelo pensar que hasta los muros del Cemefi, Pacto Mundial, FECHAC y CLARES le hablan de «tú»). Ello sin mencionar su profundo y especializado conocimiento de todas las salsas de los restaurantes capitalinos. Baste decir que para que pueda comerse un totopo, el mesero debe dar cuatro vueltas antes de tenerle todo el repertorio de picantes. Un auténtico circo de tres pistas en este sentido que a veces llega a desquiciar al personal del lugar; lo que me recuerda otro dicho de mi abuela «Nunca te enojes con la cocinera porque…»
Veni, por el otro lado, es una muy divertida compañera del medio de las ESR. El sobrenombre de Veni, creación de HELP, se debe al ocasional sobresalto de una de sus venas frontales. Activista de corazón (baste decir que deviene de Amnistía Internacional), rebelde por convicción y yogui de formación (¿o debiera decir yogīnī?), Veni es una guerrera socialmente responsable, y asistir a un evento de este tipo a su lado, es una auténtica montaña rusa.
De modo que allí estábamos los tres, yendo rumbo a la premiación, cuando Veni comenzó a platicarnos sobre sus últimas clases de yoga.
—Se trata de aprender a interpretar sueños y relacionarlos con la realidad—nos dijo. —De hecho— agregó socarrona—hoy me quedé hasta las cuatro de la tarde en pijama practicando.
—Creo que yo podría tomar ese taller todos los sábados y domingos— comenté —aunque no, tal vez no… la verdad es que no recuerdo mucho mis sueños; salvo aquellas ocasiones en que ceno como bestia en celo.
—¿Qué sueñas entonces?— preguntó HELP
—Uf, la última vez… literalmente soñé con una mujer vampiro— respondí —¿Podrías decirme si significa algo, Veni?
—No, ahí sí ni cómo ayudarte —respondió ella riendo.
—Lo dicho… a mí esto del yoga no se me da.
Ya una vez instalados en el Teatro Metropolitan comenzó la ceremonia; debo decir que el cortinaje y estatuas del lugar siempre me han parecido algo lúgubres y me hacen pensar que el fantasma de la ópera nos tirará el candil a medio evento. Como presentadores aparecieron Ricardo Rocha y la guapa Rebecca de Alba, quien derrocha clase y belleza en cada paso que da. La velada ya valía la pena sólo por verla enfundada en su vestido rojo escarlata.
Me sorprendió escuchar que se recibieron más de ochocientas propuestas para el premio universitario. ¿Cuántas universidades con carreras de diseño o publicidad hay en toda Iberoamérica?, ¿Cuántos alumnos en cada una de ellas..? ¿Y sólo ochocientas propuestas? Nos urge impulsar el tema en las universidades, es un hecho.
En fin, como en todas las premiaciones de diseño y/o publicidad, no estuvieron todos los que son ni fueron todos los que estaban. Baste decir, como un ejemplo rápido, que no apareció por ningún lado la extraordinaria campaña de Repsol, Inventemos el futuro. No obstante, se pudieron apreciar grandes desarrollos como el ganador para TV, un spot de WWF, la campaña de reforestación de Coca-Cola, el desarrollo para Obra social Caja Madrid o la campaña “Levántate” de Naciones Unidas.
Tuve que contener mis más patanescos instintos para no gritar ¡Pollote! cuando la sensual Ludwika Paleta presentó uno de los últimos premios; fue así que terminó el evento y nos cruzamos a su secuela, un coctel en el fastuoso Museo de Arte Popular, donde la artesanía expuesta hace sentir orgulloso e incluso vanidoso a cualquier mexicano.
Canapés y vino complementaron la noche. Siempre había querido saber si uno de esos pastiches culinarios que nadie sabe a ciencia cierta de qué son, podría ser identificado en contenido por un vegetariano. Veni, quien según sus propias palabras, no come nada que haya tenido madre u ojos, había probado sólo los de flor de calabaza, sin embargo llegó una tanda de chilorio y con ello mi ocasión de realizar mi experimento. La sujeto experimento en cuestión, ignorando el contenido, tomó uno de los bocadillos y se lo llevó a la boca… al instante y cual gusanito al que le inyectan alcohol tuvo que devolverlo. Comprobado, pues, un vegetariano puede ubicar perfectamente aquello que no pertenece a su dieta.
Así concluyó un evento más de RS… y me digo entonces que estamos de moda; y lo hago no en un sentido peyorativo sino real. Hoy me detengo en una tienda y veo un empaque «galletas hechas a mano», en otro «producto cien por ciento mexicano» y finalmente en un tercero «producto orgánico y libre de colesterol.» Leyendas como ésta última son relativamente nuevas en el mercado, pero están siendo cada vez más demandadas. Los consumidores se están decantando por productos que le hagan bien al organismo, que le hagan bien a la sociedad y que le hagan bien al medio ambiente… y por supuesto, bien al bolsillo de sus productores; el triple bottom line.
En México, para hablar localmente, sellos como el ESR (Empresa Socialmente Responsable), el FSC (Forest Stewardship Council), Great Place to Work®, Industria Limpia, Empresa Incluyente, Algodón Orgánico Certificado, entre muchos otros, son ya fuertes agregadores de valor para las compañías.
Hoy estamos de moda, mañana el mercado exigirá la RS. Es un hecho irrefutable. Hoy son ochocientas propuestas en Caracol de Plata, mañana serán miles. Hoy hay nuevas leyendas, agregadoras de valor en los productos, mañana serán indispensables. Hoy muchos sueñan con la RS, y es un sueño que no necesita interpretación, pues es un sueño lúcido, un sueño en el cual el soñador se da cuenta de estar soñando, por lo que sin duda alguna, al amanecer, la RS será nuestra realidad circundante.
Hasta aquí esta columna de forma caracolesca y color plata que hoy tuvo una dieta simplemente… vegetariana.
aRSEnico
aRSEnico es el seudónimo químico de un asesor en RS muy tóxico, solitario, ensimismado y cuasi misántropo, que a través de una propuesta editorial de crítica ácida, expone las circunstancias, a veces inverosímiles, que se presentan en la RSE. La columna, si bien es ficticia se alimenta de eventos de la vida real sin los cuales no sería posible su realización. El objetivo es precísamente, además de provocar la risa forzada de reconocer y reconocerse en ella, señalar dichas circunstancias desde un enfoque cínico e incluso que raya en anti RS, para mostrar finalmente en este radioactivo estilo, el «deber ser» de la RSE.
Hola Luis, excelente artículo, me hiciste reír con tu característico sarcasmo, un avbrazo desde Monterrey….ahh y cuidado con HELP, yo lo conozco muy bien y sí, en efecto, es un socialité muy peligroso.
saludos…
Gracias. Aquí seguiremos… mientras aguantemos la crisis ;-) y sí, don’t worry, que entre lo socialité de HELP y lo ermitaño de aRSEnico ahí la llevamos
[…] de acuerdo, sin embargo, he de admitir que la RSE me ha traído buenas amistades, como el buen HELP, de quien ya les hablé anteriormente o nuestra regia amiga, Shopgirl quien antes de venir a […]