El cambio climático ya no es un desafío lejano. Sus efectos son visibles en todas partes, y las ciudades, que concentran gran parte de la población mundial, están al frente de esta crisis. Según el informe Resilience from the ground up, desarrollado por Economist Impact con el apoyo de Zurich Insurance Group, la mayoría de los habitantes urbanos considera que sus ciudades no están adecuadamente preparadas para enfrentar los riesgos climáticos.
Este estudio, basado en encuestas a 5,000 personas de diez ciudades globales, muestra que fenómenos como las olas de calor, la escasez de agua y la mala calidad del aire son preocupaciones cada vez más apremiantes. En el marco del Día Internacional Contra el Cambio Climático, que se conmemora el 24 de octubre, te invitamos a descubrir lo que la gente que participó en este estudio consideró como las principales preocupaciones sobre el cambio climático y cómo las ciudades pueden prepararse para mitigar sus efectos. ¡Sigue leyendo para enterarte!
Ciudades insuficientemente preparadas
De acuerdo con el informe, el 80% de los encuestados cree que sus ciudades están mal preparadas para gestionar los riesgos climáticos. Esta percepción es más evidente en ciudades como São Paulo, Tokio y Nueva York, donde solo un pequeño porcentaje de los ciudadanos las considera “muy preparadas”. Entre las principales preocupaciones sobre el cambio climático que afectan a las ciudades, los encuestados destacan las olas de calor, la mala calidad del aire y la infraestructura deficiente como amenazas críticas.
Asimismo, los participantes señalan que los gobiernos locales y nacionales deben tomar un rol más activo en la planificación y adaptación climática, mientras que el sector privado aún tiene mucho por hacer para apoyar estos esfuerzos.
Las 7 mayores preocupaciones sobre el cambio climático entre los citadinos
El informe revela siete preocupaciones sobre el cambio climático que afectan a las ciudades y sus habitantes de manera significativa:
- Olas de calor: Las olas de calor son señaladas como el riesgo climático más apremiante, con el 54% de los encuestados preocupados por su impacto. Estos eventos extremos no solo son cada vez más frecuentes, sino también más intensos, afectando gravemente la salud pública y la infraestructura urbana.
En ciudades como Londres, las temperaturas han alcanzado niveles históricos, causando interrupciones en el transporte, aumentos en las tarifas eléctricas y mayor incidencia de enfermedades relacionadas con el calor. Las olas de calor también agravan la mortalidad en poblaciones vulnerables, como los ancianos y personas con condiciones médicas preexistentes, lo que convierte este fenómeno en una de las principales preocupaciones sobre el cambio climático.
- Escasez de agua y sequías: La disponibilidad de agua es otra preocupación crítica, con el 38% de los encuestados señalando la escasez de agua y las sequías como un gran riesgo. En ciudades como Ciudad del Cabo y Yakarta, las crisis hídricas han puesto de manifiesto la fragilidad de los sistemas de gestión del agua, que no están preparados para manejar una demanda creciente en un contexto de suministros cada vez más limitados.
Estas ciudades enfrentan el desafío de encontrar soluciones sostenibles para evitar un «Día Cero» en el que el agua se vuelva inaccesible para la mayoría de la población. Además, las sequías no solo afectan el acceso al agua potable, sino que también tienen repercusiones en la agricultura, la industria y la generación de energía.
- Inundaciones: El 37% de los encuestados expresa preocupación por las inundaciones, un problema que afecta de manera particular a las ciudades costeras y a las zonas urbanas mal preparadas para manejar lluvias intensas o el aumento del nivel del mar. Las inundaciones no solo dañan propiedades e infraestructuras, sino que también pueden causar desplazamientos masivos de personas y afectaciones en la salud pública, como brotes de enfermedades transmitidas por el agua.
Las ciudades deben invertir en infraestructura de drenaje adecuada y sistemas de alerta temprana para mitigar los impactos de este fenómeno, que sigue siendo una de las principales preocupaciones sobre el cambio climático.
