Dentro de los desafíos que enfrentan las megaciudades, como la nuestra, se encuentra la infraestructura urbana y dentro de ella un papel muy importante lo representa el manejo de los residuos sólidos, es decir el tratamiento y disposición final de los desechos.
En el caso de la Ciudad de México la generación de basura que se produce diariamente como promedio por habitante es de 1.55 kilogramos, haciendo un total de 12,000 toneladas, que los expertos siempre ilustran con el equivalente a llenar en un día tres veces el Estadio Azteca, con el fin de llamar la atención sobre la gran cantidad de basura que diariamente producimos.
De dicha cantidad, más de 7,000 toneladas se reciclan en las plantas del Bordo Poniente y San Juan de Aragón, para el ciudadano común la preocupación por la basura termina cuando en una bolsita concentra todos los desechos generados sin separar, y ya sea que lo entrega al camión recolector o simplemente la deja en los 20,000 basureros a cielo abierto que existen en la vía pública.
Casi nadie repara un momento en pensar que está tirando dinero y que otras personas con más atención y necesidades se encargarán de pepenar los materiales que representan dinero.
Según datos del Instituto Nacional de Recicladores, la composición de la basura está integrada por 50% de materia orgánica, 35% de residuos del sector de la construcción, 8 % de residuos industriales y peligrosos, y un 7% de basura reciclable.
Reforma, “Opinión”, Ciudad, p. 2, 23 de noviembre de 2008