El empresario Elon Musk lanzó una demanda contra OpenAI y a su director ejecutivo Sam Altam, ¿el motivo? Les acusa de abandonar su propósito original de aplicar la IA a favor de la humanidad al asociarse con Microsoft.
Altman y el cofundador Greg Brockman originalmente se acercaron a Musk para crear una empresa de código abierto sin fines de lucro; no obstante, OpenAI, establecida en 2015, parece haberse centrado más en los beneficios económicos.
Relatando cómo fue la fundación de OpenAI, Musk expresó que los tres hombres habían acordado trabajar en Inteligencia Artificial General (AGI), con ella, las máquinas podrían realizar las tareas de un humano, pero de una manera que beneficiaría a la humanidad.
Musk pone el dedo en el renglón: debe estar la IA a favor de la humanidad
El dueño de Tesla ha buscado un fallo judicial que obligue a OpenAI a poner su tecnología a disposición del público, con la finalidad de evitar que la startup utilice sus activos, incluido GPT-4, para las ganancias financieras de Microsoft o de cualquier individuo. Dicha demanda afectará no sólo a OpenAI, sino también a Microsoft.
Así mismo, Musk espera una sentencia que establezca que GPT-4 y una tecnología nueva y más avanzada llamada Q* sean consideradas como AGI, de esta manera estarían fuera de la licencia de Microsoft.
Expertos en el ámbito legal comentan que las acusaciones de incumplimiento de contrato lanzadas por Musk, basadas en su mayoría en un correo electrónico entre el mismo Musk y Altman, podrían no prosperar en los tribunales.
Aunque los contratos pueden llevarse a cabo a través de un intercambio de correos electrónicos, la demanda cita un correo que parece una propuesta y una «discusión unilateral», de acuerdo con lo comentado por Brian Quinn, profesor de derecho en la Facultad de Derecho del Boston College.
Desde que Musk renunció a la junta directiva de OpenAI en 2018, ha solicitado en varias ocasiones una regulación sobre la IA. De acuerdo con el empresario, «La IA es más peligrosa que, por ejemplo, un mal diseño de un avión o un mal mantenimiento de la producción o una mala fabricación de un automóvil, en el sentido de que tiene el potencial –por pequeña que sea la probabilidad, pero no es trivial– de destruir la civilización».
La alianza de OpenAI con Microsoft: historia de una batalla campal
La alianza entre ambas empresas está bajo escrutinio antimonopolio en Estados Unidos y Gran Bretaña, luego de la batalla campal que se llevó a cabo el año pasado en la sala de juntas de OpenAI, la cual terminó en el repentino despido de Sam Altman como CEO.
Posteriormente Sam Altman regresó a su cargo original y Microsoft obtuvo un puesto en la junta como un miembro sin derecho a voto en asuntos de liderazgo; no obstante, puede asistir a las reuniones y obtener información confidencial.
Brad Smith, presidente de Microsoft, ha declarado que la asociación con OpenAI «ha fomentado la innovación y la competencia en el ámbito de la IA», de igual manera, expresó que su nuevo estatus de observador en el consejo de administración es lo único que ha cambiado en ambas empresas.
El “ChatGPT” de Elon Musk
El empresario, en su afán de construir una alternativa a ChatGPT, ha creado xAI. La startup se encuentra conformada por ingenieros contratados de algunas de las principales empresas tecnológicas de Estados Unidos, como Google y Microsoft. El objetivo de xAI es ambicioso, ya que de acuerdo con Musk, buscará “comprender la verdadera naturaleza del universo”.
Entre las ambiciones del magnate destaca la creación de un proyecto conocido como TruthGPT, el cual cubrirá los supuestos sesgos de libertad de expresión y seguridad que giran alrededor de ChatGPT.
¿Acto de responsabilidad social fidedigno u otro intento fallido?
Cabe destacar que si bien las acciones del magnate demuestran a simple vista una intención de responsabilidad social a nivel global; cabe destacar que no es la primera ocasión en que busca por medio de la adquisición de tecnología o plataformas tal objetivo.
Esto sucedió anteriormente en 2022 cuando Musk adquirió Twitter y afirmó: “no es para ganar más dinero, sino para ayudar a la humanidad; sin embargo, hasta el momento no ha habido un cambio significativo y positivo desde la plataforma (hoy y conocida como X) a nivel global que pueda sustentarse como un beneficio.
No obstante, Musk también ha realizado donaciones a la caridad, en el mismo año, hizo un aporte de US $5.700 millones de acciones de Tesla, lo que demuestra un compromiso con los sectores vulnerables.
¿Podría ser esta demanda el inicio fidedigno de una acción responsable que cambie el destino de la IA?
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