Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una hoja de ruta global adoptada por la comunidad internacional en 2015 como parte de la Agenda 2030. En conjunto, constan de 17 objetivos y 169 metas interconectadas que representan un llamado a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030.
Sin embargo, a mitad del plazo para alcanzarlos en 2030, nos encontramos muy lejos de cumplir con dichos objetivos. La inversión no fluye lo suficientemente rápido ni a la escala necesaria para transformar nuestros sistemas de clima, energía y alimentación, erradicar la pobreza y poner nuestras economías en una senda más sostenible e inclusiva.
El desafío es enorme y urgente, afectando tanto a las economías desarrolladas como a las emergentes y en desarrollo. Se necesita de la iniciativa privada para alcanzar los ODS, que millones de empresas se involucren y, al hacerlo, aseguren su propio futuro y el del resto de la sociedad, según Edie.
Agenda por la sostenibilidad
Los ODS abarcan una amplia gama de temas, desde la erradicación de la pobreza y el hambre hasta la igualdad de género, la acción climática, la educación de calidad y la paz y justicia. Cada uno de estos objetivos está diseñado para abordar los desafíos globales más apremiantes y avanzar hacia un mundo más justo, sostenible y equitativo.
No obstante, alcanzarlos requiere más que buena voluntad. En julio del año pasado, un grupo de académicos revisó las matemáticas para alcanzar los ODS. Su informe, Las inversiones necesarias para alcanzar los ODS: una visión general,» sitúa las inversiones necesarias en energía limpia y recursos hídricos en hasta 1,9 billones de dólares al año, mientras que las inversiones para frenar los efectos del cambio climático se sitúan en cerca de 4 billones de dólares al año.
La transformación de nuestros sistemas energético y alimentario, en particular, es enormemente compleja y depende de los agricultores, empresarios y empresas que satisfacen nuestras necesidades como consumidores.
En este contexto, las empresas y los inversores pueden ser poderosos agentes de cambio en la consecución de los ODS. Hoy más que nunca se requiere un poderoso compromiso para acelerar las acciones destinadas a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.
Los gobiernos pueden negociar, legislar y regular. Pueden ofrecer subsidios para cambiar comportamientos. Pero, en última instancia, el mundo más igualitario y sostenible que intentamos lograr dependerá de cambios en el comportamiento, las elecciones y las decisiones adoptadas por todos los miembros de la sociedad, entre ellos las empresas y los inversores.
Iniciativa privada para alcanzar ODS
Según el Fondo Monetario Internacional, los activos en carteras de inversión globales superan los 65 billones de dólares. En contraste, las finanzas de muchos gobiernos se encuentran desbordadas como resultado de la pandemia de COVID-19 y la hiperinflación. Esto pone de manifiesto la relevancia de la inversión privada en la consecución de los ODS.
Un estudio realizado por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, una iniciativa por la sostenibilidad corporativa, en colaboración con la consultora Accenture, titulado «El Pacto Mundial de las Naciones Unidas-Accenture SDG Stocktake: A través de los ojos del sector Privado,» proporciona valiosas perspectivas sobre el rol de la iniciativa privada para alcanzar los ODS.
Este estudio reveló que entre 2015 y 2021, hubo un aumento significativo en la cantidad de veces que las empresas mencionaron los ODS en sus informes financieros, mostrando un creciente interés en estos objetivos. Sin embargo, después de 2021, esa atención disminuyó en un 30%, lo que sugiere una pérdida de interés.
Los esfuerzos corporativos no han disminuido: el 81% de los líderes empresariales cree que su empresa está haciendo lo suficiente para contribuir a los ODS. Pero si lo analizamos en términos más amplios, solo el 48% cree que el sector privado en su conjunto está haciendo lo suficiente.
Avanzar hacia el desarrollo sostenible
En este camino, muchos directores y gerentes corporativos han asimilado la creciente cantidad de pruebas que demuestran que las empresas con sólidos principios de responsabilidad social tienden a prosperar y sobrevivir por más tiempo. Comprenden que existe un futuro prometedor en la provisión de soluciones para resolver crisis energéticas y alimentarias.
Estos factores explican por qué más de 18 mil empresas de todo el mundo, de todos los tamaños, se han unido al Pacto Mundial de las Naciones Unidas para codificar su contribución a la consecución de los ODS.
Compromiso empresarial con los ODS
Uno de los pilares fundamentales de la iniciativa privada para alcanzar los ODS lo ha desempeñado el Pacto Mundial de las Naciones Unidas al alentar a las empresas a suscribir los Diez Principios, que abarcan áreas cruciales como los derechos humanos, las prácticas laborales, el respeto al medio ambiente y la lucha contra la corrupción.
No obstante, a pesar de estos compromisos y esfuerzos, el progreso hacia la consecución de los ODS se ha caracterizado por su lentitud y, en algunos casos, retrocesos. Es evidente que se requiere un impulso adicional, donde se haga un llamado urgente para que empresas de todo el mundo asuman medidas medibles, creíbles y ambiciosas con el objetivo de alcanzar metas específicas de los ODS.
