En México, los ejemplos de mansplaining son tan comunes que 6 de cada 10 mujeres trabajadoras han sido víctimas de esta práctica en al menos una ocasión en su vida laboral. Además, este fenómeno, que puede pasar desapercibido tanto para quienes lo ejercen como para sus víctimas, tiene consecuencias profundas.
Por ello es esencial explorar cómo el mansplaining impacta la carrera profesional de las mujeres y cómo las organizaciones pueden trabajar para prevenir y combatir esta forma de discriminación de género.
¿Qué es el mansplaining?
El término «mansplaining» combina las palabras «hombre» y «explicar» en inglés, y se define como el acto de explicar algo a alguien de una manera que sugiere que la otra persona es estúpida. Esta práctica se presenta en situaciones donde los hombres dan explicaciones técnicas o sobre campos de conocimiento en los que históricamente se ha relegado a las mujeres, asumiendo de manera injustificada que ellas no tienen conocimiento sobre el tema.
Aunque en el español de España se han propuesto alternativas como «machoexplicación» o «condescendencia machista», el término original en inglés ha prevalecido debido al prestigio cultural y lingüístico del inglés, así como a su mayor alcance y difusión. Sin embargo, su adopción no ha estado exenta de controversia y críticas, ya que algunos consideran que puede llevar a la generalización y «estigmatización» de todos los hombres.
A pesar de las controversias, el término ha sido liberador para muchas mujeres al proporcionar un nombre para una realidad que han experimentado, permitiendo comprender que la culpa no es individual. Puesto que ofrece una herramienta para reconocer y cuestionar todos los ejemplos de mansplaining y contribuye a la lucha contra el statu quo al nombrar y describir una práctica que había sido aceptada con normalidad.
Ejemplos de mansplaining en la vida diaria
1. Interrumpir
Uno de los ejemplos más comunes de mansplaining es la interrupción, que se da cuando un hombre corta constantemente a una mujer durante una conversación para imponer sus propias ideas o perspectivas.
Esto puede ocurrir durante una reunión de equipo, cuando una mujer está discutiendo una estrategia de marketing, pero un colega masculino la interrumpe repetidamente para ofrecer sus propias sugerencias sin dejarla terminar de exponer sus ideas.
2. Hablar de manera condescendiente
Otra forma común de mansplaining es cuando un hombre habla condescendientemente hacia una mujer, asumiendo que ella no puede entender conceptos complejos por sí misma. Pasa, por ejemplo, en una conferencia sobre inteligencia artificial, cuando un hombre explica de manera simplista un algoritmo a una mujer con un tono de voz arrogante y desdeñoso, sin considerar su nivel de conocimiento en el tema.
3. Desestimar las opiniones
De manera similar a los otros ejemplos de mansplaining el hecho de desestimar las opiniones de una mujer implica que no se les considera válidas o importantes. Lo cual se puede dar durante una discusión política en una cena, cuando una mujer expresa su punto de vista sobre un tema sin siquiera considerar sus argumentos, porque «su opinión no cuenta».
4. Explicar asumiendo que la mujer no puede entender
Esto ocurre cuando un hombre explica algo a una mujer asumiendo que ella no puede comprender el tema por sí misma, subestimando su inteligencia y experiencia. Por ejemplo, en un taller de mecánica, pasa cuando un hombre se dirige a una mujer que está revisando su automóvil y comienza a explicarle cómo funciona el motor de manera simplista, sin preguntar primero si tiene conocimientos previos en el tema.
5. Monopolizar una conversación
Entre los ejemplos de mansplaining también está monopolizar una conversación por parte de un hombre, sin dejar espacio para que las mujeres participen o expresen sus opiniones. Puede ocurrir durante una reunión social, cuando un hombre continúa hablando y explicando un tema extensamente, sin permitir que las mujeres presentes contribuyan con sus puntos de vista o experiencias.
6. Dar instrucciones de comportamiento
Otra forma de mansplaining es cuando un hombre da instrucciones a una mujer sobre cómo debe comportarse en ciertas situaciones, basándose en supuestos estereotipos de género. Por ejemplo, en un evento social, pasa cuando un hombre le dice a una mujer cómo debería sonreír más o hablar menos, asumiendo que ella no sabe cómo comportarse adecuadamente.
7. Ignorar las contribuciones
Así como en otros ejemplos de mansplaining, este fenómeno también se manifiesta al ignorar las contribuciones o logros de una mujer, minimizando su importancia o atribuyéndolos erróneamente a otros. Lo cual es común en reuniones de trabajo, cuando una mujer presenta una idea innovadora, pero un hombre toma el crédito por la idea y la presenta como propia, ignorando por completo la contribución de la mujer.
8. Rechazar las sugerencias
Hay mansplaining cada vez que un hombre rechaza las sugerencias o ideas de una mujer sin considerarlas seriamente, asumiendo que sus propias ideas son superiores. Por ejemplo, en un equipo de proyecto, si una mujer propone una estrategia para mejorar la eficiencia, un hombre puede descartarla de inmediato sin analizarla adecuadamente, creyendo que su enfoque es más acertado.
9. Hablar sobre experiencias ajenas
Uno de los peores ejemplos de mansplaining puede ocurrir cuando un hombre habla sobre las experiencias de una mujer como si las entendiera mejor que ella misma, invalidando su perspectiva y su conocimiento personal. Así, durante una conversación sobre maternidad, un hombre podría intervenir para explicar cómo debería sentirse una mujer durante el embarazo, basándose en lo que ha escuchado de otras personas, ignorando por completo la experiencia real de la mujer.
10. Menospreciar los logros
Este fenómeno también se da al menospreciar los logros de una mujer, minimizando su importancia o atribuyéndolos a factores externos en lugar de reconocer su mérito propio. Por ejemplo, es común que en los lugares de trabajo, cuando una mujer recibe elogios por un proyecto exitoso, los hombres comenten que tuvo suerte o que recibió ayuda extra, ignorando el arduo trabajo y la habilidad de la mujer para lograrlo.
El mansplaining en centros de trabajo
Los diferentes ejemplos de mansplaining tienen un impacto considerable en el ámbito profesional y corporativo. En primer lugar, afecta la autoconfianza y la autoestima de las mujeres, ya que constantemente se les hace sentir que sus opiniones y conocimientos no son valorados ni tomados en serio.
Esto puede llevar a la duda sobre sus propias capacidades y a la pérdida de motivación para participar activamente en el trabajo y buscar oportunidades de liderazgo. Asimismo, el mansplaining contribuye a la exclusión de las mujeres en el proceso de toma de decisiones y en la formulación de estrategias, lo que limita su influencia y contribución al éxito de la organización.
Además, la persistencia del mansplaining perpetúa la idea de que el liderazgo es un espacio naturalmente dominado por los hombres, lo que puede generar resistencia y desconfianza hacia las mujeres en puestos de liderazgo. Esto crea barreras adicionales para las mujeres que buscan avanzar en sus carreras y contribuir de manera significativa a sus organizaciones.
Por ello, en la sociedad en general, es importante promover la inclusión y la diversidad en todos los aspectos de la vida cotidiana, desde los medios de comunicación hasta las interacciones sociales. Para así ampliar la representación de mujeres en puestos de liderazgo y en roles de autoridad, así como desafiar activamente los comportamientos y actitudes sexistas cuando surjan.