Además de sus impactos en la calidad del agua y del aire, ligan fracking con los temblores. Conocido más comúnmente como el proceso de fracturación hidráulica que tiene como objetivo acceder y extraer petróleo y gas natural, el fracking ha desencadenado un nuevo debate debido a su posible relación con los temblores sísmicos, según Eco Watch.
De acuerdo con una nueva investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de California, Riverside (UC Riverside), se ha demostrado que la práctica del fracking puede desencadenar pequeños terremotos o temblores. Estos resultados no solo iluminan los impactos ocultos del fracking, sino que también plantean cuestionamientos cruciales sobre la seguridad y la responsabilidad social de las industrias extractivas.
Entendiendo el fracking
El fluido utilizado en el fracking, conocido como fluido de fracturación, contiene aditivos químicos cuyas identidades a menudo se mantienen en secreto bajo la premisa de ser «información confidencial de negocios» o secretos comerciales.
No obstante, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos identificó 1,084 sustancias químicas diferentes utilizadas en el fracking entre 2005 y 2013, algunos de los ingredientes comunes en el fluido, como el etilenglicol, el alcohol propargílico y el metanol, son considerados peligrosos para la salud humana.
Además de la preocupante contaminación química que afecta la calidad del aire y el agua, el método destructivo empleado en la búsqueda de combustibles fósiles parece estar relacionado con la generación de temblores.
Ligan fracking con temblores
El estudio, titulado «Señales de temblores durante la inyección de fluidos son generadas por deslizamientos de fallas» (2023) y publicado en la revista Science, confirma que el fracking puede provocar pequeños y lentos terremotos o temblores, cuya causa había sido desconocida hasta el momento.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores utilizaron datos de fracking en los que se empleó dióxido de carbono líquido en lugar de las aguas residuales convencionales, según reporta UC Riverside News. Abhijit Ghosh, profesor asociado de geofísica en UC Riverside y coautor del estudio, resaltó que, dado que el dióxido de carbono es líquido, los resultados son extrapolables al fracking basado en agua.
«Estamos satisfechos de que ahora podamos utilizar estos temblores para rastrear el movimiento de los fluidos del fracking y monitorear los desplazamientos de las fallas resultantes de las inyecciones de fluidos».
Abhijit Ghosh, profesor asociado de geofísica en UC Riverside.
Develan origen de temblores
En anteriores debates entre sismólogos acerca del origen de las señales de temblores, surgían teorías que apuntaban a terremotos de gran magnitud ocurridos en lugares lejanos, mientras que otros sugerían que eran provocadas por ruidos asociados a la actividad humana, como maquinaria industrial o trenes en tránsito.
En un esfuerzo por dilucidar la causa detrás de estos temblores, los investigadores emplearon sismómetros alrededor de un sitio de fracking en Wellington, Kansas. Durante un periodo de seis meses de inyección de fluidos para el fracking, y también un mes antes y después de esta actividad, se recopilaron datos para su análisis detallado.
«Estudiamos las señales de temblores sísmicos en Wellington Field, Kansas, utilizando una serie sísmica durante un programa de inyección de dióxido de carbono. Mostramos que estas señales se generan bajo la superficie durante el tiempo de inyección de dióxido de carbono».
Autores del estudio «Señales de temblores durante la inyección de fluidos son generadas por deslizamientos de fallas» (2023).
El equipo de investigación descubrió que las señales que persistían, una vez descontado el ruido ambiental, emergían desde el subsuelo y solo se manifestaban durante las inyecciones de fluidos. Ghosh explicó: «No detectamos los temblores antes ni después de las inyecciones, lo que sugiere que los temblores están relacionados con ellas», como informa UC Riverside News.
Daño ambiental y sismos provoca fracking
Ghosh apuntó que, dado que es poco probable que las empresas detengan esta práctica tóxica y peligrosa del fracking, resulta crucial monitorear las actividades con el fin de comprender cómo estas alteran la estructura de las rocas. También es vital rastrear el movimiento de los fluidos después de las inyecciones de fracking.
Además, Ghosh resalta la importancia de que las empresas que realizan experimentos modelo establezcan límites de presión adecuados para la inyección de fluidos, evitando así consecuencias no deseadas, como la activación de fallas tectónicas que podrían generar actividad sísmica, es decir, terremotos o temblores.
Ghosh plantea, asimismo, que estos experimentos modelo solo son factibles en áreas donde ya se tiene conocimiento de la existencia de fallas geológicas, lo que sugiere que estos modelos se sustentan en información geológica previa. Sin embargo, también advierte que es posible que existan fallas aún no identificadas o mapeadas en la región. En estos casos, la capacidad de predecir el resultado de la inyección de fluidos y su relación con la actividad sísmica es limitada.
