En un contexto de creciente crisis climática y humanitaria, la elección de Azerbaiyán como líder de la COP29 ha generado gran controversia. Azerbaiyán, conocido por su historial autoritario y su represión a los derechos humanos, ahora preside uno de los eventos más importantes en la agenda climática global. Esta contradicción ha sido señalada por voces críticas como la de Greta Thunberg, quien denuncia que las conferencias de la COP se han convertido en espacios de “greenwashing”, legitimando los fracasos de los países en el cumplimiento de los acuerdos climáticos, mientras permiten la perpetuación de regímenes que violan los derechos humanos.
El lema elegido para la COP29, “la COP de la paz”, resulta especialmente desconcertante dado el historial del gobierno de Azerbaiyán, acusado de limpieza étnica y crímenes de guerra en la región de Nagorno-Karabaj. ¿Cómo puede un país que oprime a su propia población, bloquea protestas pacíficas y fomenta el uso de combustibles fósiles liderar una cumbre que supuestamente busca soluciones al cambio climático y la justicia social? Esta ironía no solo socava la legitimidad de la COP29, sino que pone de relieve la desconexión entre la retórica ambiental y las acciones reales del líder de la COP29.
El líder de la COP29 en los hechos…
Azerbaiyán es un estado cuya economía depende casi por completo de la exportación de petróleo y gas. Según informes, el 90% de sus exportaciones provienen de combustibles fósiles, lo que contradice totalmente los objetivos del Acuerdo de París. A pesar de haber sido seleccionado como líder de la COP29, no muestra ambición alguna por adoptar políticas climáticas que reduzcan sus emisiones, por el contrario, planea expandir su producción de combustibles fósiles, lo cual es incompatible con la reducción de emisiones necesaria para permanecer dentro del límite de 1.5°C acordado internacionalmente.
Por si esto fuera poco, el país no solo reprime cualquier crítica interna, sino que también limita los derechos de los participantes internacionales, los cuales, tienen miedo de criticar al país anfitrión. Según Human Rights Watch, muchos asistentes a la COP29 han expresado temor por su seguridad, ante la incertidumbre de si podrán protestar pacíficamente. Además, las fronteras terrestres de Azerbaiyán están cerradas durante la cumbre, como ha sucedido en las ediciones pasadas desde la pandemia de Covid, presuntamente con la intención de mantener la “seguridad nacional”, lo que obliga a los participantes a depender exclusivamente del transporte aéreo, incrementando la huella de carbono del evento.
Greenwashing y la “COP de la paz”
El gobierno de Azerbaiyán ha intentado maquillar su imagen global al presentar esta COP como la “COP de la paz”, impulsando una supuesta tregua entre los países asistentes. Sin embargo, esta postura resulta incongruente, dado que el régimen de Ilham Aliyev es responsable de la opresión sistemática de minorías étnicas, crímenes de guerra y limpieza étnica en Nagorno-Karabaj.
El proyecto de este país de crear una «Zona de Energía Verde» en territorios que han sido limpiados étnicamente no solo es un claro ejemplo de greenwashing, sino que utiliza el discurso ambiental para blanquear crímenes atroces. Ante la inexplicable elección de esta nación como anfitriona del evento de talla mundial, la activista Greta Thunberg ha declarado para The Guardian:
“¿Cómo es posible que Azerbaiyán, un país autoritario y violador de los derechos humanos, sea el anfitrión de algo así?”
Greta Thunberg, activista.
Por su parte, Freedom House, una organización promotora de la libertad política, los derechos humanos y la democracia, señala que Azerbaiyán es el país menos democrático de Europa, y un lugar donde se ataca de manera activa a los periodistas, medios de comunicación independientes, activistas políticos y cívicos, y a defensores de derechos humanos.
Este tipo de estrategias no son nuevas en las cumbres climáticas. Otros países, como los Emiratos Árabes Unidos y Egipto, también han aprovechado sus roles como anfitriones de conferencias anteriores para mejorar su imagen global mientras continúan violando los derechos humanos. En el caso de Azerbaiyán, este “lavado de imagen” oculta la realidad de un estado que continúa oprimiendo a su población y alimentando conflictos bélicos en la región.
La conexión entre justicia climática y derechos humanos
Como señala Greta Thunberg, no es posible luchar por la justicia climática mientras se ignoran las violaciones de derechos humanos. Las crisis climática, humanitaria y de desigualdad están interconectadas. Los genocidios, las guerras y el colapso climático refuerzan el sufrimiento humano, y la COP29, bajo el liderazgo de un régimen autoritario, representa una falla monumental en el cumplimiento de las promesas de la comunidad internacional. Al mantener relaciones económicas y energéticas con Azerbaiyán, como lo hace la Unión Europea, quien no sólo sigue comprando combustibles fósiles a dicha nación, sino que planea comprarle el doble de la cantidad actual de sus importaciones para 2027, se alimenta la maquinaria represiva de este país y se perpetúan las injusticias.
La verdadera justicia climática implica garantizar la seguridad, libertad y bienestar de todos los pueblos. No se puede escoger cuáles derechos humanos proteger y cuáles ignorar, pues, como señala Greta Thunberg, «el activismo climático y los derechos humanos están unidos”.
La ambientalista sueca no sólo anunció que no asistirá a la COP29, e incitó a protestar contra las violaciones de los derechos humanos en Azerbaiyán, sino que ha fijado en su cuenta de X un viejo post que dice:
“Un recordatorio: las personas en el poder no necesitan conferencias, tratados o acuerdos para comenzar a tomar medidas climáticas reales. Pueden empezar hoy.”
Greta Thunberg, activista.
De acuerdo con The Guardian, la nación líder de la COP29 consiguió que Armenia apoyará su candidatura para presidir el evento a cambio de la liberación de presos políticos, aunque muchos de ellos aún siguen encarcelados, junto con otros muchos, entre ellos activista por la paz Bahruz Samadov, al investigador de minorías étnicas Iqbal Abilov, a los activistas políticos Akif Gurbanov y Ruslan Izzatli y periodistas. ¿En verdad la COP se ha convertido en una estafeta que se intercambian las naciones para blanquear su imagen en lugar de un evento para implementar acciones reales contra el cambio climático?
COP29: contradicciones entre el discurso y la acción
La COP29 debería ser una plataforma para la acción climática real y la defensa de los derechos humanos, pero con Azerbaiyán como líder de la COP29 pareciera que está siendo utilizada para legitimar un régimen autoritario que viola ambas causas. La comunidad internacional debe cuestionar las contradicciones entre el discurso y la acción en estas cumbres y presionar para que se adopten medidas contundentes que frenen tanto la crisis climática como la represión de los derechos humanos.
En última instancia, el futuro del planeta y de la humanidad depende de un enfoque integral que no solo promueva la sostenibilidad ambiental, sino que también defienda los principios de justicia y equidad para todos los seres humanos y vaya más allá de las palabras.