Benito, una jirafa de cuatro años, ha emprendido un viaje de 50 horas en busca de un nuevo hogar que no solo le ofrezca condiciones climáticas adecuadas, sino también la posibilidad de un entorno más acorde que garantice la protección y reproducción de su especie, de acuerdo con Eco Watch.
¿Qué impulsa a una jirafa a emprender un viaje en busca de un nuevo hogar? La historia de Benito plantea interrogantes sobre la responsabilidad ambiental, la posible influencia del cambio climático y el papel crucial de la movilización social en la protección de las especies en nuestro planeta.
¡Salvemos a Benito!
La travesía de Benito no ha sido sencilla. Benito originalmente provino de un zoológico en el clima mucho más templado de Sinaloa, México. Sin embargo, Benito no podía quedarse con las otras dos jirafas allí porque eran pareja, y los cuidadores del zoológico temían que el macho se volviera territorial y atacara al joven Benito.
Como resultado, Benito fue donado a Ciudad Juárez. Durante el verano allí, tenía poco sombreado en su recinto de media hectárea; las fotografías mostraban a Benito agachándose para caber bajo un pequeño dosel circular para resguardarse del sol. En invierno, a veces se formaba hielo en el estanque de su recinto. Además, la falta de árboles limitaba las opciones de alimento para él.
Ante las condiciones hostiles para la especie animal, grupos de activistas animales manifestaron sus preocupaciones impulsando una campaña en X, bajo el hashtag #SalvenABenito, que en poco tiempo se volvió viral exigiendo se trasladara al animal a un lugar más hospitalario.
«Hemos estado luchando durante un mes, un grupo de activistas por los derechos de los animales, exigiendo que sea trasladado a un santuario de animales, a un zoológico, a algún lugar donde existan instalaciones adecuadas y personal calificado para cuidar de este tipo de animal».
Ana Félix, activista por los derechos de los animales en Ciudad Juárez.
¿Benito se muda por cambio climático?
Los funcionarios del parque que albergaba a Benito han rechazado las críticas y señalaron haber trabajado para mejorar el complejo de Benito y afirman que su estancia ha sido importante para aumentar la popularidad del parque entre los visitantes, en su mayoría niños. El parque tuvo una jirafa durante 21 años llamada Modesto. Murió el año pasado y los activistas dicen que no quieren que su experiencia (estar solo y a veces atrapado en la nieve y el hielo) se repita para Benito.
Según The Associated Press, Muñoz reconoció que la vida de Modesto estaba lejos de ser la mejor: los niños que solían visitar a la jirafa le daban de comer papas fritas y bocadillos. Pero los funcionarios del parque señalaron que habían lanzado una campaña para enseñar a los niños a llevarle a Benito solo lechuga y zanahorias.
La consciencia sobre el clima extremo en invierno y verano que caracteriza a Ciudad Juárez, así como la movilización en redes, lograron finalmente trasladar a la jirafa Benito a un clima más óptimo.
Apostar por la conservación de especies es un acto de responsabilidad social
Benito ha sido trasladado hasta el parque Africam Safari en el estado central de Puebla, donde las bajas temperaturas son unos 20 grados más cálidos que en Ciudad Juárez. El contenedor especialmente diseñado para transportar a Benito tiene más de 5m de altura. A la jirafa se le permitió familiarizarse con él durante un fin de semana, según Frank Carlos Camacho, director del parque Africam Safari.
En un video actualizado a principios de esta semana, Camacho dijo: “Está listo para ser una jirafa. Se reproducirá pronto y contribuirá a la conservación de esta maravillosa especie». Aunque no se plantea que Benito se muda por cambio climático, entendido como el resultado de la actividad humana que afecta el clima global, existen muchas especies animales que se ven obligadas a migrar a causa de las condiciones climáticas extremas.
La migración forzada puede tener consecuencias significativas en la biodiversidad. Al desplazarse, las especies pueden entrar en contacto con otras, lo que podría resultar en competencia por recursos limitados y cambios en las dinámicas ecológicas.
Finalmente, la historia de Benito resalta la responsabilidad social de preservar la vida de las especies y velar por su bienestar en condiciones óptimas. El caso de Benito nos invita a reflexionar sobre nuestra conexión con la naturaleza y la importancia de adoptar prácticas responsables que promuevan el equilibrio entre los seres humanos y el reino animal.
