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¿Cómo romper los mitos sobre el reciclaje desde la RSE?

Actualmente existen muchos mitos sobre el reciclaje, pero aunque parezca increíble, desde el inicio de la civilización las sociedades se han caracterizado por reutilizar y reciclar sus desechos. El reciclaje, tal cual lo pensamos actualmente, ha ido evolucionando a través de una serie de practicas que han modificado y convertido en procesos cada vez más complejos.

Si bien en las primeras etapas de esta práctica se concebía como una forma más de reutilización de materiales, a partir del siglo XX adquirió un sentido de urgencia debido a la creciente crisis climática. La situación de crisis ha movilizado tanto a la industria como a la sociedad en general a convertir el reciclaje en un acto casi de supervivencia.

Constantemente se habla de cómo fomentar el reciclaje en las grandes industrias y la transición hacia las cero emisiones. Con la firma global de los ODS, las empresas adquirieron un papel fundamental en este proceso, por ello al apegarse a los lineamientos de RSE pueden contribuir a optimizar sus procesos y de paso desmitificar muchas de las creencias al rededor del reciclaje. ¡Te contamos!

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y medio ambiental de las empresas. Por lo tanto, la RSE tiene el objetivo de mejorar su situación financiera en equilibrio con la sociedad y medio ambiente. A continuación te presentamos 4 mitos más comunes sobre el reciclaje y cómo con la RSE se les hace frente.

1.- El reciclaje no supone una diferencia para el medio ambiente

El reciclaje ha sido parte de la cultura desde hace más tiempo del que pensamos, incluso durante muchos siglos fue la norma reutilizar y optimizar el mayor tiempo los materiales que se usaban. Sin embargo, durante el siglo XX y lo que va del XXI, las grandes industrias se han encargado de sobreproducir, debido a esto, las personas en general no se ven en la necesidad de optimizar ningún producto o desecho.

Uno de los grandes mitos es ese, que el reciclaje no supone ningún cambio en el medio ambiente debido a que se siguen produciendo grandes cantidades de productos todos los días. Además de que los resultados no son inmediatamente evidentes. Por ello, muchas personas no se sienten incentivadas a adoptar prácticas de reciclaje.

Sin embargo, los programas de reciclaje se han vuelto más accesibles y necesarios que nunca. Las empresas con RSE tienen la obligación de mostrar los efectos de sus acciones de reciclaje. Eso implica mostrar los datos, proporcionar instrucciones y dar orientación, con anticipación y con frecuencia.

Es más probable que las personas participen en procesos de reciclaje cuando ésta es sencilla y accesible. Por lo tanto, convencer a la gente de reciclar es en gran medida una cuestión de educación y concienciación.

2.- El reciclaje consume más energía de la que ahorra

Se cree que para llevar a cabo procesos de reciclaje a nivel industrial se necesita una infraestructura cara y además igual de contaminante. La realidad es que sí, el reciclaje requiere energía, pero no más de la necesaria para producir productos a partir de materiales nuevos.

De hecho, el reciclaje conserva la energía y los recursos naturales. El uso de materiales reciclados significa reducir la energía y los combustibles fósiles necesarios para extraer y procesar los materiales vírgenes en primer lugar.

De acuerdo con el portal Sustainable Brands existen datos concretos entregados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA)  que demuestran que reciclar solo una tonelada de papel de oficina puede ahorrar la energía equivalente a consumir 322 galones de gasolina.

En este sentido, las empresas pueden utilizar una herramienta sencilla que tiene la EPA para calcular los resultados de sus acciones en temas de reciclaje. La calculadora del Modelo de Reducción de Residuos Individuales (IWARM) le permite ver cuánta energía ahorra al reciclar productos, incluidas las latas de aluminio o los envases de papel.

3.- Aún con los esfuerzos para reciclar materiales éstos terminan en la basura

Según este mito, los camiones y las plantas de reciclaje son una especie de coctelera en la que todo acaba en el mismo saco, lo que convierte la actividad recicladora en doblemente compleja y costosa.

Si bien es cierto que la clasificación inadecuada pueden hacer que los materiales terminen en el lugar equivocado, la mayoría de los materiales reciclables se reciclan si se lleva a cabo una separación correcta. Además de tomar en cuenta que las plantas recicladoras cuentan con operaciones especiales de separación para evitar que los residuos se mezclen.

Por ello, las empresas tienen el deber de informar correctamente cómo son sus procesos de separación de desechos y en la medida de lo posible, involucrar a sus colaboradores en el proceso. Además de informar a sus consumidores sobre los materiales que usan y cómo se incorporan en el proceso de reciclaje.

4.- Utilizar materia prima reciclada compromete la calidad del producto

A menudo aquellas personas que se resisten a consumir productor orgánicos o con sellos de haber pasado por un proceso de adecuación de materiales reciclados creen que esto abarata y disminuye la calidad del producto. Es una creencia fuera de la realidad, ya que existen procesos en donde la materia prima no pierde ninguna de sus propiedades.

De acuerdo con el portal The Circular campus, de un rollo de papel de aluminio reciclado adecuadamente se puede obtener otro rollo exactamente igual y además es una operación que se puede repetir indefinidamente.

Este caso es un claro ejemplo de cómo las empresas e industrias pueden hacer una evaluación sobre los materiales residuales que pueden llegar a tener vida infinita. Apegándose con ello al modelo de economía circular, disminuyendo costos y contribuyendo a generar consciencia ambiental.

El objetivo principal de la Responsabilidad Social Empresarial es que el impacto positivo que causan estas prácticas en la sociedad se traduzca en una mayor competitividad y sostenibilidad para las empresas. Así, ser responsable socialmente generará automáticamente más productividad, puesto que una mejora en las condiciones para los trabajadores optimizará también su eficacia.

Para hacerle frente a los grandes mitos sobre el reciclaje es necesario generar nuevas estrategias de producción y mercado. Las empresas socialmente responsables tienen el deber de brindar información clara y concisa respecto a la implementación de éstas estrategias. Con ello no sólo mejoraran su reputación, también estarán a la vanguardia apegándose a los tratados internacionales y con ello aseguran su permanencia y sostenibilidad.

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