- Calidad del aire: Un 43% de los encuestados está preocupado por la creciente degradación de la calidad del aire, un problema que afecta particularmente a las áreas urbanas densamente pobladas. Las emisiones de vehículos, fábricas y centrales eléctricas, junto con las partículas finas liberadas por incendios forestales, han aumentado los niveles de contaminación, lo que pone en riesgo la salud respiratoria y cardiovascular de millones de personas.
Este problema afecta de manera desproporcionada a las mujeres y a los grupos vulnerables, quienes tienen menos acceso a recursos para protegerse de la contaminación. La mala calidad del aire es una de las preocupaciones sobre el cambio climático más urgentes que las ciudades deben abordar.
- Infraestructura crítica vulnerable: El 41% de los encuestados destaca la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas, especialmente los sistemas de gestión del agua, como una gran preocupación. Las infraestructuras actuales no están diseñadas para soportar los impactos combinados de fenómenos extremos, como sequías prolongadas o lluvias torrenciales.
Esto pone en riesgo el suministro de agua potable y la capacidad de las ciudades para mantener servicios esenciales en funcionamiento. La falta de inversión en modernización y resiliencia climática podría aumentar significativamente los costos futuros para los gobiernos locales.
- Impactos en la salud pública: Las olas de calor, la mala calidad del aire y los desastres climáticos tienen un impacto directo en la salud pública. Los problemas respiratorios, enfermedades relacionadas con el calor y el estrés mental son cada vez más comunes en las ciudades que enfrentan los efectos del cambio climático.
Las poblaciones vulnerables, como los ancianos, las personas con enfermedades crónicas y aquellos que viven en áreas mal ventiladas o sobrecalentadas, son las más afectadas. Además, el cambio climático también puede aumentar la propagación de enfermedades transmitidas por insectos, como el dengue o la malaria, lo que convierte a la salud pública en una de las principales preocupaciones sobre el cambio climático.
- Desigualdades socioeconómicas: El cambio climático exacerba las desigualdades existentes en las ciudades. Los grupos más vulnerables, incluidos las mujeres, los niños y las personas de bajos ingresos, son los más afectados por los desastres climáticos. Estos grupos tienen menos acceso a recursos como aire acondicionado, transporte de emergencia o atención médica, lo que agrava su situación en tiempos de crisis.
Las políticas de adaptación deben centrarse en garantizar que estos sectores de la población reciban el apoyo necesario para enfrentar los impactos climáticos, siendo este uno de los desafíos más importantes dentro de las preocupaciones sobre el cambio climático.
¿Cómo tener ciudades más resilientes?
Ante estos desafíos, las ciudades necesitan un enfoque más coordinado y estratégico para mitigar los impactos del cambio climático. El informe destaca varias medidas clave:
- Inversión en infraestructuras resilientes: Modernizar los sistemas de gestión del agua y construir edificios que resistan fenómenos climáticos extremos es fundamental.
- Integración de la mitigación y adaptación: Las ciudades deben reducir su huella de carbono al mismo tiempo que preparan sus infraestructuras para enfrentar los efectos del cambio climático.
- Colaboración público-privada: El informe enfatiza la importancia de las asociaciones entre el sector público y el privado para desarrollar soluciones innovadoras y sostenibles que protejan tanto a los ciudadanos como a las economías locales.
¡Actuar hoy para tener un futuro seguro!
El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrentan las ciudades modernas. Las preocupaciones señaladas en el informe Resilience from the ground up son un llamado a la acción urgente, no solo para mitigar los efectos inmediatos, como las olas de calor y las inundaciones, sino también para abordar las profundas desigualdades que el cambio climático exacerba. La inversión en infraestructuras resilientes, la coordinación entre gobiernos y la participación del sector privado son esenciales para asegurar que nuestras ciudades sean capaces de adaptarse y prosperar frente a estos riesgos.
Si no se toman medidas inmediatas, las preocupaciones sobre el cambio climático seguirán aumentando, afectando cada vez más a la vida cotidiana de millones de personas. El tiempo para actuar es ahora, y las decisiones que tomemos hoy determinarán la viabilidad de las ciudades del futuro. La resiliencia climática no es solo una opción; es una necesidad para garantizar un futuro más seguro y equitativo para todos.