Recientemente se publicó un estudio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences sobre los efectos del lenguaje patriótico en torno al cambio climático. Los resultados arrojaron que los estadounidenses declararon que ser proambiental ayudaría a “mantener a Estados Unidos como debería ser”, argumentando que es “patriótico conservar los recursos naturales del país”.
Desde su destape la candidata del partido demócrata Kamala Harris ha presentado en varias ocasiones sus estrategias para enfrentar el tema de las emisiones contaminantes, como parte de la continuidad de la gestión anterior; de la que ella también fue parte, pero también como un método para generar simpatía entre los votantes.
Según el artículo de Forbes en el sondeo divulgado por Climate Power En Acción, el 57% de los potenciales votantes confía más en Harris que en Donald Trump porque públicamente se ha pronunciado en favor de la energía limpia y además tiene un largo historial profesional que se alinea con la reducción de la contaminación.
Por ello se dice que su estrategia para ganar la presidencia se basará mayoritariamente en apelar al sentido nacionalista de los estadounidenses convirtiendo la acción climática en símbolo de patriotismo. ¡Entérate cómo!
Cambio climático: un problema nacional
Hace poco más de un año en el estado de Montana se llevó a cabo una sentencia histórica a favor de activistas con demandas sobre los efectos del cambio climático y el derecho a un medio ambiente limpio y saludable. El sonado caso demostró que la agenda política de los votantes estadounidenses está íntimamente ligada a acciones a favor de la reducción de la contaminación en el 2do país con más emisiones al año. Pero… ¿cuánto pesa el cambio climático en la decisión electoral de los ciudadanos?
- La encuesta sobre el clima del Programa de Comunicación del Cambio Climático de Yale muestra que el 72% de personas en EE.UU. están convencidas de que el calentamiento global está ocurriendo.
- La encuesta del Pew Research Center reveló que el 37% dice que abordar el cambio climático debería ser una prioridad máxima para el Gobierno y el Congreso. Colocando al cambio climático en el puesto 17 de 21 problemas nacionales a resolver de forma prioritaria.
- Según una encuesta de CBS News realizada a principios del 2024, aproximadamente el 70% de los estadounidenses ya apoyan que el gobierno tome medidas para abordar el cambio climático.
Parece ser que el tema del cambio climático ha ido tomando importancia en la ciudadanía y en consecuencia en las acciones políticas del partido demócrata, aún más en tiempos de elecciones.
La estrategia de Kamala Harris
De acuerdo con el portal Fast Company, investigadores de la Universidad de Nueva York descubrieron que presentar la acción climática como algo patriótico y necesario para preservar el “estilo de vida” estadounidense puede aumentar el apoyo a la acción climática entre personas de todo el espectro político de los Estados Unidos. Lo que significa que si Kamala sigue tomando como eje principal este tema tiene mayores probabilidades de simpatizar con el electorado.
Kamala ya tiene un largo recorrido en temas ambientales. En 2005 mientras era fiscal de San Francisco, contribuyó a la creación de la primera Unidad de Justicia Ambiental de los Estados Unidos, La Unidad tenía por objetivo hacer frente a los delitos ambientales de las empresas contaminantes. Ya en ese entonces declaraba que
“Los delitos contra el medio ambiente son delitos contra las comunidades, contra personas a menudo de bajos recursos y privadas de derechos”.
Kamala Harris, vicepresidenta de los EE.UU.
Mientras fue fiscal Harris demandó a varias compañías de combustibles fósiles por violaciones ambientales, incluyendo derrames de petróleo y fugas de metano. Tuvo el voto decisivo en la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) para dar incentivos fiscales a empresas y ciudadanos con el objetivo de promover la energía limpia y reducir las emisiones de gases un 40% para el año 2030.
Bajo la administración del presidente Joe Biden, impulsó políticas para fabricar vehículos eléctricos y en la carta donde anunció su retirada, Biden subrayó que bajo su mandato y con el acompañamiento de Harris, EE.UU. “aprobó la legislación climática más importante de la historia del mundo”.
Según artículos del portal Cenital, Harris ha subrayado su postura sobre el clima y la energía en los debates presidenciales con Trump, haciendo hincapié en los esfuerzos para fabricar vehículos eléctricos “hechos en Estados Unidos” y convirtiendo una pregunta sobre el fracking en un llamado a una menor dependencia del “petróleo extranjero”.
¿Patriotismo liberal?
Kamala ha dicho muchas veces en sus discursos que ser estadounidense es “el mayor privilegio de la Tierra” porque “en este país, todo es posible, nada está fuera de alcance”.
Según los expertos, enfatizar el amor a la patria es táctica inteligente, porque Harris no será presidenta de Estados Unidos si no logra cautivar a las decenas de miles de hombres blancos de clase obrera que hace cuatro años votaron por Joe Biden, pero que anteriormente habían votado por los republicanos y que este año podrían sentir la tentación de apoyar a Trump.
A esos votantes el pacifismo o los desayunos de avena orgánica no los convocan, pero sí los globos tricolores y las águilas doradas.
En contraposición Emma Frances Bloomfield, profesora de comunicación de la Universidad de Nevada, Las Vegas, quien ha estudiado cómo encontrar puntos en común con los conservadores sobre el cambio climático, no se sorprendió de que el estudio descubriera que apelar al patriotismo funcionaba en Estados Unidos pero advirtió:
“El patriotismo o cualquier tipo de mensaje que se plantee, creo, puede resultar contraproducente si no se lo considera una conexión auténtica con los valores”
Instó a tener cuidado al implementar esta estrategia en el mundo real, ya que podría parecer un intento de manipular a los conservadores haciéndoles caso omiso. De acuerdo con el portal Project Syndicate novedoso o no, el patriotismo de Kamala Harris es lo correcto en el momento correcto. Más allá del exceso de dorado y la retórica exagerada, para ganar una elección se requiere una dosis saludable patriotismo, en Estados Unidos o donde sea. El patriotismo es –y debe ser– un componente esencial de la política liberal y progresista.
