La falta de energía eléctrica en lugares remotos ha sido uno de los principales frenos para la extensión de las telecomunicaciones.
En mitad de ninguna parte se puede hablar por teléfono y navegar por la web sin necesidad de satélite. La falta de energía eléctrica en lugares remotos ha sido uno de los principales frenos para la extensión de las telecomunicaciones en muchas zonas del planeta. Las energías alternativas vienen a facilitar el acceso a estos servicios a precios razonables, que a menudo llevan consigo nuevas oportunidades de desarrollo.
La compañía francesa Alcatel-Lucent ha mostrado una de sus primeras estaciones de telefonía ‘híbridas’, que cuenta con paneles solares, un molino de viento, baterías para acumular la energía eléctrica y un generador diésel de emergencia, situado al sur de Qatar, en una aldea llamada Karam. Muy próxima a un pequeño oasis y a una granja de camellos, esta antena (que da servicio exclusivamente a Vodafone) lleva un año funcionando y proporcionando valiosos datos a la compañía, que busca utilizar este sistema para proporcionar cobertura 2G y 3G en lugares de difícil acceso.
Frédéric Wauquiez, director de marketing de Alcatel-Lucent especializado en energías alternativas, explicó al pie de la estación que se trata de probar formas de reducir los costes de estas estaciones que se encuentran en zonas en donde la red eléctrica sencillamente no llega.
«Unos 1.000 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a las redes de comunicaciones sólo porque viven en sitos sin electricidad», apunta. «El remedio hasta ahora era instalar las antenas con generadores, pero llevar el combustible suele resultar muy caro».
Del consumo total de esta estación en concreto, que de momento proporciona servicio de telefonía GSM pero que podría adaptarse fácilmente para servicios 3G, el 45% proviene de la energía eólica y otro tanto de la solar, mientras que sólo un 10% se extrae del generador, por lo que el depósito de combustible -con capacidad para 1.000 litros de fuel- hay que rellenarlo menos a menudo, una vez cada dos semanas. «Aunque la estación ‘híbrida’ es más cara que una tradicional, debido a que algunos componentes, como las placas solares, son demasiado costosos, calculamos que la inversión se amortiza en unos tres años», afirma Olav Heinkel, jefe de desarrollo de redes de Vodafone Qatar.
Alcatel-Lucent ha plantado más de 400 estaciones ‘híbridas’ -energías renovables combinadas con generadores diésel- en todo el mundo, la mayor parte de ellas sólo con placas solares. Están repartidas sobre todo por la India, China y varios países africanos. «El sol es más predecible, pero el viento es más eficiente», señala Heinkel, quien afirma que antenas como la de Karam (una combinación de energía solar y eólica) son escasas aún y existen desde hace apenas un año.
Estas estaciones están pensadas para zonas en desarrollo que no cuentan con un acceso a la red eléctrica, aunque existen algunas estaciones en pruebas -con carácter casi marginal- en España e Italia. Y dado que dependen de la meteorología, cada zona requiere de un estudio detallado de las condiciones climáticas, a fin de determinar qué sistema es el más adecuado (solar, eólico, ambos combinados). Tampoco consumirán la misma cantidad de energía una antena situada en una zona rural pero muy poblada en La India que en algunas zonas desérticas de África o de Oriente Medio.
«Estamos aprendiendo mucho, llevamos tiempo monitorizando a distancia el consumo de antenas como ésta para mejorar su eficiencia», dice Heinkel, quien recuerda que aún es una tecnología relativamente cara. «Esto no es rentable en países con un buen acceso a la red eléctrica. No obstante, cuando se abarate la tecnología solar, podría ser una buena alternativa en general para todos, ya que ayudaría a reducir la huella ecológica de las telecomunicaciones», apunta.
Mezquitas que dan cobertura
Por otro lado, y ya por razones puramente estéticas, en Qatar se está desarrollando una curiosa manera de ‘esconderlas’: empotrándolas en los minaretes de las mezquitas. La iniciativa parte de la premisa de que las estaciones y antenas de telefonía móvil no tienen por qué estar colgando de feas estructuras metálicas rojas y blancas.
La idea de camuflar los repetidores no es nueva ni mucho menos. En varios países del mundo, incluido España, existen árboles falsos que esconden antenas de telefonía, como palmeras o pinos, cuyas formas están más o menos logradas. También algunas iglesias -en Francia, Alemania y España, entre otros países- alojan o han alojado antenas, en algunos casos con cierta polémica.
En Qatar, Vodafone ha puesto en marcha junto con Alcatel-Lucent un programa para instalar antenas y repetidores de microondas en los minaretes, de forma que pasen completamente desapercibidas en zonas urbanas y se reduzca el impacto visual de esta infraestructura.
Ahmed Hussanein, uno de los responsables técnicos de Alcatel-Lucent en el país, explica que de momento existen cuatro mezquitas cuyos minaretes actúan de camuflaje para las antenas de telefonía, tanto de 2G como de 3G y hasta 4G.
«Las torres tienen que ser suficientemente altas, al menos de entre 22 y 25 metros de altura, para que merezca la pena», comenta, y añade: «El material del que están hechos casi todos los minaretes es perfecto, es un tipo de escayola resistente que permite el paso de las ondas sin problemas y sin tener que modificar nada». En muchos casos, al situarse detrás de celosías con arabescos, la emisión no encuentra ni siquiera dicho obstáculo.
De momento, cuatro mezquitas han prestado sus minaretes para convertirse en discretas antenas móviles, y otras dos lo harán próximamente. La finalidad de este camuflaje es intentar reducir el impacto visual de las antenas. Para ello, el operador ha contado con el visto bueno del Awqaf, o Ministerio de Asuntos Islámicos de Qatar.
Fuente: El Mundo.es
Publicada: 13 de Diciembre 2010
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