‘No dejar a nadie atrás’ constituye la premisa central de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para reducir desigualdades en numerosos ámbitos, entre ellos, el energético. Un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) en especial relevante para Sempra Infraestructura es el ODS 7, el cual se enfoca en garantizar el acceso a energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.
En este contexto, una labor clave para pavimentar un futuro energético más próspero y justo recae en el quehacer de las fundaciones corporativas, es decir, aquellas establecidas por empresas para dirigir estratégicamente sus actividades solidarias y filantrópicas.
¿Cuál es su importancia? Las fundaciones pueden contribuir a que, en el camino hacia la descarbonización y transición energética de México, se eviten los rezagos de ciertos sectores de la sociedad. A manera de contexto, según la división de estadística de las Naciones Unidas, alrededor de 675 millones de personas en el mundo aún carecen de acceso a la electricidad y 2,300 millones aún usan combustibles nocivos para cocinar.
Ante este escenario, resulta crucial que las fundaciones contribuyan con una electrificación sustentable e incluyente. Además de impulsar, por ejemplo, la instalación de paneles o calentadores solares en hogares de escasos recursos, quiero resaltar el ‘efecto dominó’ que resulta de realizar estas labores en centros de atención a grupos vulnerables como casas de reposo, casas hogar, ONGs, centros educativos, hospitales comunitarios, entre otros.
Al beneficiarse con esta infraestructura, estos centros reducen su huella de carbono, contribuyendo a los objetivos ambientales, pero también logran ahorros a largo plazo. Al reducir su gasto de electricidad tradicional, operan de manera más eficiente. Los recursos liberados pueden destinarse a la misión central de la organización que, sea cual sea, busca mejorar la calidad de vida de la comunidad. Una fórmula altamente efectiva para generar una prosperidad compartida.
Les comparto ejemplos concretos donde este ‘efecto dominó’ se materializa. Con los ahorros logrados en la escuela A Favor del Niño en la Ciudad de México tras instalar paneles solares, se mejoró notablemente la gestión de su comedor. Así, niñas y niños pueden tener un aprovechamiento óptimo de sus estudios gracias a una mejor nutrición. Además, varios hospitales de la Cruz Roja Mexicana, entre ellos el Hospital Central de Polanco, han logrado una operación más sólida, gracias a menores costos fijos por electricidad, con lo que se beneficia la atención a los usuarios.
El éxito de estos proyectos no solo se mide en megawatts instalados; un tema muy relevante es aportar conocimiento. Aquí radica la relevancia de las fundaciones impulsadas por empresas del sector energético que además de los recursos, puedan aportar experiencia, conocimiento y la capacidad de medir y dar seguimiento a resultados. En estos proyectos hay elementos de concientización y formación, por ejemplo, las personas beneficiadas por las instituciones ven, viven y se interesan en temas como la generación renovable y la descarbonización al ser testigos de sus beneficios. En una frase, estos proyectos tienen un poder transformador.
Recordemos que, en última instancia, el éxito de la transición energética de México y la descarbonización también depende de nuestra capacidad para involucrar a todos los sectores de la sociedad, sin dejar a nadie atrás. Ante ello, las fundaciones corporativas se convierten en un brazo estratégico para materializar el ideal de un desarrollo y crecimiento justo y equitativo para todas y todos.
Cristina Kessel, Directora de Sustentabilidad y Fundación Sempra Infraestructura.